Carles Puigdemont le ha ganado el pulso a Oriol Junqueras. Cuando el impulso de los republicanos parecía imbatible, tras la victoria en las elecciones generales de hace un mes y tras superar a los neoconvergentes en candidaturas municipales, el ex presidente catalán ha vuelto a hacer valer su gancho electoral para imponerse en Cataluña con el 28,5% de los apoyos.
ERC se ha visto superada además por el PSC, que con un 22% supera a los republicanos en un punto. El voto dual ha vuelto a imponerse en el bloque independentista, en el que los votantes de la CUP han optado claramente por la candidatura de Puigdemont, igual que un porcentaje nada desdeñable de quienes han apoyado a candidaturas republicanas en los municipios.
Un resultado que da aire a JxCat, derrotados por los republicanos en las municipales y en las generales del 28-A. La victoria de Puigdemont vuelve en situar en tablas la partida por el liderazgo del independentismo e incidirá en el calendario electoral en Cataluña, donde muchos especulan con nuevas elecciones en otoño, coincidiendo con la sentencia del juicio al procés.
Capitales republicanas
La otra cara de la moneda, la que sonríe a ERC, es la de las elecciones municipales. Esquerra vuelve a ser la primera fuerza municipalista en Cataluña -"con los mejores resultados desde 1931" ha destacado su número dos, Pere Aragonés- Los republicanos han obtenido más de 800.000 votos y más de 3.000 regidores, aunque su única victoria absoluta, en Barcelona, ha ido por un puñado de votos.
Los republicanos podrían hacerse también con las alcaldías de Lleida y Tarragona, pero necesitan para ello del apoyo de JxCat y la Cup en el caso de Tarragona. Pero han fracasado en su asalto al cinturón rojo. No han ganado en Badalona y han perdido su ciudad fetiche: Sant Vicenç dels Horts, el pueblo de Junqueras, a manos del PSC.
Puigdemont pasa cuentas
Puigdemont no ha perdido la oportunidad de exhibir su victoria. Al filo de la medianoche comparecía desde Bruselas para proclamar que "hemos ganado las europeas en Cataluña con mucha claridad" y añadir que esa victoria "es un aval al exilio" y a la "apuesta por la unidad". Un modo nada sutil de pasar cuentas con Junqueras, que en los últimos días había destacado las dificultades y la "dignidad" de los presos.
El ex presidente ha reivindicado así la mayor efectividad de su huida a Bruselas, al tiempo que reprochaba a Junqueras su negativa a concurrir en una lista conjunta a las europeas. Puigdemont ha destacado además su victoria en Cataluña sobre Josep Borrell, auténtica bestia negra del independentismo.
"Casi el 50% de los votos han sido independentistas en Cataluña, la cifra más alta conseguida" ha insistido Puigdemont, que ha advertido: "Escucha Europa, el independentismo ha doblegado al representamte del Gobierno que tendrá que ver como la voz del 1-O entra en el Parlamento Europeo".
El PSC, reforzado
Y en medio de la batalla por la primacía del independentismo, los socialistas han visto recompensada su apuesta por el diálogo con condiciones. Miquel Iceta lo destacaba así: "Dijimos que pondríamos otra vez en circulación al PSC y lo hemos hecho. En las municipales ha ganado ERC, en europeas JxCat pero siempre con el PSC segundo y de cerca, estamos en condiciones de volver a disputar el primer lugar en Cataluña".
Los socialistas catalanes han conseguido un meritorio segundo lugar en las europeas pese a que el voto independentista estaba muy movilizado por la oportunidad de llevar el discurso secesionista a las instituciones comunitarias. Y ha recuperado su fortaleza en el conjunto de Barcelona, donde ha sido de nuevo la fuerza más votada en unas municipales.
Pero sus resultados en Lleida y Tarragona, dos alcaldías en las que han empatado con Esquerra, dejan en la cuerda floja a los alcaldes de estas ciudades, que acumulaban décadas de mandato socialista. En ambos casos el retroceso sumado de PSC, Cs y el PP hace imposible retener las alcaldías sin el apoyo de los Comunes.
El juego de alianzas será determinante por tanto para trazar el nuevo mapa municipal en Cataluña, y en ese terreno Esquerra puede obtener enorme ventaja de su situación en Barcelona y su condición de miembro del gobierno catalán. Si consigue imponer una política de pactos uniforme al partido de Ada Colau en Cataluña, conseguirá de golpe tres de las cuatro capitales catalanas.
En la batalla de la derecha, PP y Cs han invertido sus papeles en cuanto a peso municipal en cataluña, un cambio ya esperado, puesto que el PP había perdido ya la mitad de sus candidaturas en favor del partido de Albert Rivera. Sin embargo los populares podrían sumar a la alcaldía de Pontons, su único feudo en Cataluña en el último mandato, las alcaldías de Badalona y Castelldefels, mientras que Cs no ha conseguido ninguna alcaldía.
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