Es de los que cree que el PP "debe volver a ser el PP". Un retorno a la centralidad que debería basarse en un respeto "a la pluralidad" en lo territorial, lo social. El candidato a la alcaldía de San Sebastián y presidente del PP en Guipúzcoa, Borja Sémper, tiene clara la receta para resucitar a su partido: "Los candidatos que ganan son los que entienden la pluralidad de la sociedad a la que se dirigen". Y eso incluye el respeto a distintas formas de concebir España, "no somos nacionalistas", subraya, antes de asegurar que el PP debería defender "una España plural, con diversidad de formas de entenderla y sentirla", apunta. Una pluralidad que extiende a todos los ámbitos: "El mensaje del PP debe ser que no le importa a quien rece, bese o vote el ciudadano porque todos somos iguales".
Recuerda que en esa búsqueda del centro debería volver a moldear un partido "humanista de corte liberal y moderno". Su decisión de no emplear las siglas del PP en su campaña por la alcaldía de Donostia la defiende como un modo de ensanchar el campo de posibles apoyos y no como una renuncia de lo que significan. Considera que una de las prioridades debería pasar por recuperar los mensajes y discursos que la derecha ha descuidado y ha logrado patrimonializar la izquierda: el papel de la mujer, el cambio climático o el desarrollo sostenible.
Sémper es sólo uno de los altos dirigentes del PP vasco que en estas elecciones municipales, y forales en el caso del País Vasco, encabeza una candidatura. También lo hacen su secretaria general (a diputada general de Vizcaya) o su presidenta en Vizcaya (Alcaldía de Bilbao), o su presidente en Alava, Iñaki Oyazabal (diputado general de Álava). No oculta que un mal resultado de los tres presidentes territoriales podría dejar cuestionada a toda la dirección, después de unas generales en las que el PP vasco no logró representación.
La dificultad de llegar al electorado en Euskadi es en parte un daño colateral de la situación y del discurso del PP nacional: "Determinados discursos no nos benefician aquí, discursos de recentralización, de no entender el hecho lingüístico", señala antes de afirmar que "algunos del Ebro para abajo deben reflexionar sobre esto". El líder del PP guipuzcoano no oculta que pese a haber quedado atrás los tiempos en los que ETA acosaba y asesinaba a cargos y candidatos del PP, en el nuevo tiempo post ETA la situación no se ha reconducido totalmente: "Aunque hoy ETA no mate, sigue existiendo un poso de miedo, de exclusión social hacia aquellos que manifiestan públicamente que son del PP".
Pregunta.- Recentrar el PP antes del 26 de mayo, ¿es una misión imposible?
Respuesta.- Vivimos en tiempos de tal vorágine política, tal velocidad que las cosas, aunque suene contradictorio, sólo se demuestran con tiempo, con tranquilidad, con unos cimientos sólidos sobre los que construyes un discurso político que termina por ser creíble y demostrado en hechos. El PP, creo que es lo que ha dicho Pablo Casado, debe volver a ser el PP. Es un partido con vocación de ocupar la centralidad política española y ahora es una oportunidad inmejorable. En las elecciones municipales los candidatos a ayuntamientos y a comunidades autónomas son conscientes de que se dirigen a un electorado plural y diverso, a sociedades complejas en las que a la marca hay que añadir la personalidad y la singularidad que representan esos candidatos.
P.- Es decir, que, según usted, hay tiempo si el mensaje se sustenta en la singularidad y la personalidad de sus candidatos…
R.- La posición de centralidad se va a ver reforzada por quienes hacen política desde la centralidad, que son los que están más cercanos al ciudadano, los candidatos a alcalde y a comunidades autónomas.
P.- Pero también dice que para eso hace falta tiempo y es precisamente de lo que ustedes carecen…
R.- Sí, pero estamos en plena campaña y los candidatos llevan haciendo política desde hace cuatro años en sus municipios. Los candidatos que ganan, por lo general, son los que entienden la pluralidad de la sociedad a la que se dirigen, desde principios sólidos, pero desde la vocación y el entendimiento de la pluralidad, gente habituada a modular, a desde la generosidad entender esa pluralidad y hacerla evidente en su día a día.
