Fernando Sánchez Costa asume la presidencia de Sociedad Civil Catalana con un fuerte apoyo, el 97% de los votos, y el convencimiento de que el giro imprimido por Ramón Bosch es necesario para conseguir la "reconexión" de Cataluña con España y con su propia pluralidad interna. Pero advierte de que seguirán plantando cara a la ANC tanto en la calle como en las instituciones civiles catalanas y reclama apoyo de todos los españoles "a los que llevamos cinco años partiéndonos la cara por la Constitución en Cataluña".
Pregunta.- ¿Cómo ha superado SCC la crisis provocada por la caída de una directiva con acusaciones de gestión fraudulenta?
Respuesta.- SCC está en un momento muy ilusionante de relanzamiento. Es verdad que hemos pasado una crisis interna importante, porque también hemos trabajado gente de procedencia ideológica muy variada y bajo mucha presión. Eso ha dado lugar a grandes éxitos y también a momentos de fricción inevitables, pero hemos aprendido y ahora vamos a una nueva etapa en la que estamos muy unidos. Mi candidatura fue apoyada por el 97% de los socios e integra a todas las sensibilidades ideológicas.
P.- ¿Ha pedido reunirse con Quim Torra?
R.- No formalmente, pero estamos dispuestos a vernos con todo el mundo que haga falta para dar voz a los catalanes no independentistas y contribuir a construir un futuro de Cataluña en común. Es nuestra obligación hacerlo, y decirle a Torra que cada vez más la Generalitat se parece a un gag de la parodia televisiva “Polònia”, se ha convertido en una caricatura de sí misma. Se ha producido una desconexión de muchos catalanes con esas instituciones que antes eran respetadas por todos los catalanes. Queremos pedirle a Torra que trabaje para todos los catalanes… para empezar que trabaje, porque es difícil nombrar una sola medida tomada por el Govern en favor de cualquier cosa más allá de ir y venir de Waterloo.
P.- ¿La división del independentismo es una oportunidad para el constitucionalismo?
R.- No nos alegramos con el mal ajeno, y es bueno que en Cataluña se levanten algunos cordones sanitarios, son antidemocráticos. Sorprende que los que presentaron a los socialistas casi como leprosos ahora hayan pactado con ellos en la Diputación de Barcelona, pero si eso sirve para diluir la etapa del procés y empezar una nueva época en Cataluña con nuevas lógicas, bienvenido sea.
P.- En los últimos meses se ha imprimido un giro ideológico en SCC, tendiendo puentes con el catalanismo y menos combativo, que no todos comparten en la organización.
R.- Es cierto que en algunos momentos de especial tensión hemos tenido que reforzar la oposición a este procés tan tóxico de segregación que nos han impuesto, pero el clima político en Cataluña es ahora un poco distinto. Los resultados electorales demuestran que la mayoría de los catalanes están agotados de la confrontación y quieren sumarse a aquellos que ofrezcan espacios centrales de futuro, horizontes de reconstrucción de la sociedad catalana. SCC quiere jugar un papel importante en abrir estos horizontes de futuro.
P.- Parece arriesgado creer que ha bajado el suflé cuando Carles Puigdemont sigue ganando elecciones como pasó en las europeas.
R.- La forma de ganar esta batalla es aprovechar esa fuerza vital que supone el independentismo para reformar Cataluña y España. Con el mero ‘no’, no vamos a superar esta situación de bloqueo que vivimos en Cataluña. Nadie quiere más a Cataluña y España que nosotros, llevamos cinco años partiéndonos la cara por la Constitución en Cataluña. Por eso mismo, estamos convencidos de que ahora lo que conviene es un discurso persuasivo, que reconecte a la mayoría social catalana con España.
P.- Polémicas como la del supuesto peligro de desaparición del catalán, que utiliza la lengua para victimizar a los catalanes, ¿cómo encajan con esa voluntad de tender puentes?
R.- No podemos dejar la bandera del catalán en exclusiva a los independentistas. El catalán es mi lengua materna, es una lengua española magnífica. Reivindicamos con toda la fuerza el catalán, igual que pedimos que el español tenga una presencia normalizada en Cataluña, no vamos a dejar nunca de pedir el bilingüismo en las instituciones o en la escuela. Nos dirigimos a ese 75% de catalanes que se definen como catalanes y españoles al mismo tiempo, en distintos grados. Lo que ha conseguido el procés es obligarnos a elegir entre estos dos sentimientos que han sido históricamente compatibles, y siguen siéndolo. Ese es el camino para rebajar la ola separatista.
