Política

El juez y diputado Juan Carlos Campo, favorito para sustituir a Delgado en Justicia

Campo encabeza las quinielas para sustituir a Delgado, cuya salida del Ejecutivo se da por segura tras las grabaciones de sus conversaciones con el ex comisario José Manuel Villarejo

La bancada socialista aplaude al diputado gaditano Juan Carlos Campo tras su defensa de la derogación de la prisión permanente revisable en el Congreso en marzo de 2018. | EFE

El diputado socialista Juan Carlos Campo encabeza las quinielas como sustituto de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, cuya salida del Ejecutivo se da por segura tras las grabaciones de sus conversaciones con el ex comisario José Manuel Villarejo y por agujeros en su gestión que ha tenido como consecuencias una cadena de huelgas en la administración de Justicia.

Nacido en Osuna (Sevilla, 1961) la vida laboral del magistrado se ha desarrollado principalmente en la provincia de Cádiz. Según su biografía en la web del PSOE andaluz, tras estudios en colegios públicos de la capital gaditana desarrolló la licenciatura de Derecho entre 1979 y 1984. "Tras ello, y siguiendo con el proceso formativo, saqué las oposiciones a judicatura y en el 87 tomé posesión como juez. Todos mis destinos judiciales han sido en la provincia de Cádiz. Desde el año 2000 en su Audiencia Provincial", explica él mismo en la web.

Además, Campo ha sido director general de Relaciones con la Administración de Justicia de la Junta de Andalucía (1997-2001) y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del PSOE desde 2001 hasta 2009. En febrero de ese año fue nombrado secretario de Estado de Justicia, puesto que mantuvo hasta el final de la legislatura en noviembre de 2011. Aunque fue uno de los candidatos propuestos por el PSOE en el Senado para cubrir una de las vacantes de magistrado en la renovación del Tribunal Constitucional, no resultó elegido.

Esa amplia trayectoria jurídica y sus "conexiones interesantes con el mundo judicial" lo sitúan en primera línea para convertirse en titular de Justicia, según confirman fuentes cercanas a Moncloa. Especialmente se valora su experiencia en el CGPJ, cuya renovación es uno de los primeros retos a los que deberá enfrentarse el sustituto de Delgado, dado el fracaso del intento de nombrar como presidente al magistrado del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. "Campo ha estado mucho tiempo en el CGPJ y conoce bien la arquitectura de jueces de la parte conservadora, que es la que interesa amarrar", explican las fuentes, que también señalan que el socialista fue uno de los muñidores del acuerdo de renovación fallido con el ex ministro Rafael Catalá.

El nombre del diputado socialista como candidato al Ministerio de Justicia cuenta con la bendición de buena parete de la judicatura y es amigo personal de dirigentes cercanos a Pedro Sánchez como Mertixell Batet, con la que es frecuente encontrarlo en verano en restaurantes costeros de la provincia de Cádiz. Aunque procede del PSOE andaluz y protagonizó uno de los debates parlamentarios más bochornosos de la anterior legislatura sobre la prisión permanente revisable, Campo también se ha ganado el favor de Ferraz por trabajos de asesoramiento posteriores que le han encargado. "El partido ha quedado contento con ellos", aseguran.

A la espera de la investidura de Pedro Sánchez, en el Gobierno y en Ferraz se da por segura la salida de Dolores Delgado del Ministerio de Justicia. A pesar de las controversias que ha protagonizado, desde sus vinculaciones a Villarejo y sus expresiones homófobas hacia su compañero Grande-Marlaska hasta hablar de la derecha "trifálica", la todavía ministra achaca su salida del gabinete socialista al machismo. Durante una intervención en la jornada “¿Cómo impacta internet en el sector legal?”, organizada por Facebook el pasado 3 de abril, la fiscal ha aseguró sentirse “víctima” de manipulación informativa “por ser mujer”, algo que “hace mucho daño y es muy difícil quitarse de encima”.

Aunque no ha especificado casos, dijo padecer informaciones periodísticas que, de referirse a un hombre, “no importarían”, antes de lamentar el “desorden informativo” que, a su juicio, existe en España, y genera desinformación, especialmente respecto de la mujer, y que fomenta el discurso de la discriminación.

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