Política

ERC recela de la entrada de Podemos en el Gobierno

Gabriel Rufián. | EFE

Podemos "no tiene legitimidad" para pedir ministerios en un futuro Gobierno de Pedro Sánchez aseguró ayer el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. Ha sido la enésima pulla del dirigente republicano a las exigencias de Pablo Iglesias, al que ha recomendado que antes de reclamar ministerios haga "una reflexión interna" tras los resultados cosechados en las elecciones. Unos comentarios que abonan la convicción en ámbitos socialistas de que Esquerra no tiene ningún interés en que los morados se sienten en el Consejo de Ministros.

Desde el PSOE observan las pullas que Rufián e Iglesias se han cruzado en los últimos días en twitter y la displicencia con la que el dirigente republicano enfría las expectativas de Podemos de entrar en el Gobierno y concluyen que la formación de Oriol Junqueras no tiene el menor interés en que se complete el gobierno de coalición al que aspiran los morados.

Desde Esquerra, sin embargo, niegan la mayor y aseguran no tener ningún problema con la entrada de Podemos en el Gobierno, lo que convertiría a los morados en socios prioritario del Pedro Sánchez. Atribuyen el rumor a una intoxicación interesada de un PSOE poco dispuesto a una alianza estable con Podemos.

Lo cierto, sin embargo, es que el giro argumental de Rufián desde las elecciones generales es llamativo, teniendo en cuenta que Podemos ha sido en los últimos años su gran aliado en la política nacional. Desde la cena orquestada por Jaume Roures para reunir a Pablo Iglesias y Oriol Junqueras en las semanas previas al referéndum independentista del 1-O, Podemos ha sido el único partido de ámbito nacional que ha defendido las tesis independentistas.

Se opuso a la aplicación del 155, ha asumido, como los comunes de Ada Colau, el discurso de los "presos políticos" y su líder rompió el hielo de las visitas en prisión a Junqueras para intentar cerrar su apoyo a los presupuestos. La apuesta por Jaume Asens como cabeza de lista de los morados por Barcelona en sustitución de Xavier Domènech confirma esa apuesta por el entendimiento con los independentistas, con los que Asens tiene estrechos lazos.

Pero la alianza de Ada Colau con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona para barrar el paso al republicano Ernest Maragall a la Alcaldía ha sido un golpe que ERC acusará. La noche electoral Esquerra daba ya por seguro el Ayuntamiento, hasta el punto de que Maragall se pasó tres días hablando de gobierno local en solitario. No esperaban que Colau aceptara el envite de Manuel Valls para ser investida con sus votos, pero eso es lo que sucederá el sábado si las bases de BComú apoyan -como es de prever- la propuesta de su líder para conservar la alcaldía de Barcelona.

Ayer, Rufián llamó "irresponsable" a Pablo Iglesias por amenazar con bloquear la investidura si no se les da entrada en el Consejo de Ministros, al tiempo que señalaba al Ayuntamiento de Barcelona como una posible moneda de cambio para la investidura de Pedro Sánchez. Una opción descartada apenas unos minutos después por el socialista Jaume Collboni. "Barcelona no será moneda de cambio, ERC se vuelve a equivocar y parece que no conozca al PSC" apuntó el candidato socialista.

No es probable que nadie en Esquerra confiara en convertir el ayuntamiento de la capital catalana en moneda de cambio, pero si quedó claro hasta qué punto ha dolido en la formación independentista ver como se les vuelve a escapar una institución que ya creían en sus manos. Como la presidencia de la Generalitat en 2017 -cuando JxCat se impuso a ERC en la batalla por la primacía independentista-.

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