"No hay nadie más firme que Iván en el entorno del presidente". Así se expresa una persona de la confianza de Pedro Sánchez que explica cómo su jefe de gabinete ha revalidado, una vez más, la confianza del líder del PSOE con su estrategia por ocupar el centro político y convocar elecciones antes de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. Con el triunfo de sus previsiones, Iván Redondo se ha coronado en la Moncloa y sale victorioso de la pugna contra él que había iniciado otra de las personas de máxima confianza del presidente, Carmen Calvo, que no ha escatimado críticas al consultor durante la campaña electoral.
A ella se le atribuyen en el Ejecutivo y en el PSOE unas declaraciones anónimas aparecidas en una información de Efe sobre la figura de Redondo en boca de una "dirigente socialista cercana a Pedro Sánchez" que "critica que el jefe de gabinete de Moncloa sea un experto en comunicación que no controle las instituciones". "Así no se puede coordinar un Gobierno", se lamentaba la socialista. "Está haciendo currículum, pero no durará mucho. En cuanto pueda se irá a América Latina", vaticinaba.
El pulso entre ambos se ha resuelto a favor de Redondo y en el partido suben las apuestas sobre la posible salida de Carmen Calvo del Ejecutivo. De hecho, su nombre ha sido el primero en barajarse como posible presidenta del Congreso en sustitución de Ana Pastor (PP). Ese destino acabaría con unas tensiones entre ambos que Calvo ha intentado rentabilizar a su favor mientras el gabinete del presidente optaba por hacer oídos sordos a sus críticas. Desde su afán por arrogarse la fecha de las elecciones hasta divulgar durante toda la campaña que Redondo abandonaría la Moncloa el 28 de abril para "ganar dinero" a través de su empresa de consultoría.
Lejos del relato de la vicepresidenta, Sánchez y Redondo habían perfilado la estrategia electoral en cuanto el Gobierno socialista echó a andar. De hecho, El Independiente ya publicó en octubre que contemplaban convocar elecciones en marzo, antes de las autonómicas y municipales. De ese límite nunca se movieron en privado el presidente, el asesor y el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, por mucho que todos ellos despistaran en público asegurando que querían agotar la legislatura. Su plan era convocar elecciones en esas fechas incluso si se aprobaban los Presupuestos, un escenario roto por los independentistas que, junto a la foto de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal juntos en la plaza de Colón, propiciaron la ejecución de ese plan.
Pedro Sánchez debe decidir ahora si mantiene en el Gobierno las tensiones entre Calvo y Redondo como hacen otros líderes, a los que les gusta la competición entre sus 'generales', o si termina con ellas a través de una remodelación del Ejecutivo que recompensaría con la vicepresidencia a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, por haberse fajado en los debates a favor de Sánchez. Otras fuentes cercanas al presidente garantizan que Calvo seguirá en el Ejecutivo por su buen hacer, tras haber sido premiada al ir como número 2 de Pedro Sánchez en la lista por Madrid.
La propia Calvo restó importancia a esas especulaciones el jueves en un acto en Córdoba. Preguntada por los periodistas, la vicepresidenta explicó que a ella "nunca" le han preocupado las quinielas ni les ha hecho caso, y que prefiere no "andar repartiendo cargos". "No hago caso, entre otras razones, porque llegué a la política con profesión y estoy en la política de una manera romántica y apasionada para servir al país, mis ideas y mi partido”, aseguró. Un día después recibió el respaldo de Ábalos, que en Los Desayunos de TVE apostó por su continuidad en la vicepresidencia. "Si tuviera que apostar, a Carmen Calvo la sigo viendo donde está", aseguró.
Hasta el 21 de mayo, fecha de constitución de las Cortes, se mantendrá la incógnita y unas quinielas en las que se incluyen Margarita Robles y hasta el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE como presidentes del Congreso. Fuentes del PSOE incluso apuntan a la posibilidad de que la Mesa definitiva del Congreso no se constituya hasta después de las elecciones municipales, y que hasta el 26 de abril funcione una de forma provisional, una opción que los servicios de prensa de la Cámara Baja descartan completamente.
En cualquier caso, las sugerencias de Redondo y Calvo fueron determinantes en la composición del anterior Ejecutivo socialista. Sánchez quería que todos los ministros contaran con una carrera profesional y “un sitio al que volver” si el Gobierno caía de forma precipitada y dejó fuera del Consejo de Ministros a perfiles orgánicos que carecían de ese currículum laboral. Ahora, con un proyecto a cuatro años, esa norma podría cambiar.
Calvo fue la propulsora del fichaje de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desde el Gobierno andaluz de Susana Díaz. La entonces consejera no había dudado en desmarcarse de la línea oficial del partido en Andalucía y se sentía presa de la baronesa, que la mantenía en un cargo difícil, Hacienda, para evitar que pudiera brillar en áreas más lucidas y crecer como posible rival. Justo lo que ha hecho estos diez meses en la Moncloa. Su futuro como adversaria de Susana Díaz en unas primarias en el PSOE-A será determinante en su nuevo destino.
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