SCC está preparada para volver a salir a la calle si es necesario y plantar cara a quienes nos quieren imponer su proyecto de ruptura"
P.- ¿Cómo se prepara SCC ese "otoño caliente" que augura la sentencia del procés, en el que el independentismo volverá a hacer de las calles su palanca de presión?
R.- SCC está preparada para volver a salir a la calle si es necesario y plantar cara a quienes nos quieren imponer su proyecto de ruptura. Y estamos también para dar voz a la mayoría de catalanes no independentistas que durante muchos años se han sentido invisibles ante las instituciones catalanas y ante el Gobierno español. Es posible que en los próximos meses haya un diálogo entre Gobierno y Generalitat, y no puede ser un diálogo al uso entre el Gobierno y unas instituciones catalanas que piden más competencias y poder. Queremos que en ese diálogo también se planteen las exigencias de los catalanes invisibles no reconocidos durante los últimos 40 años por la administración pública catalana. Les daremos voz en cualquier situación, sea de manifestación, de diálogo o de plantar cara.
P.- ¿Teme que los socialistas catalanes no sepan defender esa voz en unas eventuales negociaciones entre Gobierno y Generalitat?
R.- Los socialistas representan una parte importante del constitucionalismo catalán, pero no toda. Queremos dar voz a todas las sensibilidades del constitucionalismo.
P.- ¿Qué voces pueden quedar acalladas? ¿Los que defienden el castellano en la escuela?
R.- Vamos a seguir siendo beligerantes en la defensa de los derechos de todos los catalanes. Vamos a reivindicar con fuerza la neutralidad del espacio público y que los independentistas dejen de patrimonializar las instituciones catalanas. Vamos a defender que se cumplan las sentencias judiciales en la escuela y el español deje de ser tratado como un idioma extranjero en las aulas catalanas, como una lengua paria.
Al final la independencia no depende del Gobierno ni de lo que haga Madrid, depende de la capacidad de los catalanes no independentistas de luchar por una nueva hegemonía"
P.- ¿SCC volverá a dar la réplica a la ANC y Omnium en la calle como hizo en 2017?
R.- Uno de los objetivos de SCC en esta nueva etapa es muscular la entidad, multiplicar el número de socios y darles más protagonismo. Eso implica más expansión sectorial y territorial, no puede ser que la ANC vuelva a tomar al asalto ámbitos sindicales o empresariales catalanes sin que nadie plante cara. Necesitamos una entidad muy fuerte e invitamos a todos los catalanes no independentistas a sumarse a este proyecto. Desde esta postura, volveremos a estar presentes en la calle si la ANC y Òmnium van a un escenario de radicalización y desobediencia colectiva, no nos quedaremos con los brazos cruzados. Volveremos a demostrar que Cataluña es muy plural, y eso también se demuestra en la calle. Al final, la independencia de Cataluña a largo plazo no depende del Gobierno ni de lo que haga Madrid, depende de la capacidad que tengamos los catalanes no independentistas de movilizarnos y comprometernos, de luchar por una nueva hegemonía y también de rascarnos el bolsillo. Y no solo de los catalanes, invitamos al conjunto de los españoles a apoyar a aquellos que somos la voz de la Constitución y de la convivencia en Cataluña.
P.- ¿Eso explica el proyecto de expansión de SCC en Baleares y la Comunidad Valenciana, además de su representación internacional?
R.- En Baleares y Valencia tenemos organizaciones hermanas con las que cooperamos. Pero quiero llamar la atención sobre la situación en Baleares, que es especialmente preocupante. Hay un avance notable del nacionalismo con unas lógicas muy similares a las que vivimos aquí hace diez años. Esto volverá a estallar también en las Baleares. A nivel internacional sí que somos nosotros los que actuamos en diversas ciudades con dos objetivos: contrarrestar la leyenda negra que algunos difunden sobre España y explicar la realidad de la España democrática del s.XXI.