P.- Una cosa es su deseo, el de su partido, y otra la percepción que los ciudadanos, los votantes, tienen de él. ¿Cómo se modula en apenas un mes la imagen que muchos electores tienen del PP?
R.- El tono tan elevado en el que se ha movido la política en los últimos meses ha afectado a todas las formaciones políticas, es cierto que al PP de modo más evidente. Ha perdido las elecciones de un modo muy notable. Ha dado la sensación de que el PP abandonaba la centralidad y eso ha afectado a los candidatos. La fortaleza del PP no es de arriba hacia abajo sino de abajo a arriba. Se sustenta y tiene su importancia en la fuerza que le da el conocimiento de la España diversa, sus concejales, alcaldes, etcétera. Esa es la fuerza que se va a desplegar, es una oportunidad para centrar el partido desde los ayuntamientos y las Comunidades Autónomas.
Los candidatos que ganan, por lo general, son lo que entienden la pluralidad de la sociedad a la que se dirigen"
P.- Además del centro político, ¿el PP ha perdido también su credibilidad?
R.- Lo que me preocupa es que una parte importante de los españoles que nos respaldaron en otros momentos han entendido que ahora no somos útiles, eso sí me preocupa y eso es lo relevante. La gente te vota por una expectativa de utilidad, de bienestar y si te deja de votar es porque cree que no les vas a ser útil para proporcionarles ese bienestar.
P.- ¿Qué mensajes se han diluido en el PP y urge retomar?
R.- El PP tiene el músculo suficiente, el conocimiento de España necesario y la fuerza como partido como para no tener que estar mirando a otras formaciones políticas. Tenemos que decirles a los ciudadanos qué es lo que opinamos y qué respuestas tenemos a los retos que tiene España. Hablar más de lo que defendemos nosotros y menos de lo que hacen otros. Un discurso que a través del tono ayude a serenar la política española. Un discurso sensato, razonable que entienda que España es plural y compleja, que no sólo te diriges a los 'muy cafeteros', a los que comparten tus ideas, sino que tienes que ganarte a quienes sin compartir tus ideas en un momento determinado te puedan dar su confianza porque creen que tienes las respuestas a los problemas de la gente.
P.- ¿Tiene identificados los mensajes a recuperar?
R.- Fundamentalmente tenemos que hablar más de Europa, lo que quiere representar España; de economía y empleo, tenemos que hablar del sistema de bienestar en una población envejecida. Tenemos que incorporar los grandes debates que no deben ser patrimonio de la izquierda, como por ejemplo el medio ambiente, el desarrollo sostenible, el cambio climático, el papel de la mujer en nuestra sociedad y la igualdad. Hay que incorporarlos con naturalidad. El mensaje del PP debe ser que no le importa a quién rece, bese o vote el ciudadano porque todos son iguales. Eso debe estar en nuestra esencia, somos un partido humanista de corte liberal, moderado. No podemos permitir que la izquierda patrimonialice determinados mensajes y banderas. Hay que dirigirse a la España plural, diversa, la que abraza los valores constitucionales de concordia entre españoles y que defiende que no hay una manera homogénea de sentirse español.
P.- El viraje al que ahora se ve forzado el PP de Casado, ¿es algo que se debe achacar sólo a la actual dirección del partido o viene de más atrás?
R.- Es fruto del contexto. Le pasó a la socialdemocracia con la irrupción de Podemos, que tuvieron que reubicarse. Ahora la irrupción de un partido a la extrema derecha del PP ha provocado reflexiones duras, y titubeos sobre nuestra posición. Hasta cierto punto es lógico y se ha agudizado en los meses previos a la campaña electoral.
