Estas cinco acciones, que afectan directamente a la vida en la ciudad de Madrid, se han convertido en polémica y han entrado en debate político de cara a las próximas elecciones municipales del Ayuntamiento de Madrid del 26 de mayo.
Madrid Central. La medida estrella de Ahora Madrid esta legislatura es la restricción de acceso al Distrito Centro para los vehículos más contaminantes, un veto que se irá extendiendo progresivamente según la antigüedad de cada coche. Las tres formaciones de izquierda que concurren la defienden sin ambages (Más Madrid, PSOE y Madrid en Pie) y el equipo de Gobierno afirma que la contaminación ha caído desde la entrada en vigor. En el centro-derecha las cosas no están tan claras. Begoña Villacís (Ciudadanos) asegura que la iniciativa se aprobó con "autoritarismo y despotismo" pero no ha dicho que vaya a revertir Madrid Central. José Luis Martínez-Almeida (PP) sí plantea suprimirla. Javier Ortega Smith también promete derogarla.
Atascos. Un punto que podría estar ligado al anterior y que merece un punto y aparte: el candidato del PP Martínez-Almeida se ha lanzado a grabarse vídeos y a publicarlos en Twitter con su moto para denunciar los atascos, aunque con escaso éxito: las redes le han respondido enseñándole las obras de Canalejas que han cortado la Línea 2 de Metro o las carreras populares y tantos otros eventos que se organizan en el Madrid actual cada fin de semana. De momento Madrid Central no ha generado el caos en los accesos que sus detractores anunciaban, pero la presencia de coches en el centro tampoco parece haber mermado en exceso: los taxis vacíos en busca de clientes llenan el céntrico distrito. La mayor parte de los atascos se producen fuera de los límites de la capital. Ahora Madrid ha instalado igualmente semáforos en la entrada de la A-5 que han provocado protestas de los conductores y aplausos entre los vecinos de Cuatro Vientos.
Urbanismo. A pesar de las reticencias iniciales del equipo de Gobierno hacia las operaciones urbanísticas, el importantísimo área de Urbanismo (rebautizada Desarrollo Urbano Sostenible) ha ido desatascando poco a poco aquellos proyectos judicialmente paralizados empezando por el más grande, Madrid Nuevo Norte o la Operación Chamartín, que empezó a aprobarse hace la friolera de un cuarto de siglo. La pequeña reducción de viviendas entre lo aprobado por Botella y lo que finalmente ha sacado adelante Carmena (de 17.000 a 11.000) y las críticas internas por lo que las bases de Ahora Madrid consideran un "pelotazo" han estado en las claves de la ruptura dentro la coalición que se impuso en 2015. El candidato socialista Pepu Hernández aboga por hacerla "un poquito mejor. Aquí Carmena ha encontrado un aliado en Ciudadanos (Villacís ha asegurado que la "mejorará" sin dar más detalles) y en el PP a la hora de sacarla adelante.
Vivienda. Urbanismo sigue adelante con su Plan Especial de Hospedaje para frenar la expansión de las Viviendas de Uso Turístico (VUT) que, tirando de una medida que ya existía en la normativa municipal, supuestamente afecta al 95% de los pisos turísticos. El precio de la vivienda no para de subir. La Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), que durante la legislatura de Botella vendió 2.000 VPO al fondo Blackstone por debajo del precio de mercado, razón por la cual la ex alcaldesa y su equipo han sido condenados a pagar más de 25 millones por el Tribunal de Cuentas, apenas ha construido: ha terminado esta legislatura 100 viviendas sociales nuevas, si bien es cierto que su función constructora se vio anulada durante la crisis económica, cuando el coste de las casas estaba en caída libre. Almeida ha defendido los pisos turísticos y la riqueza que presuntamente generan mientras que Villacís se ha limitado a argumentar que su grupo está en contra del plan porque "confronta con la legislación autonómica y estatal".
Limpieza. Una de las grandes controversias. Según el equipo de Gobierno, Madrid está más limpio. Según la oposición, mucho más sucio. Una división que también se produce en la calle, dependiendo de a quien se pregunte. Una de las primeras promesas incumplidas por Ahora Madrid, reconocida públicamente y explicada por la delegada de Medio Ambiente Inés Sabanés a los pocos meses de acceder a Cibeles, fue la de remunicipalizar el servicio de limpieza. Los problemas jurídicos y laborales que, según Sabanés, acarrearía la ruptura de los contratos integrales firmados en la etapa de Botella han llevado al ayuntamiento a desestimar esta opción. La alcaldesa asegura que hay más operarios en las calles.
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