El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, ha expresado su rechazo a la celebración de la tradicional Quema del Judas en Coripe (Sevilla) que este año ha tenido como protagonista este domingo al expresidente Carles Puigdemont y ha asegurado que lo "denunciarán". En los vídeos difundidos por los usuarios, se puede observar a un muñeco que emula a Puigemont que pasean en brazos por las calles del pueblo y al que disparan fuego real. El ex president, desde el extranjero, ha culpado al PSOE que gobierna localidad de "participar en un acto de odio".
Numerosas personas han presenciado en la plaza principal de Coripe la fiesta de la Quema del Judas, donde una figura de Puigdemont ha sido quemada como ejemplo “de lo negativo para la sociedad”. "Sencillamente, hórrido. Asco extremo. Intolerable. Lo denunciaremos", ha escrito Torra en su cuenta de Twitter con relación a la fiesta celebrada en Coripe.
Así ha sido el fusilamiento al muñeco del president @KRLS en la localidad de Coripe (1.337 habitantes) donde gobierna el PSOE con mayoría absoluta. En este pueblo sevillano hubo 90 encarcelados, 40 fusilados, 16 desterrados y 54 huidos por el franquismo.pic.twitter.com/Z1Xn11Mm2s
— FLORENTINATO (@florencastor) April 21, 2019
Entre tanto, el número dos por Tarragona de JxCAT, Ferran Bel, ha exigido este domingo al presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, que censure la quema del muñeco de Carles Puigdemont en el citado municipio sevillano y ha dicho que, si no lo hace, será "cómplice" de lo ocurrido.
En un mitin en Reus (Tarragona), Bel ha afirmado que espera que Pedro Sánchez, así como los líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera, respectivamente, "condenen los hechos y pidan explicaciones" al alcalde de la localidad sevillana, el socialista Antonio Pérez.
No es la primera vez que esta fiesta genera polémica. La celebración, que está considerada de Interés Turístico Nacional, fue querellada el año pasado por el Movimiento contra la Intolerancia por el presunto matiz racista de la fiesta, ya que la figura “quemada” entonces representaba a la presunta asesina del niño almeriense Gabriel Cruz, Ana Julia Quezada. En aquella ocasión, el alcalde se disculpó y admitió que el protagonista iba a ser Puigdemont. Tras el revuelo montado en el municipio sevillano de Coripe, el alcalde Pérez pidió perdón, alegó que no eran unos “racistas” y admitió que pensaba pensaba que “el que iba a ser quemado era Carles Puigdemont”.
Puigdemont culpa al PSOE
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha acusado al PSOE de "participar en un acto de odio" por la quema. En un apunte en Twitter recogido por Europa Press, Puigdemont ha lamentado "que el PSOE participe de un acto de odio tan visceral e inhumano", y ha sostenido que su compromiso es la independencia, la democracia y la libertad, y que ninguno de ellos merece un fusilamiento en una sociedad civilizada, en sus palabras.
"No ha sido ninguna anécdota, ni obra de una minoría. Ha sido una actividad oficial, amparada por las autoridades socialistas locales", ha opinado el expresidente, que ha asegurado que se ha utilizado munición real, con la participación de la policía local. Puigdemont ha explicado que el muñeco llevaba un lazo amarillo "bien visible", y ha destacado que en el acto no solo le han querido fusilar a él sino que, a su juicio, han querido mofarse de la lucha por la libertad de presos independentistas y los que se encuentran en el extranjero.
El meu compromís és la independència, la democràcia, la llibertat. Cap d’aquests compromisos no mereix un afusellament ni una crema, almenys en una societat civilitzada. Lamento molt que el @PSOE participi d’un acte d’odi tan visceral i inhumà. @miqueliceta @meritxell_batet
— Carles Puigdemont (@KRLS) April 21, 2019
Además, ha afirmado que "la España del 155 y del 'A por ellos' ha engendrado esta actitud. Son directamente responsables, sus promotores y avalistas", y ha añadido que también lo son de la, a su juicio, deteriorada imagen de España. "Es un mensaje de odio, con toda la voluntad de generar odio. Es un acto en el que participan menores, que han asistido como algo normal a la orgía de violencia desatada contra lo que represento", ha insistido Puigdemont, que ha subrayado que es un acto indigno e impropio de una sociedad civilizada.
Ha destacado que normalmente respeta las muestras de ironía y sarcasmo que considera que forman parte de la libertad de expresión, pero ha reconocido que en este caso no es así: "Esta, a diferencia de las otras, no la puedo respetar, por dignidad personal y por decencia democrática", ha dicho.
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