Lo que me preocupa es que una parte importante de los españoles que nos respaldaron en otro momento ahora entiendan que no somos útiles"
P.- ¿A Vox habría que tratarle como un adversario o directamente ignorarle?
R.- Habría que tratarlo con el mismo nivel que se ignora o se tiene en cuenta a cualquier adversario. El PP está muy lejos de Vox en las cuestiones fundamentales. Si vienen y te sueltan cien ideas, en algunas estarás de acuerdo, pero lo fundamental es que en lo esencial nos encontramos en las antípodas. Nosotros no somos un partido nacionalista, nosotros creemos, respetamos y amparamos, igual que hace la Constitución, una España plural con diversidad de formas de entenderla y sentirla. No somos un partido que quiere excitar las pasiones más bajas. En el PP tenemos vocación de serenar y dar respuestas y Vox lo que quiere es que cuanto más follón mejor, como cualquier partido populista, como Salvini, Le Pen. Estamos lejos de todo eso.
P.- Algunos compañeros de su partido afirman que ya han percibido un retorno de parte del voto que se fue a Vox. ¿Usted también lo nota?
R.- El panorama político es tan incierto que todo puede pasar. Sí es cierto que la mayoría de votos de Vox no son de peligrosos extremistas, como se les ha querido caricaturizar. La inmensa mayoría de gente que ha respaldado a Vox lo ha hecho por desencanto, por enfado, por ganas de dar un golpe encima de la mesa. A esa gente, la respuesta, la alternativa que hay que darle es decirles que con más radicalidad no se combate su enfado ni se solucionan los problemas. Se necesitan respuestas razonables, eficaces y sensatas a los problemas que tiene el país. Hay gente que ha votado por enfado a Vox, no por identificación ideológica. Son exvotantes del PP que volverán, no me cabe duda, pero hay que darles una respuesta a los problemas y no hacerlo intentando superar en tono a Vox.
P.- Usted es de la misma generación que Santiago Abascal, compartieron militancia en el PP. Tiene buena relación con él. ¿Han hablado después del 28-A?
R.- No, después no. Le tengo mucho afecto personal. Hemos pasado momentos duros casi juntos, nos han querido matar a los dos casi a la vez. Pero esto no me impide ser muy crítico con su discurso político. Es compatible la buena relación y el afecto con la discrepancia política.
P.- Es uno de los candidatos del PP que ha renunciado a utilizar las siglas del partido. Recuerda que ya lo hizo Gregorio Ordóñez y que sólo busca ensanchar el campo de apoyos. ¿Las siglas del PP son, hoy por hoy, siglas que restan?
R.- Me siento orgulloso del PP vasco, nuestro compromiso y trayectoria nos permite ir con la cabeza bien alta. En unas elecciones municipales por encima de las siglas de un partido está el proyecto de ciudad, un liderazgo, un estilo que quieren imprimir a tu proyecto. Lo he querido evidenciar sin las siglas, pero es público que soy dirigente del PP, sería mezquino creer que podré engañar a alguien. Sólo quiero evidenciar que por encima del PP soy de San Sebastián y que me gustaría que me acompañara gente que pudiendo no compartir muchas cosas del PP sí puede compartir mi visión de la ciudad.
El mensaje del PP debe ser que no le importa a quién rece, bese o vote el ciudadano. Somos un partido humanista liberal y moderno"
P.- Afirmar que quiere ensanchar el campo de apoyos parece una obviedad para un candidato. ¿No es decirles a sus compañeros que se están equivocando utilizando las siglas del PP, que así no atraerán a más gente?
R.- Con los compañeros que he hablado lo entienden. La realidad de cada lugar es muy particular. Cada uno traza su estrategia y discurso en función de esa realidad. San Sebastián es así. Desde 1995 en San Sebastián ha ganado el PP, el PSE, Bildu y el PNV, no hay ninguna ciudad europea en la que partidos tan diferentes hayan ganado las elecciones municipales en tan poco tiempo. Es una ciudad que vota por parámetros muy diferentes en unas municipales.
