Francisco Igea (Valladolid, 1964) saltó a la política en 2014, cuando concurrió como candidato a las primarias de UPyD para presidir la Junta de Castilla y León. Pero en 2015 un partido que se encontraba en plena expansión nacional le sedujo y el vallisoletano concurrió por vez primera a la Cámara Baja como diputado de Ciudadanos por la circunscripción de su provincia natal y, desde entonces y paso a paso, fue creciendo dentro del partido: primero como responsable del área de Sanidad en el Comité Ejecutivo en 2017 y, después, como candidato a presidir la Junta.
Igea ejerció como médico especialista en el aparato digestivo en un hospital palentino durante 20 años. Y, aún así, las primarias de la región se le atragantaron frente a la ex popular Silvia Clemente, llegada directamente de la Ejecutiva Nacional de Ciudadanos. Pero las voces de irregularidades en la votación y el beneplácito de la Comisión de Garantías ante la denuncia planteada por él mismo por un posible pucherazo le auparon como líder del partido en Castilla y León. Y, ahora, aspira a presidir la comunidad.
Solo resta un día para que finalice la campaña electoral del 26M. Los partidos se enfrentan este domingo a unas elecciones autonómicas, municipales y europeas sin precedentes, con un fragmentado escenario político; con la fuerte irrupción de fuerzas hasta ahora sin representación; y teniendo como precedente unas elecciones generales que Ciudadanos cimentó bajo un único mantra: tender puentes a derecha y vetar a la izquierda de Pedro Sánchez "y sus cesiones al independentismo".
Francisco Igea no se plantea, "a priori" pactos tras el 26M, aunque sí tiene claro que "salimos a ganar" y que "somos la alternativa" frente a un ininterrumpido gobierno popular durante 32 años. Aún sin pronunciarse al respecto, falta por ver si dará continuidad al PP o, por contra, protagonizará un gobierno del "cambio" con el PSOE. Tras el 28A, Ciudadanos obtuvo en la región ocho escaños frente a los 10 recogidos por el PP, dos asientos de diferencia que guardan una salvedad: que los naranjas suman siete y los populares restan ocho respecto a la apertura de urnas de 2016.
Pregunta.- Ciudadanos firmó el 28 de abril el mejor resultado en unas generales de toda su historia, sumando 25 asientos en el Congreso en un complicado escenario de fragmentación política. ¿Cómo se prepara la formación en Castilla y León para mejorar o al menos no defraudar?
Respuesta.- Como a nivel nacional, nos lo jugamos todo a una campaña que está siendo muy intensa. Entre las dos campañas llevamos cerca de 14.000 kilómetros. Queremos recorrer todo el territorio para convencer a la gente que somos el cambio, la regeneración, la innovación y el futuro y dar una imagen de modernidad de nuestra región. Las elecciones han demostrado que hemos sido los que más hemos crecido entre los ciudadanos, el que mayor crecimiento de escaños ha tenido. Y esa imagen se trasladará a Castilla y León porque somos los únicos que hacemos lo que decimos y porque, tras una victoria espectacular, encabezamos ahora más que nunca la regeneración.
P.- Obtener un buen resultado, más en un escenario necesario de pactos, es algo muy relativo. ¿Con cuántas alcaldías y provincias castellanoleonesas estaríais satisfechos?
R.- Ciudadanos se presenta al 26M en 450 candidaturas. Nuestra expectativa es la de multiplicar por dos los municipios que tenemos actualmente y, a nivel provincial, ser decisivos en todas las capitales de provincia y encabezar al menos dos o tres de ellas. Todo lo que sea crecer, será bien recibido.
P.- ¿Qué papel podría jugar el reparto de alcaldías para la constitución de un Gobierno autonómico?
R.- Ninguno. No haremos cambios ni cesiones por gobernar, eso lo tenemos claro. Hay intereses completamente diferentes en cada Ayuntamiento y no vamos a vincular los votos de los ciudadanos con intereses partidistas. Son poderes independientes, siempre ha sido así y lo vamos a mantener.
P.- Ha manifestado en repetidas ocasiones que Ciudadanos está en contra del bipartidismo, pero las encuestas y los resultados del 28A revelan que tendrá que pactar -o apoyar- a Luis Tudanca (PSOE) o Alfonso Fernández Mañueco (PP) para gobernar. Ciudadanos se estima como llave de gobierno, hacia un sentido u otro. ¿Hacía dónde va a virar entonces?
R.- No me gusta hablar de pactos a priori. Nosotros salimos a ganar. Pero es cierto que puede darse el caso de que tengamos que pactar, de hecho es lo más probable. En este caso lo primero que haremos será leer los resultados, ver las hojas de ruta, los escaños que hemos sacado cada uno. Y nosotros gobernaremos con quien acepte nuestros límites y quienes estén de acuerdo con nosotros en poner fin a los aforamientos, en apostar por una rebaja fiscal, en promover la igualdad entre los territorios, en luchar contra la corrupción, o en acabar con los chiringuitos, el clientelismo y la libre designación que aquí se ha practicado y que ahora tienen los días contados.
Vamos a luchar contra la corrupción, los chiringuitos, el clientelismo y la libre designación del PP
P.- En Castilla y León lleva décadas gobernando el PP...
R.- Quizá el problema endémico de Castilla y León sea el PP. Es un partido que ha gobernado durante 32 años desde el conservadurismo, algo que ha aplicado a todas sus políticas. Es un partido incapaz de enfrentarse a problemas nuevos, no es capaz de innovar, no es capaz de pensar en el futuro porque todas sus ideas están relacionadas con conservar las mismas instituciones, las mismas diputaciones... sin adaptarse a las nuevas situaciones. Necesitamos una política radicalmente distinta, que sea liberal, que sea progresista y que sobre todo sea capaz de definir un proyecto para la Comunidad en el largo plazo y no a un partido con todos sus esfuerzos puestos en mantenerse en las instituciones.
