Política

El centro-derecha se culpa mutuamente de una posible desmovilización de su voto

Ciudadanos y Vox responsabilizan al PP, mientras Génova carga las tintas contra el partido de Albert Rivera

Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera en la manifestación de Colón | EFE

La clave está en la participación. Y la que se prevé para estas elecciones locales, autonómicas y europeas, que se celebran hoy, parece alejada de la que se alcanzó el pasado 28 de abril. Sea atribuible al cansancio o a la desilusión ciudadana, la idea generalizada es que la abstención va a superar con mucho a la de las generales. La gran pregunta es de qué lado caerá ese bajón de afluencia a las urnas y en el bloque de centro-derecha se culpan mutuamente de ser los causantes del desafecto electoral.

Ciudadanos y Vox coinciden en acusar al PP de haber "bajado los brazos", de desistir, de no pelear. Ya en las generales el partido de Albert Rivera comenzó a hacer un juego de palabras con Pablo "Cansado", un retrato poco fiel de la paliza territorial que se dio el líder popular. Pero en Génova tampoco permanecen callados. Opinan que los resultados de la fragmentación del centro-derecha en las elecciones generales, riesgo del que alertaron durante toda la campaña, puede llevar al desistimiento, al desencanto, de una parte del electorado ideológicamente situado en las posiciones del centro-derecha.

Ciudadanos y Vox culpan al PP, mientras Génova carga las tintas sobre Cs

Creen en Génova que el descenso de participación puede ser atribuible a Ciudadanos, en muy buena medida por su escasa fidelidad de voto, mientras esperan que parte de las papeletas que fueron a parar a Vox el 28-A regresen a "casa" en la contienda electoral de este domingo, aunque temen que otras puedan quedarse en casa.

Pulsión de cambio en Madrid

Lo cierto es que unos y otros temen la movilización de la izquierda una vez que asoma la posibilidad de que el PSOE recupere el gobierno de territorios como Madrid, donde no estaban ni se les esperaba desde 1995. La pulsión de cambio es la mejor movilizadora del voto, eso explica que, a pesar de acudir también fuertemente fragmentada por la espantada de Íñigo Errejón, se dé la paradoja de que no son pocos los sondeos los que apuntan a que por separado Más Madrid y Podemos pueden sumar más que cuando fueron bajo unas únicas siglas hace cuatro años.

El sondeo con intención de voto del Instituto DYM para El Independiente / Prensa Ibérica coincidía en la paradoja de que la división de la izquierda, lejos de debilitarlos, los refuerza. En la Comunidad, además de ganar el PSOE las elecciones con unos resultados muy simulares a los de 2015, Más Madrid y Podemos sumaban una horquilla de entre 28 y 30 escaños, mejor que los 27 que tienen ahora en la Asamblea autonómica. En el Ayuntamiento la situación es distinta puesto que Pablo Iglesias desistió de presentar una candidatura de Podemos que compitiera con la actual alcaldesa, Manuela Carmena, aunque sus coqueteos con Carlos Sánchez Mato, de la lista de Madrid en pie, puede restarle a la regidora unos porcentajes de voto indispensables para sumar la mayoría absoluta frente al centro-derecha.

El PP pierde la mitad de sus escaños

Tampoco Carmena da un vuelco al escenario político madrileño pues hasta podría perder un escaño con respecto a 2015, y quedarse en 19, pero la clave vuelve a estar en el bofetón electoral del PP -que perdería más la mitad de su actual representación- unido a la fragmentación de la derecha, que sólo podrá sobrevivir si se moviliza.

"Es importante mantener ese bastión de libertad que es Madrid y por parte de Vox no vamos a dejar ni un minuto en ese esfuerzo de movilizar al electorado frente a unos que están de brazos caídos", dijo esta semana la candidata de Vox a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, en alusión al PP. Y el candidato autonómico "naranja", Ignacio Aguado, emplea justo la misma expresión al referirse a la adversaria popular, Isabel Díaz Ayuso: "La veo desmotivada, con los brazos caídos", dijo en una entrevista en La Razón.

Los populares niegan la mayor para responder con contundencia que el problema del voto del centro-derecha viene de la "constatación de que la mitad de las papeletas de Cs y de Vox de las generales se perdió, no sirvió de nada, no se tradujo en un sólo diputado o senador" lo que se traduce, aducen, "en una desmovilización, en la sensación de que acudir a las urnas no impidió que los socialistas ganaran", de ahí sus últimos llamamientos a impedir una alta abstención en el centro-derecha.

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