P.- El PP vasco concurre a estas elecciones municipales y forales con sus máximos dirigentes como candidatos, ¿no arriesga demasiado? ¿Un mal resultado no dejaría tocada a la dirección del PP vasco?
R.- Obviamente es una apuesta de riesgo. Estamos acostumbrados, hemos vivido toda la vida en el riesgo, en el filo. Hicimos un análisis de situación y vimos que la situación era complicada y los dirigentes territoriales decidimos dar un paso adelante y asumir el liderazgo en estas elecciones. Es cierto que si el resultado es muy malo nos afectará. Confío en que tengamos un buen resultado.
P.- El PP vasco no ha logrado representación en el Congreso. Ahora arriesgan el 26-M. ¿La posibilidad de caer a la irrelevancia en Euskadi es real? Algunos, incluso, hablan de riesgo de desaparición del PP en Euskadi…
R.- Quizá eso es algo que deseen algunos, pero el PP tiene un recorrido en Euskadi. El problema es que las urgencias electorales en las que está sumida España desde hace unos años casi impiden trazar un recorrido a medio y largo plazo. El PP tiene un recorrido amplio en Euskadi, hay un espacio electoral muy interesante para mucha gente que se siente con normalidad vasca y española, gente que no quiere que le machaquen permanentemente con derechos identitarios, gente que se puede sentir de centro derecha liberal, español y vasca. Ahí el PP puede ser una opción muy interesante.
No somos un partido nacionalista, respetamos una España plural, con diversidad de formas de entenderla y sentirla"
P.- En Euskadi la pérdida de votos de su partido se produce por una fuga hacia el PNV y no hacia Vox. ¿Tiene el PP vasco un problema de raíz, de no haber sabido conectar con aspectos culturales, tradicionales o sociales de la sociedad vasca? Le pongo un ejemplo, escuchar algo en euskera en un acto del PP es algo casi imposible…
R.- Nuestro modelo es el del PP de Galicia, pero nosotros lo hemos tenido mucho más complicado. La implantación territorial en Guipúzcoa era una quimera cuando te mataban. Vete a decirle a alguien en Ordizia que se presente candidato del PP a alcalde… Hoy, aunque ETA ya no mate, sigue existiendo un poso de miedo, de exclusión social hacia aquellos que manifiestan públicamente que son del PP. Esto, como es lógico, es un problema muy serio a la hora de implantarte territorialmente, con lo que te hace concurrir con las manos atadas a unas elecciones como las municipales. También es cierto que determinados discursos no nos benefician aquí, discursos de recentralización, de no entender el hecho lingüístico. Aquí se ha demostrado que a quien premian es al nacionalismo. Algunos del Ebro para abajo deben reflexionar sobre esto. Vox no entra en Euskadi, Ciudadanos no penetra en Euskadi y quien hace daño al PP en Euskadi es el PNV. Esto no significa que tengas que parecerte al PNV, al contrario, sino que tenemos que ser capaces de articular un discurso alternativo al PNV para demostrar que hay otra forma de ser vasco y de sentir el hecho vasco, que no pasa necesariamente por ser nacionalista. El euskera es patrimonio de todos, es tan español como el castellano. Otra cosa son las políticas lingüísticas. Vamos incorporándolo con antinaturalidad.
P.- ¿Pediría a la dirección nacional del PP que tenga más en cuenta la situación singular por la que atraviesa el PP vasco en este tiempo post ETA?
R.- La gente no te vota por lo que has hecho en el pasado sino por lo que cree que vas a hacer en el futuro. No hace falta que se lo pida a la dirección nacional porque estoy seguro de que lo van a hacer. El discurso sobre Euskadi va a partir de los miembros del PP vasco. Confiar en sus dirigentes territoriales está en el ADN del PP, no somos un partido, como Ciudadanos, centralizado y jacobino.
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