Cuatro semanas son una eternidad en política. El mes que queda hasta las elecciones generales del 28-A puede dar lugar a movimientos tectónicos como los que se produjeron en la campaña andaluza, especialmente en el caso de Vox y que no emergieron hasta el mismo día de las votaciones. El elevado porcentaje de indecisos y la influencia que vuelven a tener las campañas llevan a la Moncloa a decretar prudencia y a intentar contener el triunfalismo que generan en el PSOE las encuestas que sitúan a Pedro Sánchez como claro vencedor de los comicios.
Sondeos que colocan al PSOE hasta con 130 diputados -desde sus 84 actuales- preocupan en el equipo del presidente, que hace todas sus proyecciones electorales con las marcas más bajas de las horquillas de resultados. En Moncloa son conscientes del peligro de que se repita la desmovilización del voto progresista que se produjo en Andalucía después de que todas las encuestas dieran como segura ganadora a Susana Díaz. También les alerta la posibilidad de que cualquier error en la relación con el independentismo catalán vuelva a generar un terremoto político como la crisis del relator, que desembocó precisamente en el anticipo electoral.
Pedro Sánchez pide para el 28A la confianza de los progresistas, hasta de los que "tampoco soy su candidato preferido" https://t.co/Ploolr6QH7 pic.twitter.com/hO6OpXWDGR
— Europa Press TV (@europapress_tv) March 30, 2019
La directriz en este sentido es no cometer ningún patinazo como el protagonizado esta semana por Miquel Iceta, que en una entrevista en el diario en euskera Berria contempló la posibilidad de que se celebre un referéndum en Cataluña. El primer secretario del PSC aseguró que si el 65% de una sociedad quiere la independencia “la democracia debería facilitarla”. Según Iceta, con un porcentaje de respaldo así se tendrían que encontrar “mecanismos” para materializar esa demanda de la sociedad como un referéndum que debería activarse con un acuerdo previo en el Parlamento “y posteriormente una votación popular”.
Aunque el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha desautorizado a Iceta, su error se ha compensado con la dureza del ministro de Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, con un periodista alemán que le preguntaba por la postura inflexible del Gobierno respecto al procès catalán. Esta anécdota ha permitido salvar los muebles, pero en Moncloa preocupa que otro fallo similar perjudique las buenas perspectivas electorales de Pedro Sánchez.
El principal escenario que contemplan en la Moncloa, y que señalan algunas encuestas, es un bloqueo político el 28 de abril. El hundimiento de Podemos y el veto de Ciudadanos a pactar con el PSOE impiden una coalición de izquierdas o centro-izquierdas, mientras que los partidos de derecha y centro-derecha siguen sin alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso necesaria para investir a un presidente. En ese contexto, la solución sólo puede venir de acuerdos de investidura y abstenciones como la que se produjo en el nombramiento de Mariano Rajoy en octubre de 2017 tras dos elecciones generales.
Los socialistas aspiran a volver a gobernar en solitario gracias a la amenaza de una repetición electoral que al resto de partidos no les convenga. Para conseguirlo, contemplan alianzas entre los cinco grandes partidos y descartan con contundencia un pacto con los independentistas, de los que ahora dicen que no se puede confiar en ellos. "Pedro ya lo ha dicho en varias ocasiones: de hablar de independencia nada. Con los independentistas no se puede hacer nada", aseguran en su equipo.
En Moncloa consideran que la estrategia de Ciudadanos de establecer un cordón sanitario en torno al PSOE abona la tesis del gobierno en solitario y perjudica a los intereses de Albert Rivera, ya que los españoles están cansados del bloqueo político y premian a los partidos que estén dispuestos a negociar para superarlos y ofrecer estabilidad. En esa línea, las encuestas internas que manejan muestran que en marzo ha aumentado la transferencia de votantes desde Ciudadanos al PSOE.
En el Gobierno vaticinan que, a medida que avance la campaña, la polarización entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, aumentará, haciendo que ambos mejoren sus resultados en las encuestas. En ese escenario bipartidista, sólo Vox puede dar alguna "sorpresa", como ocurrió en las elecciones andaluzas, según los análisis de la Moncloa, que insiste en decretar mesura a la hora de leer los sondeos y de hacer vaticinios: "Ahora mismo sólo pueden crecer el PSOE, el PP y Vox, hay que ser prudentes".
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