José Antonio Morante de la Puebla (La Puebla del Río, Sevilla, 1979) descarta por completo en esta entrevista que vaya a ser candidato de Vox. Sin embargo, reconoce estar muy agradecido a Santiago Abascal, que ha supuesto "una esperanza" no sólo para el mundo taurino, sino para todo el mundo que vive "de las costumbres y de las tradiciones de su país".
El torero sevillano -anunciado tres tardes en la Feria de Abril de Sevilla a los pocos días de las elecciones generales del 28-A- aclara con rotundidad que se representa a sí mismo, que respeta las otras opciones políticas de sus compañeros y que su participación en Vox es "totalmente altruista". Ante las amenazas de los antitaurinos responde: "Tenemos que contraatacar o defendernos a través del voto".
Pregunta.- ¿Cuál es su relación con el campo?
Respuesta.- Yo me he criado en un pueblo, en La Puebla del Río y el campo lo he vivido como algo cercano y soñando como torero de poder tener una finquita. Tuve la suerte de poder comprarla, aunque luego en realidad no la pude disfrutar tanto porque soy más de pueblo que de campo.
P.- ¿Y con los animales? ¿Le gustaría verse como ganadero?
R.- Me encantan los animales de siempre. Tengo en mi casa muchos perrillos, un burro, un mulo, un caballo, un poni. Me gusta ese tipo de variedad. Pero dedicarse plenamente a una ganadería es algo muy sacrificado y una responsabilidad muy grande. Yo no soy capaz de criar al enemigo. Es muy difícil ser torero y criar reses bravas porque después se ponen compañeros delante de ellas y es un poco contrasentido. Me gusta estar cerca de los ganaderos, de aprender. Pero un torero debe tener la cabeza en torear.
La ilusión de Vox y de Santiago ha sido una esperanza no sólo para el mundo taurino, sino para todo el mundo que vive de las costumbres de su país, de las tradiciones"
P:-¿Cómo explicaría el hecho de ser matador de toros en consonancia con su amor por los animales?
R.- Esto es un sentimiento. Y los sentimientos son difíciles de darlos una explicación científica. El campo da muchos puestos de trabajo, da de comer a muchas familias pero para mí en el toreo lo importante es la vocación con la que uno nace y el sueño de enfrentarte a un toro en la plaza. ¿Todo eso de qué forma se explica? Es la tierra, el terruño, lo que hace que uno sueñe con poder darle gloria a tu tierra. Cuando empezaba, cuando no había movimientos animalistas, yo era un orgullo para mi pueblo, para mi gente. "En La Puebla hay un chavalillo que quiere ser torero, que tiene muy buenas condiciones…", decían. Al que hablaba se le llenaba la boca: aquí tenemos a nuestro torero, el que a nosotros nos representa. Todo eso, al cabo de 20 o 25 años se ha vuelto muy difícil. El poder demostrar y poder servir como referencia, como hombre valiente, que lleva adelante sus costumbres, al verlo reflejado en mi gente me da más fuerza. Pero hoy veo a los chavales y es mucho más difícil, porque estás gustándole a una parte y la otra te odia. Por eso la ilusión de Vox y de Santiago ha sido una esperanza no sólo para el mundo taurino, sino para todo el mundo que vive de las costumbres de su país, de las tradiciones, como la caza. Cosas que siempre han pertenecido a nuestro instinto, a nuestras pasiones y que hoy se ponen en duda.
No me gustaría que por mí se viese mezclado todo el sector taurino. Quiero representarme a mí. Y punto"
Muchas veces, cuando mis hijos me preguntan "¿papá, por qué matas al toro?", les digo: "Porque hay que comérselo…" [la única vez que esboza una sonrisa Morante]. Se lo digo para ponérselo más fácil. Porque parece que hoy en día a un animal no se le tiene que matar y desgraciadamente o afortunadamente la cadena alimenticia es así: hay que matar animales . Y qué mayor aprovechamiento de un animal que con su muerte le da gloria a unos sentimientos y a una raíces tan hondas y tan antiguas.
P.- ¿Qué valora de Santiago Abascal?
R.- De Santiago valoro sobre todo su nobleza y su amistad. Cuando voy a torear siempre deseándome suerte pero que no me pase nada. Y esas cosas son profundas, de personas nobles. Y por él doy mi eterna amistad.
De Santiago valoro sobre todo su nobleza y su amistad. Merecía la pena ser valiente y apostar por unas ideas que nadie era capaz de representarlas"
P.- ¿Cree que le pasará factura en la plaza su vinculación a Vox?
R.- Sí, para mí no es agradable. Pero nos sentíamos tan contra la espada y la pared de cara a la opinión política, que merecía la pena ser valiente y apostar por unas ideas que nadie era capaz de representarlas. La ilusión de Santiago y de Vox ha sido un volver a soñar.
P.- Cuatro días después de las elecciones del 28-A usted hará su primer paseíllo en la Feria de Sevilla...
R.- Sí, sí. Estamos en democracia: hay que querer ganar pero saber perder también. Dios sabrá. Soy de ideas fijas y me monto en su barco [de Vox]; si se hunde también estoy dispuesto a hundirme. En Vox han sabido tocar la sensibilidad de los españoles más tradicionales.
P.- ¿Qué le comentan sus compañeros, los toreros?
R.- Se procura hablar poco con los compañeros. No quiero que sea algo que con mi persona implique a toda la tauromaquia. Soy yo, como persona, no el Toreo. Cada uno tendrá sus ideas, sus partidos políticos. Es mi idea, mi razonamiento el que está en juego conmigo. No me gustaría que por mí se viese mezclado todo el sector. Quiero representarme a mí. Y punto.
Ante las amenazas de los antitaurinos responde: "Tenemos que contraatacar o defendernos a través del voto"
P.- ¿Y cuál es su papel real en Vox?
R.- Quiero dejar claro que si yo me beneficiara en algo o me sintiera tratado de una forma especial o con un beneficio económico o algo, mi labor ya no tendría validez. Mi labor aquí es de agradecimiento, de amistad, de representación. Pero no quiero nada más.
P.- ¿Será candidato alguna vez?
R.- No quiero saber nada políticamente hablando porque a mí siempre la política me ha dado mucho asco. La he detestado. Es más, cuando veía algún torero o algún artista acercarse a un partido político no lo entendía. Pero después he comprendido que en la vida todo es política y cuando hay partidos políticos que quieren prohibir la Fiesta quiere decir que nos sentimos amenazados por la política. Tenemos que contraatacar o defendernos a través del voto.
Mi participación en Vox es totalmente altruista y creo que eso tiene una mayor validez.
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