"El conjunto de los españoles hemos enviado un mensaje claro, nítido y rotundo a Europa y al mundo de que se puede ganar a la reacción, a la involución, al autoritarismo". El 28 de abril, ante decenas de militantes desde un balcón de Ferraz, Pedro Sánchez miró al exterior. Tras proclamarse vencedor de las elecciones en España, el presidente electo se dirigió a Europa, donde aspira a consolidarse como el gran líder socialdemócrata de referencia internacional.
“Vamos trasladando dos mensajes contundentes. El primero, al conjunto de la socialdemocracia europea. Y es que la socialdemocracia europea tiene mucha historia, pero sobre todo tiene mucho futuro porque tiene un gran presente. Y España es un buen ejemplo de ello. Y en segundo lugar, porque también nos están mirando y nos están escuchando fuera de España, en particular en Europa, que formáramos un Gobierno pro europeo para fortalecer y no debilitar Europa", aseguró micrófono en mano.
Sánchez, que trabajó con 26 años en el Parlamento europeo, tiene un gran interés en la política internacional. Las elecciones generales del 26 de abril se produjeron días después de las finlandesas, donde la ultraderecha quedó como segunda fuerza, pisándole los talones a los socialistas.
"Mirad lo que ha pasado en Estados Unidos. Nadie daba un duro porque Trump fuera el próximo presidente de EE.UU y lo es. En Brasil, nadie pensaba que Bolsonaro iba a ser el presidente y hoy lo es. En Andalucía nadie daba por hecho que iba a gobernar Juanma Moreno Bonilla y hoy es el presidente de la Junta de Andalucía con el apoyo de la ultraderecha. En Finlandia, hace dos semanas, en las encuestas se decía que el Partido Socialista iba a ser de largo la primera fuerza y la ultraderecha la quinta fuerza política. En Finlandia las encuestas decían eso y lo que ha ocurrido es que el Partido Socialista ha ganado por 6.000 votos y la ultraderecha ha sido la segunda fuerza política. No demos las cosas por hecho, no tenemos que confiarnos”, advertía en un mitin dos días antes de los comicios Pedro Sánchez.
Su campaña alertando de Vox dio resultado y el presidente consiguió legitimar en las urnas sus controvertidas alianzas parlamentarias. Ahora, en las elecciones europeas del 26-M, quiere coronarse como el gran líder de la socialdemocracia europea. Y su candidato, Josep Borrell, ministro de Exteriores y referente de la lucha contra nacionalismos excluyentes como el independentismo catalán, es su mejor baza.
Así lo explican fuentes de Ferraz, que destacan que Borrell es el único candidato con un perfil netamente europeísta. De hecho fue presidente del Parlamento europeo entre 2004 y 2007 y en los carteles electorales ni siquiera aparece su nombre, como en los de Pedro Sánchez. "Es una marca en sí mismo", explican en Ferraz.
Las elecciones europeas son una buena oportunidad para hablar de #Europa, porque falta hace. Sólo el 26% de los ciudadanos sabe que hay elecciones en dos semanas.@Desayunos_tve @xabierfortes pic.twitter.com/uBKqsTRerk
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) May 8, 2019
Además de ese conocimiento ciudadano y prestigio internacional, Borrell tiene al aval de haberse convertido en azote del independentismo catalán. Significativo fue su papel en una masiva manifestación convocada en Barcelona por Sociedad Civil Catalana tras el referéndum ilegal del 1 de octubre.
"Estoy aquí porque he escuchado al señor Puigdemont hablar en nombre del pueblo de Cataluña. Puede hacerlo en nombre de una parte, pero yo también soy parte del pueblo y no le reconozco que hable en mi nombre”, aseguró entonces. “Señor Junqueras, usted es un totalitario. No es normal violar el Estatut de Autonomía como ustedes han hecho”, sentenció Borrell en aquella ocasión, acusando a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de dar “golpes a la democracia” y de “callarse cuando se aprobó la independencia con 72 votos cuando hacían falta 90”.
Con 72 años, Borrell se resistió a entrar en el Gobierno de Sánchez, del que se cansó pronto, especialmente por su dependencia parlamentaria de los independentistas. La vía europea se convirtió así en una salida natural del Ejecutivo y a la vez un gran activo para la proyección internacional del presidente.
En Ferraz recuerdan que los rivales de Borrell son mucho más desconocidos que él y tienen menos perfil europeísta, como es el caso de Luis Garicano, candidato de Ciudadanos, que trabajó como economista para la Comisión Europea entre 1992 y 1993. Menos conocida aún por el gran público resulta la cabeza de lista por el PP, la ex portavoz parlamentaria Dolors Monsterrat. Con estas credenciales y el impulso de la victoria electoral del 28 de abril, el PSOE aspira a conseguir 17 ó 18 escaños si la participación es elevada como se prevé por la coincidencia con las elecciones municipales y autonómicas.
"Las victorias electorales de Pedro Sánchez le otorgan a España mucho peso en términos cuantitativos y cualitativos en Europa. El PSOE ha dejado clara su vocación europea dentro de la tradición socialdemócrata desde la Segunda Guerra Mundial", aseguran en Ferraz.
Desde el 28 de abril, el presidente español ha empezado a rentabilizar su nueva sitaución. "La familia socialdemócrata hoy en Sibiu ha encargado a Pedro Sánchez que sea el representante de los socialistas europeos en la negociación para el reparto institucional en la UE. Como sabéis, Donald Tusk ha convocado una cumbre el 28 de mayo para iniciar la renovacion de cargos UE", informó Moncloa el pasado viernes, tras la vuelta de Sánchez de la cumbre informal de Rumanía por el estado crítico de Alfredo Pérez Rubalcaba.
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