Ciudadanos sigue negándose a firmar nada que lleve el sello de Vox y, ante el ultimátum de Rocío Monasterio para que haya investidura en la Comunidad de Madrid, ha tendido la mano a "partidos que quieran progresar", sin especificar siglas. Muy tajante se ha mostrado al respecto este miércoles el candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, quien ha rechazado rotundamente que su partido vaya a aceptar las condiciones interpuestas por los ultraconservadores para desbloquear las negociaciones en la Puerta del Sol.
Aguado ha atacado duramente las exigencias de Vox, al que ha considerado un partido que "estigmatiza a los inmigrantes, que frivoliza con la violencia machista" y que "ataca al colectivo LGTB", lo que chocaría de frente con buena parte de las premisas del programa electoral regional de los naranjas.
En una comparecencia de apenas unos minutos en la que no ha admitido preguntas de los medios, el líder naranja en Madrid ha asegurado que el partido aguantará el pulso mantenido por Vox y solo firmará acuerdos con "partidos que quieran progresar, no retroceder" porque "yo no quiero una Comunidad de Madrid que retroceda a los años 50", ha defendido.
Las declaraciones del líder de Ciudadanos en Madrid se producen en un momento de máxima tensión en el bloque de la derecha. Al mayor cisma político de la historia de los naranjas se le suma los continuos tira y afloja de los de Santiago Abascal -que renuncian ahora a entrar en el gobierno regional con unas condiciones que lastrarían políticamente la confianza en los naranjas- y la presión proveniente del sector de la izquierda, desde el que Íñigo Errejón ha vuelto a tender la mano a Albert Rivera para formar "un gobierno mínimo para la regeneración, no de izquierdas", al tiempo que le ha instado a "no cometer los errores que le han llevado a la crisis".
En rueda de prensa previa a la del líder naranja, el candidato de Más Madrid ha hecho una llamada "a que nos entendamos" y ha pedido a Ciudadanos "sentarse a hablar" no de sillones, sino de "regeneración". "No le pido que nos pongamos de acuerdo en nuestra ideología", ha señalado, "pero hay dos salidas: enrocarse en la soberbia y creer que el mundo está equivocado o replantearse el planteamiento".
El 2 de julio a las 14:00 horas es la fecha tope que ha fijado Vox en el calendario para desbloquear la investidura de Isabel Díaz Ayuso. Monasterio ha rebajado sus exigencias en el consistorio madrileño -ya no pedirán concejalías de gobierno como recogía literalmente el acuerdo suscrito con el PP-, lo que favorecería la postura de Ciudadanos de no aceptar gobiernos en los que esté presente la extrema derecha ateniéndose, eso sí, a la Ley de Capitalidad, que no considera como 'gobierno' los puestos intermedios en la delegación.
Pero los de Abascal no dan nada gratis y, a cambio, piden que a los naranjas renunciar a uno de sus principios marcados a fuego y firmar un documento en el que sus siglas aparezcan junto a las Vox, por no mencionar que, además, deben estar dispuestos a aceptar una serie de principios de su propia cosecha, como la repatriación de Menores Extranjeros No Acompañados (los denominados Mena), la identificación de inmigrantes ilegales o la derogación de artículos que, a juicio de Vox, atentan contra "la libertad de los padres de educar a sus hijos", como la Ley de Identidad y Expresión de Género o la normativa contra la LGTBifobia. Suscribir ese acuerdo podría sentenciar, de manera definitiva, a un partido asediado por una ola de renuncias y por una crítica interna consecuencia de un inexpugnable giro a la derecha.
Ayuso insiste en buscar entendimiento entre Cs y Vox
En una agitada mañana política en la Asamblea de Madrid, también ha habido tiempo para las declaraciones de la tercera en discordia. Isabel Díaz Ayuso ha tratado de quitar hierro al asunto de la falta de entendimiento entre Ciudadanos y Vox y asegura que el PP será "la horquilla" que encarrile las negociaciones entra ambas formaciones porque "la izquierda no puede gobernar en Madrid", aunque sin desvelar cuáles son los planes de los populares para lograrlo.
Del mismo modo, Ayuso ha lanzado un órdago a Vox y le ha pedido que no politice debates como la inmigración o la discriminación porque no son competencia de la Comunidad de Madrid, al tiempo que ha asegurado que quiere "ser la presidenta de todos los madrileños de los LGTBI también".
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