Nuevo bandazo de Podemos en su propuesta de un referéndum pactado de autodeterminación en Cataluña. Su programa electoral para el 28 de abril incluirá la enésima modificación del planteamiento de la consulta que defiende la formación desde su nacimiento en 2014. Se trata de incluir una tercera opción en las posibles respuestas sobre la independencia de la comunidad, según informan fuentes del partido. Además de 'sí' o 'no', se podría votar que Cataluña siga formando parte de España con un encaje territorial diferente.
Unidas Podemos apuesta por “dar un paso más en la estrategia del diálogo” con los independentistas y avanzar en la conformación de un estado plurinacional que ofrezca un encaje legal asumible para los ciudadanos catalanes favorables a la secesión. Para su líder, Pablo Iglesias, el diálogo no es un fin en sí mismo, como cree que propugna Pedro Sánchez, sino un instrumento para “superar el conflicto” y permitir la “reconciliación” en España. En este sentido, Podemos aboga por nuevos espacios para el diálogo, semejantes a la mesa de partidos que naufragó en febrero dando pie a las elecciones anticipadas, que permitan construir entre los sectores ahora enfrentados soluciones de consenso y un nuevo diseño plurinacional de España.
Con esta propuesta, Podemos abraza las tesis para Cataluña de Pedro Sánchez, que en la negociación de la aplicación del artículo 155 con Mariano Rajoy forzó la constitución de una comisión territorial en el Congreso de los Diputados precisamente para estudiar nuevas fórmulas legales que calmen las ansias de autogobierno de los independentistas. Curiosamente, Podemos se negó a participar en esa comisión, que sólo apoyaron PP, PSOE y Ciudadanos, que también terminó abandonándola.
El PSOE pretendía así facilitar una reforma del Estatuto de autonomía primero y de la Constitución después que permitiera a los catalanes y luego a los españoles votar en sendos referendums. En una entrevista en El Corriere della Sera en octubre del año pasado, Pedro Sánchez mostró su confianza en que “algún año” haya un acuerdo entre independentistas y constitucionalistas “sobre alguna forma de autogobierno”, que “deberá ser votada” y que espera que obtenga “el consenso del 70-80% de los catalanes”. “No sucederá inmediatamente, ni siquiera dentro de cinco meses, pero lo hará algún año”, dijo.
Esa idea la recuperó la semana pasada el secretario general del Partido Socialista de Cataluña, Miquel Iceta, que aseguró que si el 65% de una sociedad quiere la independencia “la democracia debería facilitarla” y abogó por encontrar “mecanismos” para materializar esa demanda de la sociedad, “pero no con un 47% ni un 51%". Se trataría de activar un referéndum con un acuerdo previo en el Parlamento “y una posteriormente la votación popular”.
La promesa de una votación de un nuevo estatuto en Cataluña se completaría con el refrendo de la reforma constitucional que promueve el PSOE y que incluiría el carácter plurinacional de España para “reconocer las aspiraciones nacionales de Cataluña”, tal y como han defendido Pedro Sánchez y Miquel Iceta para intentar evitar la consulta ilegal del 1-O. Esas propuestas forman parte de las declaraciones socialistas de Granada y Barcelona para avanzar en un modelo federal de país.
Durante esta campaña, el PSOE ha decidido pasar de puntillas por la cuestión catalana para que su relación con los independentistas no le pase factura en las elecciones del 28 de abril. La máxima en la Moncloa y en el PSOE es evitar errores como el cometido por Miquel Iceta (PSC) y centrar los mensajes en las promesas electorales de Pedro Sánchez en materia social. Frente a esa estrategia, Unidas Podemos no quiere rehuir el debate que ha ocupado el centro de la legislatura.
Con el reto de afrontarlo, su candidato celebrará un gran acto en Barcelona el próximo sábado 6 de abril. Pablo Iglesias insistirá allí en presentarse como el voto útil para conseguir un Gobierno negociador que acabe con la confrontación entre bloques de la que cree cansada a la sociedad catalana. Espera así volver a atraer al electorado progresista e incluso al socialista.
“Abriremos un amplio debate ciudadano sobre el reconocimiento y las formas de ejercicio del derecho a decidir en el marco del debate acerca del cambio constitucional. Reconoceremos constitucionalmente la naturaleza plurinacional de España, como también aseguraremos el derecho de los gobiernos autonómicos a celebrar consultas a la ciudadanía sobre el encaje territorial del país. Es decir, promoveremos la convocatoria de un referéndum con garantías en Cataluña para que sus ciudadanos y ciudadanas puedan decidir el tipo de relación territorial que desean establecer con el resto de España”, defendía Podemos en su programa electoral de 2016.
“Recuperaremos el respeto como fundamento básico de las relaciones entre los gobiernos y los parlamentos de todos los niveles territoriales del Estado. Iniciaremos un proceso de cambio constitucional orientando a resolver, entre otros, los problemas de estructuración territorial del Estado y evaluaremos y debatiremos sobre las experiencias de Reino Unido y Canadá”, añadía.
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