Ada Colau quiere seguir siendo alcaldesa sin abandonar su ambigüedad entre los dos bloques que dividen la política catalana: independentistas y constitucionalistas. Por eso, los responsables del equipo negociador de BComú, Janet Sanz y Joan Subirats, han asegurado hoy que la decisión de presentar candidatura de Ada Colau a la investidura como alcaldesa el próximo 15 de junio no implica cerrar la puerta a ERC, sino una apuesta redoblada por el tripartito de izquierdas en Barcelona con Colau como punto de unión.
El plenario de BComú debe debatir y aprobar esta tarde la propuesta de Colau, que de hecho no apuesta claramente por una alianza con socialistas ni con republicanos. Este organismo, integrado por 1.500 personas, de las que hoy asistirá solo una parte, no suple sin embargo la consulta a la militancia a la que Colau está obligada si cierra un acuerdo de gobierno a cambio de la investidura, como le exige el PSC.
De hecho, la postura fijada ayer por la dirección de los comunes cierra a priori las puertas a Esquerra, que ha dejado claro que el alcalde debe ser Ernest Maragall. Pero no facilita el acuerdo con el PSC, al que Colau pretende arrancar el apoyo para la investidura sin comprometerse a un gobierno de coalición.
El PSC quiere entrar en el Gobierno
Jaume Collboni se comprometió anoche en el Consell del PSC en Barcelona a acordar un gobierno paritario en la ciudad con Colau como alcaldesa, pero los socialistas quieren asumir las áreas prioritarias para ellos: seguridad, economía y turismo. Los ámbitos en los que la alcaldesa ha recibido más críticas.
Pero Janet Sanz ha negado hoy que hayan entrado ya a hablar con el PSC del reparto de áreas de gobierno y no ha querido entrar a debatir la posibilidad de que comunes y socialistas lleguen a una coalición de gobierno a la que más adelante podrían sumarse los republicanos. La dirigente morada ha insistido, por contra, que su "paso adelante" planteando la candidatura de Colau a la investidura, no prefigura la elección de uno u otro partido como socio de gobierno.
"Ahora mismo la propuesta es un gobierno a tres, no contemplamos otros escenarios, seguimos negociando con ERC y PSC para conseguir un gobierno a tres" ha asegurado Sanz, que después ha tenido que reconocer que la negociación con Esquerra está suspendida, aunque siguen "intercambiando mensajes".
La dirigente morada ha lamentado además que "tanto ERC como PSC nos insisten en que la propuesta de un gobierno transversal de izquierdas es una opción de futuro", y se ha preguntado "por qué no hacerlo hoy".
"Lo que había sobre la mesa es política de bloques, nosotros queremos ir todos juntos", ha añadido Sanz, quien ha defendido que la propuesta de Colau como alcaldesa "es el punto de encuentro entre las dos fuerzas", por lo que la propuesta de BComú es el modo de "asumir la responsabilidad de dialogar y poner Barcelona al servicio de la reconciliación".
Sanz ha añadido que tras una semana de negociaciones su grupo ha constatado que "no hay grandes diferencias programáticas" sobre las fórmulas a aplicar en el gobierno de la ciudad, y ha recordado que ERC y el PSC están negociando acuerdos de gobierno en "en decenas de municipios de toda Cataluña, por qué no en Barcelona". En este contexto, el veto cruzado entre ambos partidos solo se entiende, según la dirigente de los comunes "desde el tacticismo".
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