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Política

BALANCE DE LOS DEBATES A TRES DÍAS DE LAS ELECCIONES

Iglesias hace daño a Sánchez pero Rivera no logra consolidarse ante Casado

Tres expertos analizan las estrategias y la resaca de los debates electorales. Iglesias, revitalizado, podría poner en peligro la fortaleza de Sánchez. Rivera se abre hueco para sobrevivir entre Vox y Casado

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, antes de uno de los debates de cara a las generales del 28A.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, antes de uno de los debates de cara a las generales del 28A. | EFE

El 28-A saldremos de dudas, pero los dos debates electorales de esta semana no han ayudado a disipar las enormes bolsas de indecisos que condicionan el resultado del próximo domingo. Más bien al contrario, han añadido incógnitas a la ecuación del voto. Eso interpretan los expertos en la resaca del choque dialéctico, aunque sí ven ganadores parciales: Pablo Iglesias, a costa de Pedro Sánchez; y Albert Rivera... a costa de Santiago Abascal. La ausencia de Vox en los debates se interpreta de forma negativa para el partido ultraconservador, que pierde cuatro días de exposición mediática en pleno corazón de la campaña electoral.

"Hubo dos zonas calientes", interpreta el consultor político Ignacio Varela, que sólo ve interesante la competición dentro de los bloques. Iglesias contra Sánchez y Rivera contra Casado, porque el partido hace tiempo que dejó de jugarse en el centro. "El éxito de Rivera e Iglesias no ha sido decidir a los indecisos, sino añadir más", analiza Varela, que detecta dos movimientos potencialmente relevantes tras los debates televisados. "Introducir una cuña en el espacio del PP", por parte de Rivera, y "generar la duda a los exvotantes de Podemos que ya habían decidido volver al PSOE", por parte de Iglesias.

Desde GAD3, la consultora de Narciso Michavila, coinciden en señalar los mismos escenarios de batalla y analizan la imagen pública de un Iglesias revitalizado en su lucha por mantener prietas las filas, tras una campaña en la que Podemos se ha desangrado hacia el viejo espectro socialista. El consenso es que a Iglesias le vino muy bien el segundo debate, del que muchos medios le dieron como ganador y donde se erigió como pacificador dentro de un ambiente, por lo general, muy bronco. Al mismo tiempo, el feeling generalizado es que la estrategia de Rivera pasa por taponar salidas de última hora hacia Vox, uno de los flancos que está haciendo tambalearse la campaña de Ciudadanos, aunque en global no consiguió eclipsar del todo a Casado. Sin embargo, la prohibición de publicar encuestas en la última semana de campaña y el absoluto secretismo con el que partidos y empresas manejan sus trackings internos hacen imposible contrastar con datos lo que no pasa de ser sensaciones.

Lo que va del 25% al 30%

La batalla en el centro-derecha es la clave de bóveda de las últimas horas, analiza Carlos Rello, director general del Instituto DYM. "Es el espacio en el que los debates han podido tener más influencia porque era el segundo entorno más desmovilizado de cara a las elecciones", analiza. Sobre la batalla de la izquierda, teoriza que Iglesias puede haber tenido éxito entre votantes que estuvieran en la abstención, pero no está seguro de que su mensaje haya minado al PSOE. "Él intentó acercarse a un espectro de moderación, pero esa vuelta es muy complicada. Lo ha intentado, pero dudo que lo haya podido conseguir", dice.

Una victoria rotunda del PSOE pasa por asentar a los votantes que huyen de Podemos. Una revitalización de Iglesias podría ponerla en peligro y debilitar la posición de Sánchez

Para Ignacio Varela, sin embargo, el resurgimiento de Pablo Iglesias sí es una amenaza seria: "Sánchez jugó al catenaccio intentando amarrar porque su 30% pivota en dos ejes. Tiene la frontera hacia la derecha clausurada, por ahí ya no sale nadie. Por si acaso despliega su acción de Gobierno, pero eso sólo le da un 25%. Lo que le puede propulsar hasta el 30% son las fugas desde Podemos y eso es lo que ha tratado de conservar a toda costa. Cada vez que Pablo Iglesias cogía vuelo, Sánchez le intentaba abrazar y bajarle al suelo".

Rello, por su parte, opina que nadie ha conseguido pescar con claridad en la bolsa del centro, un espectro en el que se detectaba en los últimos barómetros que, además de indecisos, "había bastantes desencantados". "No ha habido un gran triunfador, nadie ha salido con una imagen reforzada de líder. Quien parecía que había dominado en el primer debate quedó desdibujado en el segundo, y viceversa, así que la duda permanece", analiza.

Sánchez y la carta de la Junta

Varela, sin embargo, sí ve un posible foco de debilidad en Pedro Sánchez: su metedura de pata con la ya célebre carta de un particular reclamando datos a través del Portal de la Transparencia de Andalucía, que el presidente del Gobierno hizo pasar por la iniciativa de PP y Ciudadanos para elaborar "listas negras" de trabajadores en materia de violencia de género.

Un tropiezo que ha generado importante nerviosismo en el PSOE y obligó a colaboradores cercanos al secretario general socialista a pasar buena parte del miércoles tratando de sofocar el incendio en las redes sociales. "Fue el error más grave de Sánchez y lo que más daño le puede hacer", dice Varela, que se imagina la situación en la América pre-Trump: "En Estados Unidos, un candidato hacía eso y se cargaba la elección".

El problema es que tanto Casado como Rivera parecen lejos de capitalizar los posibles errores de Sánchez, al que atacan para posicionarse, pero no para competir directamente por sus votos. "En ese sentido Rivera destacó más que Casado, fue más eficaz contra Sánchez, fundamentalmente porque Sánchez también le atacó más a él", apunta Varela, mientras desde GAD3 coinciden en apuntar que Rivera ha sido efectivo al consolidar una posición sólida en el centro-derecha y la derecha más significada.

De Casado dice Varela que su apelación al voto útil está dejando de ser efectiva, lastrada por la sensación casi unánime de que Sánchez será la fuerza más votada y tendrá el gobierno en su mano: "Él buscaba dar verosimilitud a su condición de presidenciable, pero eso es cada vez más difícil si se asume que Sánchez lo tiene ganado. Se vota útil para ganar, no para ser segundo".

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