Continúa la tensión entre Albert Rivera y Manuel Valls. Ciudadanos mantiene su órdago contra el ex primer ministro francés y reitera que su formación solo apoyará a Collboni para ser investido como alcalde de Barcelona, en ningún caso a Ada Colau como propuso -y mantiene- Valls, que abogó por esta fórmula para no dejar caer el gobierno de la ciudad en manos independentistas.
Así lo ha confirmado este viernes la portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Lorena Roldán, quien ha asegurado que la formación solo contempla votar al candidato del PSC, Jaume Collboni y redobla el desafío planteado entre la dirección nacional y el candidato en Barcelona.
Pese a las desaveniencias entre ambas formaciones, Roldán defiende que pactar con el PSC es un "mal menor" para impedir que la alcaldía caiga en manos de "populistas o separatistas", en clara alusión a la actual alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau.
En una entrevista con Efe, la portavoz del Parlament ha ido más allá y ha mantenido que la postura que tomará Ciudadanos ya está tomada. Este último desencuentro entre el núcleo de Albert Rivera y el liberal francés, a falta de conocer su reacción, podría tensar hasta romper la cuerda de una larga lista de desencuentros entre ambos líderes. El apoyo incondicional y sin "ultimátums" a Ada Colau tan solo fue la gota que colmó un vaso que comenzó a desbordarse con los primeros acercamientos entre los naranjas y Vox en Andalucía.
Aunque al borde de una ruptura manifiesta, la relación de Valls con Rivera comenzó con la mejor de las sintonías. El ex primer ministro galo veía en Rivera al homólogo español de Emmanuel Macron y a su formación el escenario perfecto en que aterrizar dentro de la política española; el candidato naranja, por su parte, encontró en Manuel Valls el empujón que necesitaba Ciudadanos para entrar por la puerta grande en el panorama comunitario.
Poco o nada queda de aquella relación de confianza mutua. La mayor grieta entre ambos se confirmó cuando Manuel Valls certificó su apoyo a Ada Colau como medida in extremis para relegar a Ernest Maragall de la alcaldía de Barcelona, una decisión que tomó sin previa consulta con la dirección nacional y que cogió por sorpresa a la ejecutiva de Alcalá.
Desde el minuto uno, la posición de Rivera fue tajante: "no" investirán a una "populista" en Barcelona, y harán lo propio con Jaume Collboni, eso sí, "con condiciones". Valls, lejos de rectificar, se puso frente a frente de la directiva y aseguró que los seis concejales que cosechó su plataforma 'Barcelona pel Canvi' tras el 26-M en la ciudad -tan solo uno más que Carina Mejías en 2015- están de acuerdo con su decisión.
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