Pablo Iglesias mantiene su hoja de ruta para entrar en el Gobierno socialista pese a las voces críticas del partido, que le advierten del riesgo de dejar de ser una alternativa al bipartidismo. El secretario general de Podemos ha intervenido en el Consejo Ciudadano Estatal del partido, el máximo órgano entre asambleas, para insistir en su estrategia y acusar a los disidentes, como la líder andaluza Teresa Rodríguez, de no querer entrar en el Ejecutivo porque "es mucho mas cómoda una oposición de izquierdas". El político hace oídos sordos a las advertencias de sus barones y ya ha confirmado que este martes en su reunión con Pedro Sánchez en Moncloa le ofrecerá "inaugurar una nueva época" con un gobierno de coalición, presentándose como el "garante" de la estabilidad del país.
Mañana acudiré a dialogar con Pedro Sánchez con voluntad de llegar a acuerdos que permitan lograr un Gobierno de coalición estable y de progreso. Sin líneas rojas y con ánimo de colaboración. Es lo que pidió la mayoría social en las urnas. Así lo he explicado ante nuestro CCE 👇🏽 pic.twitter.com/93Rb6cwKea
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) May 6, 2019
El secretario general de Podemos se ha pronunciado sobre los resultados obtenidos el 28 de abril, por el que perdieron casi un millón y medio de votos y pasaron de 71 a 42 diputados en el Congreso. Lejos de valorar las causas, Iglesias ha vuelto a huir de la autocrítica y ha culpado a sus rivales internos y a las "cloacas mediáticas" de la pérdida de apoyos, asegurando que el resultado es "suficiente" para cumplir su "objetivo": gobernar. Ha insistido además en que el partido ha "hecho su mejor campaña" y que han conseguido "derrotar a los sondeos que auguraban una debacle".
Como novedad en su análisis, ha introducido dos nuevos elementos, y ha apuntado a la crisis abierta en Cataluña y al auge de Vox como factores electorales; a su juicio, la existencia de "presos políticos" en Cataluña y de dirigentes "en el exilio" ha llevado a antiguos votantes a optar por un voto "identitario" y a decantarse por fuerzas nacionalistas; mientras que la irrupción del partido de Santiago Abascal habría hecho a su electorado optar por el PSOE para "frenar a Vox".
En Podemos crecen las voces contra la gestión de Iglesias en los últimos meses y los secretarios generales autonómicos comienzan a cuestionar las imposiciones de su líder. El germen de la rebelión nació el pasado enero con la bautizada Declaración de Toledo donde los barones se reunieron al margen de la cúpula y pidieron a la dirección rectificar sobre su estrategia madrileña; la negativa de Iglesias se saldó con la salida de Ramón Espinar del partido. Este lunes, horas antes del Consejo Ciudadano Estatal, los barones volvieron a reunirse sin avisar siquiera a la cúpula del partido.
Los líderes territoriales están molestos por la gestión de los resultados de las generales: a la falta de autocrítica se suma la posición subalterna al PSOE. Iglesias ha ofrecido a Sánchez un gobierno de coalición de todas las formas posibles, "mendigando" la entrada en el ejecutivo socialista a solo tres semanas de las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo, donde los dirigentes territoriales se juegan el futuro del partido en autonomías y municipios. La insistencia de Iglesias en su oferta a Sánchez podría comprometer la posición de Podemos en los próximos comicios, donde el partido morado dejaría de ser una alternativa real al socialismo para convertirse en su socio parlamentario.
Pero Pablo Iglesias ha optado por hacer caso omiso a las advertencias de sus dirigentes territoriales, y ha hablado abiertamente sobre los críticos que se oponen a su entrada en el Gobierno del PSOE. "Hay compañeros que han planteado que desde un gobierno no se pueden cambiar las cosas, y que es mucho más cómoda una oposición de izquierdas para que la oposición parlamentaria no se ponga en juego", ha criticado el líder de Podemos, que también ha afeado a estos dirigentes que prefieran la oposición renunciando así a "cambiar las cosas".
A su juicio, la querencia de "los grandes bancos" a un gobierno de coalición de PSOE con Ciudadanos es la "prueba" de que Podemos tendría poder para impulsar medidas con su entrada en el ejecutivo. "Esta preocupación de los sectores del poder financiero revela las posibilidades de cambio que se pueden hacer desde el Gobierno incluso en una posición minoritaria en ese Gobierno", ha señalado Pablo Iglesias, que considera que "la forma tan explicita de decir que no nos quieren en el Gobierno prueba efectivamente que desde el Gobierno se pueden cambiar algunas cosas".
"España necesita estabilidad"
Pablo Iglesias ha vuelto a optar, tal como hiciera en los debates televisivos de campaña, por un perfil moderado y ha llamado a la "madurez, tranquilidad, firmeza en las convicciones y capacidad de diálogo y negociación", advirtiendo de que las negociaciones con el Gobierno debían producirse "sin líneas rojas". Una fórmula que busca acabar con los recelos existentes en el PSOE sobre una alianza con los morados, ante ciertos sectores socialistas que "desconfían de nosotros y les preocupan las dificultades" del pacto.
"España necesita un gobierno parlamentariamente estable y es nuestra obligación convencer al PSOE de que la estabilidad es buena para nuestro país, es buena para España", ha sostenido el político, que durante toda la campaña ha evitado pronunciar la palabra 'España' -salvo excepciones- en sus mítines de campaña. "Debemos convencer al PSOE para inaugurar una nueva época".
El dirigente ha llamado a cejar en "tantos recelos y tanta desconfianza". "En España toca colaborar, empatizar; es importante dejar de lado la arrogancia en la que todos hemos podido caer en algunos momentos para llegar a un gobierno estable y progresista", ha destacado. "No nos podemos permitir una legislatura como la de los últimos meses", ha amenazado el dirigente de Podemos, que de puertas para adentro ya contempla una etapa de dura oposición para desestabilizar a Sánchez en caso de que gobierne en solitario.
"En la reunión de mañana vamos a trasladar nuestra disposición al diálogo", ha adelantado. "Todos deberemos escuchar, empatizar, sin líneas rojas, sin ultimátums, sin arrogancias, con claridad y la verdad por delante", ha señalado Iglsias, que ha anunciado que habrá una consulta en la militancia de Podemos y que la decisión "de entrar en un gobierno o apoyar una legislatura no la tomará ningún directivo, sino que la tomarán los inscritos". "Mañana quiero acudir a La Monlcoa con la voluntad de trasladar al candidato socialista nuestra voluntad de entendimiento. Que inaugure una nueva etapa de colaboración entre progresistas, que es lo que España necesita".
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