Los resultados de las elecciones del 26-M dejaron un escenario político fragmentado en el que Ciudadanos puso desde un primer momento las cartas encima de la mesa: el PP como "socio preferente", PSOE como segunda opción y línea roja a negociar con Vox. Durante semanas, los naranjas se han mantenido firmes respecto a lo aprobado en la Ejecutiva esperando repetir en los escenarios donde Vox era indispensable para formar Gobierno -como Madrid y Murcia- la vía andaluza: apoyo externo de Abascal y reparto de poder entre PP y Ciudadanos. Pero esta vez Vox no iba a ceder nada gratis y ha llevado su órdago hasta el final.
Nada queda ya del antecedente naranja de quedarse fuera de mesas a tres. Vox cumplió su amenaza y negó su apoyo a la coalición de centro-derecha en Madrid y Murcia, vinculando su decisión a la negativa de Ciudadanos a "sentarse como gente civilizada" y "ningunear" a los votantes de los de ultraderecha. Con el fantasma de la repetición electoral -escenario que sigue vivo en Madrid y al que se niegan en Murcia- y con la izquierda llamando a la puerta, Ciudadanos cedió a lo que hasta ahora era una línea roja: un encuentro público con Vox, foto incluida, para "hablar" y no para "negociar", según Ignacio Aguado. Y la segunda premisa puede tener los días contados, al menos en Murcia.
La senda marcada en Madrid tardó poco en reproducirse en la Región. La investidura del candidato popular, Fernando López Miras, había fracasado y la opción de abrirse a negociaciones con el PSOE, planteada por la propia portavoz parlamentaria del partido naranja, Isabel Franco, ganaba cada vez más fuerza. Pero la vía madrileña volvió a encarrilar las negociaciones a la derecha e Isabel Franco convocaba a PP y Vox a una reunión poco después de que lo hiciera su homólogo madrileño.
Si hace menos de un mes fuentes oficiales del partido reiteraban un 'no' rotundo a reunirse con los de ultraderecha "porque no hay nada que nos una" y esas conversaciones "corresponden únicamente al PP", hoy la tónica es muy diferente y es precisamente Ciudadanos los que proponen esa mesa para tratar de desencallar las negociaciones en lo que es, a todas luces, una cesión a Vox por parte de los naranjas. Ahora "están buscando una salida airosa para ambos ante su electorado: que no parezca que han negociado para los de Ciudadanos; y que no parezca que han aceptado ser ninguneados para los de Vox", comenta una fuente cercana a Cs en la Región.
Pero no es suficiente para los de Abascal. Pese a las "buenas sensaciones" con las que por regla general habían salido las tres formaciones de esa cita, lo cierto es que la exigencia de Vox sigue encima de la mesa: si bien renuncian a entrar en el Gobierno, Isabel Franco deberá suscribir "un acuerdo programático" que cuente con las tres rúbricas para que estos permitan gobernar a López Miras. Así lo expresaba a la salida de la reunión el portavoz del equipo negociador de Vox, Luis Gestoso, quien ha querido "dejar bien claro" lo que les une para después "plasmarlo en un documento".
Si la mesa a tres era una línea roja, la existencia de un documento común -que constataría abiertamente la existencia de una negociación con Vox sin trágalas dialécticas- era un muro infranqueable que ahora empieza a desmoronarse. "Estamos buscando un acuerdo que desbloquee la Región, pero no hemos decidido aún cómo se va a plasmar", responden desde la formación a la pregunta de si estarían dispuestos a tener un documento común con Vox, la misma cuestión que hace un mes era respondida con un tajante "no".
Más allá de la forma, reiteran que pelean por lo más importante: un programa "beneficioso" para los murcianos, aún "por definir". Según han confirmado a este diario, con lo que rotundamente no transigirán los naranjas será con la premisa de ir en contra de su propio programa electoral suscribiendo un acuerdo con medidas que "frivolizan con la violencia machista, estigmatizan a los inmigrantes o atacan al colectivo LGTBI", aunque no cierran la puerta a elaborar otro "que defienda los intereses de los votantes".
Este jueves, PP, Ciudadanos y Vox mantendrán otra reunión -la segunda en 24 horas- de la que Franco, Miras y Gestoso esperan salir con un acuerdo para investir al candidato popular previsiblemente la próxima semana. Y lo que finalmente lleguen a ceder los de Rivera en este territorio -más allá de una foto- con los de Abascal podría suponer un punto de no retorno para un partido hastiado por una ola de dimisiones cuyo punto común es, precisamente, los "peligrosos" acercamientos a la extrema derecha.
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