P.- Pero tampoco descarta formar Gobierno con ellos.
R.- Lo que tenemos claro es que no somos el salvavidas de nadie. No estamos aquí para salvarle la vida al PP, estamos aquí para traer el cambio real y acabar con ciertas prácticas y mostrar a aquellos que gobiernan de manera ininterrumpida durante décadas que ahora hay alternativa. Es muy bueno que se haya abierto el escenario, que haya opción real de victoria por nuestra parte, porque nos sentaremos a hablar siempre que acepten nuestro programa. Vamos a hablar de futuro y de proyectos y vamos a llevarles a pensar más allá de sus propios intereses. A lo que no estamos dispuestos es a aguantar aforamientos ni chiringuitos y por tanto tienen muy difícil que podamos llegar a un acuerdo, pero veremos si cambian de opinión.
Tudanca debe manifestarse claramente contra el sanchismo y las cesiones al nacionalismo
P.- Tudanca ya ha dejado caer que juntos podrían encabezar un Gobierno "del cambio" en Castilla y León y Mañueco ha dicho que está claro que ya hay un pacto entre ambos. ¿Contravendría, por tanto, la tónica seguida a nivel nacional?
R.- Por el momento no descarto tener como vicepresidente a ninguno de los dos (risas). El PSOE también deberá aceptar nuestras exigencias. No podemos elevar la presión fiscal en la comunidad y, de entrada, tendrían que romper el pacto que mantienen con Izquierda Unida y Podemos para empezar a hablar de pactos. Además, el PSOE de Castilla y León tiene que defender la igualdad autonómica y que apoye la mayoría de las políticas que llevamos.
P.- ¿Igualdad autonómica?
R.- Que en Castilla y León tiene que ser capaz de ejercer la igualdad territorial y no seguir a otros de sus partido que, como el PSC, defienden la desigualdad. Este es el asunto. Tudanca tendría que manifestarse claramente y levantar el dedo como ha hecho Rivera contra el sanchismo. Tiene que manifestarse contrario a las políticas de cesiones al nacionalismo que está llevando Pedro Sánchez. Si esto es así, todo es posible.
P.- El 28A dibujó un nuevo escenario político en el que Vox aparecía por primera vez con representación en Castilla y León. Las encuestas para el 26M también le otorgan al menos un escaño. ¿Se sentarían a hablar con ellos?
R.- No compartimos prácticamente nada con Vox. No nos gusta la gente que simplifica los problemas en el bien o en el mal, entre los patriotas y los antipatriotas, entre los fascistas y los antifascistas. Es una forma de hacer política que nosotros no practicamos. Somos un partido liberal y, por tanto, esperamos llegar a acuerdos con un partido constitucional. La limitación de libertades no va en nuestro programa, y con Vox no compartiremos ni proyecto ni gobierno.
P.- Además de la irrupción de Santiago Abascal, los comicios generales significaron el peor registro histórico del que iba a ser vuestro compañero de pactos en Moncloa. Más que autocrítica, Pablo Casado lo achacó a confiar en ustedes y Vox. ¿Con qué lo relacionáis vosotros?
R.- Uno no puede hacer responsable a otros de sus batacazos electorales. El desplome del PP es la consecuencia de un partido inmerso en la corrupción y que ha visto cómo perdiendo el poder perdía su razón de ser. El PP asiste a un proceso de descomposición, y cada vez más acelerado.
Ser líder de la oposición no es algo que se herede, y el PP es ahora mismo un partido en las trincheras
P.- ¿Es Albert Rivera el líder de la oposición?
R.- Bueno, el lunes quedó demostrado, ¿no? El líder de la oposición es aquel que se levanta y que defiende los derechos de los Ciudadanos. El que desde luego no puede ser líder es aquel que está escondido en su escaño y no es capaz de levantarse ni adoptar una posición de liderazgo. El lunes no hubo respeto ni por la instituciones ni por la democracia, ni por parte de los independentistas, ni por parte de la bancada de Vox. No se pueden perder las formas. Cuando en el Congreso no se está respetando la Constitución, no se puede dar golpes. Un líder lo que tiene que hacer es levantarse y protestar, que es justo lo que hizo Albert Rivera. Ser líder de la oposición no puede ser algo que se herede y el PP es ahora mismo un partido en las trincheras, que además piensa que el poder se hereda. Pero la gente ya ha reaccionado y se ha dado cuenta de ello.
P.- Por último, uno de los ejes de esta campaña de todas las formaciones está siendo luchar contra la España vaciada. ¿Cómo convence Ciudadanos a sus votantes de que ese mal va a terminar?
R.- No se trata de convencer para que se queden, se trata de ofrecer las condiciones para que pueda haber emprendimiento en la España vaciada. La gente no se va solamente por la falta de servicios, se va por la falta de oportunidades laborales. Un joven no se va de su casa únicamente porque tenga el médico a 20 kilómetros, sino porque no tiene trabajo. ¿Cómo revertimos la situación? Aprovechando los recursos que tenemos, impulsando nuestra industria alimentaria, potenciando el crecimiento económico vinculado al mundo rural o bajando los impuestos. Lo que está claro es que hay que despolitizar un asunto en el que todos coincidimos e impulsar un Acuerdo Nacional dentro del Congreso con medidas fiscales útiles que fomente el aprovechamiento de recursos de cada comunidad. Si lo que propone el Partido Popular es mantener la tributación que ya llevamos, como medida me parece un poco pobre. Pero bueno, estamos dispuestos a enseñarles.
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