El director general de Información Nacional de Moncloa, Alberto Pozas, presentó ayer su dimisión al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha sido aceptada este viernes. El asesor de prensa se había visto involucrado en la investigación judicial por el robo de un móvil a una asistente de Pablo Iglesias cuyo contenido fue parcialmente publicado en prensa. Según informan fuentes jurídicas a El Independiente, Pozas ha sido citado en calidad de testigo el próximo lunes en la pieza separada diez del caso Villarejo donde se investiga el espionaje de la 'brigada política' de la Policía a Iglesias.
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, que se encuentra en prisión provisional, declaró hace una semana ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso que fue el director de la revista Interviú, Alberto Pozas, quien le dio un pendrive con el supuesto contenido de un teléfono móvil sustraído a una ayudante del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Pozas fue director de la extinta publicación durante los últimos diez años.
Además, el presidente del grupo Zeta, Antonio Asensio, declaró el pasado martes que la tarjeta SIM del teléfono de la colaboradora del líder de Podemos llegó a su grupo de comunicación, de la que formaba parte la extinta Interviú, a través de una "fuente anónima". Durante su declaración, el testigo dijo desconocer si Pozas hizo entrega al comisario del mencionado pendrive con, aunque sí confirmó que el ahora ex número dos de la secretaría de Estado de Comunicación fue director de la revista cuando ocurrieron los hechos, en enero de 2016.
Pozas justifica su dimisión en que "no puede permitir" que se utilice a su persona "para atacar al Gobierno y atacar al presidente. "Encima, la situación me impide poder siquiera opinar sobre lo que está pasando", explica el periodista. "A partir de ahora espero que pueda redimensionar el asunto que me ha atropellado. Que quienes han creído que podían mezclar mi nombre con la conocida como 'policía patriótica', vean que estaban muy equivocados, algunos a sabiendas. Y que quienes se dejan ofuscar por la tinta del calamar se den cuenta de la labor de despiste y puedan perseguir al calamar. En nuestro oficio atender señuelos conduce a la frustración, asegura.
Con su salida de Moncloa, Pozas espera tener las "manos libres" para "redimensionar el asunto que me ha atropellado". "Aunque hubo muy poco tiempo para aceptar el puesto que me ofrecían, hicimos un breve repaso de las cosas pendientes que heredaba de la dirección de Interviú, y en ningún momento fui capaz de valorar que un asunto que en otras circunstancias podría ser menor, fuera a convertirse en una especie de bomba informativa en plena campaña electoral. Pensé que conocía la política, pero he aprendido una nueva lección: con las urnas cerca, hasta el arco iris puede verse en noche cerrada", asegura.
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