"El ministro ha dicho en voz alta lo que piensa una gran cantidad de ciudadanos en este momento". Con estas palabras defendía este lunes a Fernado Grande-Marlaska, ministro del Interior, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona. No fue la única. Desde la titular de Defensa, Margarita Robles, hasta el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, pasando por la titular de Trabajo, Magdalena Valerio, o la de Educación, Isabel Celáa, defendieron al juez, ministro independiente fichado por Sánchez, que se ha presentado a las elecciones del 28-A encabezando la lista socialista por Cádiz.
El pasado sábado, el ministro bailó el himno gay I will survive de Gloria Gaynor mientras atacaba con dureza a la “derecha cobarde” horas antes de la manifestación del Orgullo en el centro de Madrid. El responsable de seguridad en la gran movilización a favor de los derechos del colectivo LGTBI advirtió de que un pacto -hasta ahora inexistente- entre Ciudadanos y Vox "debe tener alguna consecuencia".
Grande-Marlaska acusó criticó a Ciudadanos por "pactar de una forma descarada y obscena con quien trata de limitar derechos LGTBI". "Si alguien no entiende que eso debe tener alguna consecuencia en un sentido o en otro podría calificarse de irresponsable", señaló el sábado durante el acto de bienvenida a las delegaciones LGTBI del PSOE.
Preguntado por el veto de la organización a Ciudadanos, el ministró precisó que el desfile del Orgullo "no es de un partido o de otro", sino que es "de la sociedad, de los hombres y las mujeres comprometidos con los derechos humanos y con los derechos LGTBI", antes de instar a la sociedad a luchar contra esa derecha “que no tiene tapujos en limitar” los derechos del colectivo LGTBI, que es “la gasolina imprescindible para poner en riesgo” esos derechos.
Marlaska señaló y una turba de intolerantes actuó contra los demócratas en el #Orgullo19. El ministro que debe defender las libertades y protegernos a todos puso en la diana de los totalitarios a Ciudadanos. Tiene que dimitir.#MarlaskaDimisión pic.twitter.com/XEZXUHfOme
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) July 8, 2019
Tras las agresiones sufridas por los representantes de Ciudadanos en la manifestación, que tuvieron que abandonar escoltados por la policía, tanto Inés Arrimadas como el líder de Vox, Santiago Abascal, reclamaron la dimisión del ministro por alentar esos incidentes. Esa petición no ha encontrado eco ni en el Gobierno en funciones ni en el PSOE, que cierra filas en torno al ministro, que afianza sus posibilidades de seguir en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Así lo aseguran dirigentes socialistas consultados por El Independiente, que aseguran que Grande-Marlaska se ha fortalecido en el PSOE con su ataque a Ciudadanos.
En su cuenta de Twitter, el PSOE condenó las "infamias" que, a su juicio, "se están vertiendo" sobre el ministro, al que definió como una persona "comprometida, valiente y firme defensora de los derechos LGTBI". Los socialistas, que hicieron oídos sordos al caso de la titular de Justicia, que en una grabación llamaba "maricón" a su compañero de gabinete, han insistido en que el ministro se refería a "consecuencias" políticas con su advertencia a Ciudadanos.
Fernando Grande-Marlaska (Bilbao, 1962) fue elegido vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del Partido Popular. Esa vinculación y su lucha contra el terrorismo de ETA hicieron que el juez, icono gay, fuera encuadrado en la órbita conservadora de la política. El magistrado aterrizó en el año 2004 en la Audiencia Nacional para sustituir al entonces juez estrella Baltasar Garzón. Nada más llegar al tribunal más mediático de España le tocó instruir una de las causas más complejas que se investigaban entonces: el chivatazo a la red de extorsión de la banda terrorista ETA. Fue quien decidió abrir una pieza separada con el soplo a los etarras. Aquel juez joven lo hizo con firmeza, sin achantarse. De hecho, los primeros pasos que Marlaska dio en aquella compleja instrucción le valieron la fama de ser un juez serio y comprometido en la lucha contra la barbarie terrorista.
Hombre de ideas abiertas, independiente, y “poliédrico” -como él mismo se define- su salto a la políltica se produjo de la mano de Pedro Sánchez, que había tanteado su disponibilidad para asumir alguna candidatura como independiente en las listas del PSOE. Siguiendo el ejemplo de otros jueces como Margarita Robles, Grande-Marlaska aseguraba que entraba en política con la intención de aportar su experiencia como jurista a la hora de dirigir las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con las que ha trabajado codo con codo en sus años de magistrado en la Audiencia Nacional.
Sus controvertidas declaraciones sobre Ciudadanos consolidan su figura política dentro del PSOE, que le ha contemplado como candidato para plazas como la Alcaldía de Madrid y que respalda sin fisuras a su ministro del Interior.
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