El independentismo es una gran fuerza vital que no puede contenerse, hay que canalizarla hacia la reforma de España"
P.- Viene de la militancia en el PP. ¿Ha llegado a la conclusión de que esta defensa de España se articula mejor desde una entidad social que desde un partido?
R.- Son importantes todos los actores, y nadie puede patrimonializar la idea de España. Es importante que la defensa de España no esté identificada solo con determinados partidos políticos, que también sea la sociedad civil quien siga demostrando que vale la pena ese proyecto compartido. Necesitamos ver esta crisis como una oportunidad. El independentismo es una gran fuerza vital que ha habido en Cataluña ante una situación de crisis, muy bien alimentado por determinados sectores políticos y mediáticos. Las fuerzas vitales no pueden simplemente contenerse, lo que hay que hacer es canalizarlas hacia la reforma de España y de Cataluña, es la forma de hacerlas eficaces y no generar más frustración.
P.- ¿Cuál sería la postura de SCC ante una eventual concesión de indultos a los líderes del 1-O? ¿Los aceptarán o se manifestarán en contra?
R.- Tenemos extremo respeto por el Tribunal Supremo, ha conducido el juicio de forma impecable, acataremos y respetaremos su decisión. El indulto debería ir precedido del reconocimiento de responsabilidad y cierta petición al menos de disculpas por los delitos por los que sean condenados. Cuando eso se produzca nos podremos plantear nuestro posicionamiento político al respecto.
El indulto debería ir precedido del reconocimiento de responsabilidad y cierta petición de disculpas"
P.- Una cosa es el respeto a las decisiones judiciales y otra una decisión potestativa del Gobierno.
R.- No adelantemos acontecimientos.
P.- Parece convencido de que ese indulto se va a producir.
R.- No lo sé, no tengo capacidad telepática con el presidente del Gobierno.
P.- ¿Cuando habla de revisar el reconocimiento de Cataluña se refiere a una reforma de la Constitución?
R.- No hay que tener miedo a la reforma de la Constitución. Es una magnifica Constitución que puso fin a dos siglos de enfrentamientos entre españoles, pero eso no significa que no sea bueno adaptarla. Lo que hay que temer es el sectarismo, el partidismo, y el olvido del espíritu de la transición.
P.- ¿Se dan las circunstancias para recuperar ese espíritu?
R.- Con voluntad política es posible reconducir el panorama político español y catalán. El último CIS demuestra un agotamiento de los españoles sobre las dinámicas políticas que se deben a estos bloqueos cruzados. El conjunto de la población pide sentido de Estado, de la responsabilidad.
Los tres partidos constitucionalistas deben tener la valentía de mover ficha para que el Gobierno no dependa de aquellos que quieren diluir España"
P.- ¿El sentido de Estado pasa por facilitar la investidura de Pedro Sánchez para evitar que dependa de ERC y Bildu?
R.- Los partidos son mayorcitos, no tenemos que decirles lo que tienen que hacer. Pero sí hacemos un llamamiento firme a la generosidad y a acuerdos que permitan un gobierno estable en defensa de la Constitución. Para eso es bueno levantar los cordones sanitarios, que no son otra cosa que sogas democráticas. Pedimos sentido del momento histórico para que el Gobierno de España no dependa de aquellos que quieren diluir España, y ahí todos, especialmente los tres partidos constitucionalistas, deben tener la valentía de mover ficha.
P.- ¿Cómo valora el portazo del Parlamento Europeo a las aspiraciones de Carles Puigdemont?
R.- Algunos lideres independentistas son el David Copperfield de la política, son grandes ilusionistas. Prometen cosas y han hecho creer a la ciudadanía en un castillo de naipes. Queda la realidad, que Puigdemont no es eurodiputado y Borrell va a ser comisario de Exteriores. Desde la fantasía no se construye ni se avanza. El independentismo debería hacer un ejercicio de realismo, desde la confrontación no se construye nada.
P.- Esa batalla se ha ganado por la complicidad del ex presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, ¿se ha ganado la batalla de la opinión publica internacional?
R.- El anterior gobierno del PP hizo una muy buena política internacional a nivel institucional. Ningún país recibió nunca a los independentistas. Pero olvidó la batalla de la opinión pública internacional, y Josep Borrell ha tenido muy claro esto desde el principio. Nosotros intentamos contribuir a esto.
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