La investidura de Pedro Sánchez sigue en el aire. El presidente del Gobierno en funciones inicia hoy negociaciones con los líderes de PP, Ciudadanos y Podemos sin contar con el apoyo de ninguno de ellos. Pablo Casado y Albert Rivera siguen negándose a facilitar la investidura del candidato socialista mientras que el PSOE rechaza las exigencias de Pablo Iglesias de convertirse en vicepresidente a cambio del apoyo de Podemos. "No podemos aceptar ese chantaje", aseguran en la dirección socialista, que considera fuera de la realidad las reclamaciones de Podemos y sus formas de plantearlas.
“Si sumáramos con Podemos una mayoría absoluta, esa coalición ‘a la valenciana’ sería lo normal. Pero es que en Valencia esa suma significa mayoría absoluta; ésa es la pequeña y gran diferencia. Si fuera así no habría ningún debate, pero no es el caso. No llegamos”, explicó ayer José Luis Ábalos, número 3 del PSOE. “Un Gobierno de esa naturaleza no añade, sino que puede restar. Concita más aceptación un gobierno en solitario del PSOE. No resuelve la gobernabilidad y ni siquiera la investidura”, añadió en rueda de prensa.
En Ferraz insisten en que la suma de los 123 diputados socialistas y los 42 de Podemos se queda lejos de la mayoría absoluta necesaria para gobernar, por lo que sólo se ve factible la investidura de Sánchez si puede contar con el apoyo de Ciudadanos en cuestiones vitales como los Presupuestos. En rueda de prensa, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, descartó cualquier tipo de alianza de grupos minoritarios como la que podría alcanzar la suma de PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís, Partido Regionalista Cántabro y Coalición Canaria, con abstenciones de ERC y la incomparecencia de JxCat, cuyos diputados presos están suspendidos en funciones.
El motivo es que el PSOE cree que los nacionalistas vascos cambiarán de postura si no prospera su alianza con los socialistas navarros, que necesitaría un apoyo de EH-Bildu para gobernar en la comunidad que Ferraz rechaza. Por si fuera poco, la dirección del PSOE teme que los diputados presos del partido de Carles Puigdemont renuncien al acta antes de las votaciones alterando la cifra de la mayoría y dinamitando la investidura de Sánchez. Esas complicaciones llevan a Ferraz a un único objetivo: intentar involucrar a Ciudadanos o al PP en la investidura y en la gobernabilidad de España.
Para lograrlo, Sánchez iniciará este martes las negociaciones con los tres partidos sobre la base de tres pilares: “Respeto a nuestra Constitución y marco de convivencia; un Gobierno cohesionado y de progreso que garantice la justicia social y el cumplimiento de los compromisos de estabilidad presupuestaria con la UE”. Aunque el candidato socialista no pedirá directamente a Pablo Casado y Albert Rivera que sus partidos se abstengan, les pedirá es una "reflexión" para ver si "colaboran" con otro tipo de acuerdos. En esa línea, el PSOE anuncia que actuará con "generosidad". "No pedimos acatamientos, sino altura de miras y buena disposición por el bien común y el bien de España", anunció Ábalos.
Como ocurrió con la investidura de Mariano Rajoy en 2015, los socialistas amenazan con apretar el botón rojo de la repetición electoral que, en teoría, beneficiaría a los dos grandes partidos, PSOE y PP, a costa de Unidas Podemos y de Vox. “La alternativa a una investidura viable es la repetición de elecciones”, ha advertido Ábalos, que ha señalado que “las urnas también tienen memoria” y que “los españoles no perdonarán a quienes pongan en solfa la viabilidad de la legislatura”. El jueves, el propio Sánchez envió el mismo mensaje: "O gobierna el PSOE o gobierna el PSOE, no hay alternativa", dijo el presidente.
El debate de la abstención
El PSOE ha celebrado que que la candidata del PP a presidir la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se haya mostrado partidaria de que el PP se abstenga en la investidura de Sánchez para evitar que el Gobierno dependa de los independentistas. Según Ábalos, ese debate, como lo hubo en el PSOE en 2016, es síntoma de que "se ve la necesidad". "Demuestra que son conscientes de que nos enfrentamos a este problema", ha explicado, rechazando el argumento de la dirección del PP para negarse a facilitar la proclamación de Pedro Sánchez como presidente.
“El PP no es un partido bisagra. Es el líder de la oposición y el que cuando pierde las elecciones el PSOE, la alternativa del Gobierno”, afirmó ayer el secretario general popular, Teodoro García Egea, en respuesta a las afirmaciones de su candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. “El PSOE no es un partido bisagra y se abstuvo. Yo mismo me abstuve aunque me apetecía hacer otra cosa”, respondió. Según Ábalos, si los populares justificaban entonces el sacrificio del PSOE "por el interés de España", ahora ellos deberían ser coherentes consigo mismos. "Porque entiendo que España sigue siendo la misma", ironizó. "Ese debate está ahí y hay quien le hace frente y quien trata de rehuirlo", destacó Ábalos, que insinuó que ni a PP ni a Ciudadanos le interesaría una repetición electoral, cuando los primeros se derrumbaron hasta los 65 escaños y los segundos, pese a crecer, no consiguieron superar al PP.
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