¿Defensa de una lengua en riesgo de desaparición o fundamentalismo cultural? Llenguaferits, el último reportaje del espacio de TV3 30 minuts, ha devuelto al catalán al centro de la polémica, exacerbando los ánimos de independentistas y constitucionalistas, castellanohablantes y catalanohablantes. Para unos, el trabajo de la televisión autonómica demuestra que el catalán está en peligro y "solo un Estado propio" podrá salvarlo. Para otros, se trata de la enésima gesticulación del independentismo para alimentar el victimismo del que se nutre su movilización constante, necesitada de nuevos y renovados motivos de agravio. En medio, los centenares de memes que han acompañado en las redes a los protagonistas del documental, especialmente Alex Hinojo, el activista cultural que "quiere hablar a su tostadora en catalán".
Y en medio de la polémica, Rosalía publica su primer trabajo en catalán. Una canción, Milionària, en la que se ríe de quienes la desprecian exhibiendo su meteórica progresión económica. Y saca de sus casillas a los puristas del catalán utilizando barbarismos como "cumpleanys" en vez de "aniversari". Y claro, "cumpleanys" se ha convertido, esta semana, en trending topic en Cataluña.
La profesora de Antropología Social de la UAB Verena Stolcke ha definido como "Fundamentalismo Cultural" el uso con objetivos políticos de los rasgos culturales que se ha extendido, especialmente en las democracias occidentales, asociado a movimientos políticos populistas. Se trata de una suerte de actualización del racismo, argumentado en cuestiones culturales por contraposición a la globalización, en la que pueden encontrarse concordancias con algunos argumentos del nacionalismo catalán. Especialmente con aquellos que alertan sobre el riesgo de desaparición del catalán y sus consecuencias no solo culturales, sino también políticas.
Stolcke advierte que el fundamentalismo cultural sustituye el concepto de raza por el de cultura, entendida como un todo muy definido tanto en términos de contenido como de territorio implicado. "La retórica culturalista se distingue del racismo en que cosifica la cultura, concibiéndola como un todo compacto y territorializado. Esta idea se considera históricamente enraizada en un conjunto de tradiciones y valores transmitido de generación en generación de acuerdo con la ideología decimonónica del estado-nación", apunta Stolcke. Se trata de una concepción de la cultura que permite esconder o disimular las referencias a la "sangre" o la "raza", que ya no son políticamente correctas, para argumentar una unidad que dé base a la reivindicación de la nación.
El documental de TV3 señala a las nuevas tecnologías como el principal enemigo del catalán: 'Netflix es más poderoso que el franquismo'
Para Stolcke, cuanto más permeables son nuestras fronteras, más apoyo tienen estos fundamentalismos, presentando la diversidad cultural o lingüística como un peligro para la homogeneidad de la nación. Esta idea integrista de la cultura parte de un miedo al futuro incierto -como la amenaza de que "el catalán desaparecerá"-, ve a los inmigrantes como un peligro para la homogeneidad de nuestros valores culturales -como la representación de los migrantes del resto de España de los años 60 como "colonos lingüísticos"- y presupone que las relaciones entre las diferentes culturas son por naturaleza hostiles y mutuamente destructivas -estigmatización del bilingüismo-.
La nueva amenaza
La tesis de Llenguaferits ofrece una nueva amenaza que complementa ese escenario: las redes sociales. Un espacio en el que el idioma predominante es el inglés, aunque el problema parece ser aquí la preponderancia del castellano frente a la falta de contenidos en catalán. Las redes no tienen contenidos en catalán, aunque aparecen youtubers y raperos que producen sus contenidos en catalán. Y el resultante es que las nuevas generaciones ya no consumen ocio audiovisual en esta lengua. El trabajo que durante dos décadas ha hecho TV3 con su canal infantil se ve ahora desdibujado a partir de la primera adolescencia. "Netflix es más poderoso que el franquismo", llega a decir uno de los expertos consultados en el documental.
El gran problema sigue siendo el de siempre: el uso del catalán entre las nuevas generaciones en una Cataluña que en la última década ha aumentado su población en un millón y medio de personas por la inmigración. Y aquí la conclusión es clara: el catalán está "blindado" en la escuela pública y concertada por las sucesivas leyes de inmersión lingüística, explica la voz en off , "pero la lengua preeminente en el aula es mucho más frágil cuando llega al patio".
Formaciones como Cs y el PP, junto a organizaciones como Convivencia Cívica o Escuela Bilingüe llevan años denunciando las iniciativas de algunas escuelas para impedir que el castellano se imponga como idioma de juegos en el patio. Ahora, los lingüistas y defensores de la teoría de la desaparición del catalán abonan esos medios, señalando el patio de las escuelas como el espacio por el que se diluyen hasta la inanidad los esfuerzos de décadas de normalización lingüística en el currículum escolar en Cataluña.
Y si el catalán está en peligro porque las nuevas generaciones se pasan al castellano, la patria está en peligro, porque el catalán es el aglutinador de la patria catalana. "No hay Cataluña sin catalán. Hay España. Y lo saben. Por eso quieren que pensemos que el catalán está en plena forma y hacer ganar terreno al castellano", apunta la tertuliana Pilar Carracelas tras la polémica generada por el documental de TV3.
No es la única en defender esa tesis, que ha llevado al portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, a tener que romper una lanza en favor del bilingüismo con un tuit en el que esta semana aprovechaba el primer trabajo en catalán de la cantante Rosalía para reclamar "más canciones de Rosalía y menos manifiestos Koiné" en referencia al manifiesto en el que lingüistas y escritores defendían que el catalán debía ser el único idioma de la futura Cataluña independiente. Un manifiesto impulsado, entre otras, por la actual portavoz de JxCat en el Congreso y ex consellera de Cultura, Laura Borràs.
Más canciones de Rosalía y menos manifiestos Koiné.
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) July 3, 2019
Una afirmación que le ha convertido en blanco de las iras de los independentistas más ortodoxos, especialmente en la cuestión lingüística, en dura competencia con el periodista Víctor Amela. El periodista y escritor -ganador del premio Ramon Llull, el más importante en lengua catalana-, es la única voz discordante recogida por TV3, asegurando que "si ha sobrevivido 40 años a una dictadura feroz", el catalán no sucumbirá ahora.
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