El presidente del Gobierno no da la investidura por perdida aunque Pablo Iglesias rechace su 'Gobierno de cooperación'. El candidato socialista no quiere tirar la toalla en el caso de que Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Cataluña o Bildu le den la espalda. Por eso mantiene una última baza en caso de necesidad: una oferta de colaboración a Ciudadanos a cambio de que facilite su investidura.
Fuentes de la Moncloa aseguran que Pedro Sánchez no cederá a las pretensiones de Unidos Podemos para entrar en el Consejo de Ministros y que, llegado ese caso, recurrirá a una fórmula de colaboración parlamentaria con Ciudadanos que le permita tener un "Gobierno abierto, progresista y liberal".
Esa oferta a Albert Rivera reproduciría la primera propuesta de Sánchez a Iglesias para contar con un Gobierno en solitario: la posibilidad de incluir en su gabinete a profesionales de reconocido prestigio del ámbito ideológico del centro. Las fuentes precisan que, al igual que ha invitado a Podemos, la única condición sería que esas personas contaran con una formación y una trayectoria profesional acreditada como para justificar su nombramiento.
Con esa posibilidad en la recámara, en la Moncloa mantienen la interlocución especialmente con el PP, al que el PSOE está reclamando últimamente su abstención en la investidura por "sentido de estado", sobre todo tras la experiencia de Mariano Rajoy en 2016, cuando fue el PSOE quien facilitó su proclamación como presidente. El equipo del presidente se esfuerza también en mantener un diálogo abierto con Ciudadanos.
Sánchez mantuvo el pasado lunes por la mañana una breve reunión en la Moncloa con Pablo Iglesias, al que invitó a un 'Gobierno de cooperación' basado en tres pilares: colaboración programática, parlamentaria e institucional, con la entrada de profesionales prestigiosos propuestos por Podemos en segundos niveles de la Administración. El candidato socialista quiere conocer pronto la respuesta del líder de Unidos Podemos y da como plazo para recibir un sí o un no esta misma semana.
En el caso de que Iglesias lo rechace -ya que su entrada en el Ejecutivo resulta vital para su supervivencia política-, Sánchez quiere contar con la primera semana de julio para intentar sacar adelante su investidura -prevista entre el 8 y el 10- e intentar conseguir la colaboración de Ciudadanos.
A pesar de contar con este 'plan b', que daría estabilidad a la legislatura con una mayoría absoluta de 180 diputados, en Moncloa mantienen como prioridad un acuerdo con Unidas Podemos para gobernar la próxima legislatura. Así lo ha reiterado el propio presidente en dos ocasiones esta semana desde Bruselas. "Es una propuesta razonable, sensata y ambiciosa. Espero contar con su apoyo para la investidura”, aseguró el viernes.
Este domingo, Ferraz ha reiterado sus líneas rojas ante la próxima conversación entre Sánchez e Iglesias. "Hay que ir a una fórmula incluyente, más abierta y razonable para colaborar con el Parlamento sumando más apoyos. Nuestra propuesta es una prueba de habernos movido de nuestra posición inicial de gobernar en solitario, ellos (Unidas Podemos) deben hacer lo propio. Estamos a la espera y deseando trabajar para su voto favorable", han asegurado fuentes socialistas.
"No es una cuestión de nombres y de vetos personales, que no existen, sino de concepción de nuestro planteamiento político de fondo. Un Gobierno de cooperación puede contribuir a facilitar la investidura", han añadido.
Navarra, en el aire
A pesar del rechazo que causa en el PP y en Ciudadanos la entrada de Podemos en el Gobierno, el candidato socialista les volvió a pedir su abstención en la investidura, cuyo éxito consideró como un “responsabilidad compartida”. “Quiero pedir a aquellos partidos que hablan de la responsabilidad y del sentido de estado que ejerzan esa vocación”, reclamó el presidente, que insistió en que “no hay alternativa” a un Gobierno socialista, esta vez sin mencionar la posibilidad de que se repitan elecciones.
A preguntas de los periodistas, el presidente evitó pronunciarse sobre uno de los principales motivos del rechazo de PP y Cs al PSOE: su alianza con fuerzas como Esquerra Republicana de Cataluña en numerosos municipios y de Bildu en la Mesa del Parlamento navarro. Fuentes cercanas al presidente insisten en la incomodidad política que le causa la vinculación del PSOE -partido víctima de los asesinatos de ETA- con la antigua Batasuna, por lo que el acuerdo en Navarra sigue en el aire, según la Moncloa.
Ese gesto dejaría a PP y Cs con menos argumentos para facilitar una investidura del candidato socialista para la conformación de un Gobierno monocolor. El viernes en Bruselas, Sánchez defendió que Navarra siga siendo una autonomía independiente, a pesar de las pretensiones del nacionalismo vasco de anexionarla a Euskadi. “El PSOE es un partido constitucionalista, que cumple y hace cumplir la ley y la Constitución. Hemos defendido siempre la foralidad de Navarra y lo vamos a seguir haciendo”, aseguró.
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