Cataluña, pero también Galicia y País Vasco. La dirección nacional del PP ha extendido un mapa de España para analizar aquellos territorios en los que la unidad del centro-derecha puede reforzar las opciones de este bloque ante una eventual repetición electoral. De nuevo, se trata de emular el modelo de Navarra Suma para que no se pierda ni un solo voto en el reparto de restos. La cosa parece más avanzada en Cataluña, donde Ciudadanos comienza a asumir la práctica imposibilidad de repetir el hito del 21 de diciembre de 2017, fecha de las últimas autonómicas, convocadas por Mariano Rajoy en aplicación del 155.
Fue la primera vez que un partido no independentista ganaba en votos y escaños. Pero las últimas generales han rebajado las expectativas de los "naranjas". A pesar de ello, son los populares los que están a "años luz" de Ciudadanos en Cataluña y esa diferencia la suplen poniendo otra carta sobre la mesa: Galicia. Los de Albert Rivera son, en cambio, casi extraparlamentarios en el territorio de Alberto Núñez Feijóo. Dos diputados nacionales, dos autonómicos y ni un solo senador es el magro recuento de su presencia allí. "Si nosotros somos subsidiarios en Cataluña, ellos lo serían en Galicia", explican fuentes populares que estiman que, en un caso como en otro, ambas fuerzas políticas saldrían ganando y, mucho más si se sumara Vox a esa fórmula.
Los gallegos se defienden afirmando que "vamos a por la cuarta mayoría absoluta"
Pero los populares gallegos no parecen estar por la labor de compartir cuotas de poder "a quien no tiene nada ni nada va a sacar", sentencia un dirigente territorial próximo a Feijóo. Entienden que las listas conjuntas en Cataluña o en País Vasco pueden tener más sentido, pero no en una región "donde vamos a por la cuarta mayoría absoluta" en las próximas autonómicas y sacaron nueve diputados nacionales frente a los dos de Ciudadanos, además de siete senadores, mientras que Vox todavía no se ha estrenado.
Destacan los mismos medios consultados que no sólo Vox, sino que también la formación de Albert Rivera, abomina "de todo lo que tiene que ver con el galleguismo o la defensa del gallego", banderas del PP que ya introdujo Manuel Fraga. Eso y que Núñez Feijóo nunca ha visto con buenos ojos la aproximación al partido de Santiago Abascal en lo que ha entendido como un "giro a la derecha" de Pablo Casado, unido a que sus relaciones con Ciudadanos son inexistentes, hacen prácticamente inviable esta fórmula de colaboración.
Los populares gallegos ponen el acento además en que Ciudadanos, con ser el partido más votado en las autonómicas catalanas, "ni tiene mayoría absoluta ni gobierna en la comunidad". Precisamente, el presidente de la Xunta reunió recientemente a la dirección del partido y a los miembros de su gobierno para que se pongan en modo campaña con la que intentar dar la batalla por la cuarta mayoría absoluta. Aunque no ha aclarado a los suyos si volverá a concurrir a las elecciones gallegas para revalidar la presidencia autonómica, que tocan el año que viene, todos los sondeos internos que manejan les da dicha posibilidad, aunque en muy buena medida depende de que Feijóo repita.
Sus dudas de hace tres años parecen disipadas, aunque bien es cierto que podría dar una sorpresa en el último momento, como cuando decidió no concurrir a las primarias por la sucesión de Mariano Rajoy. Fue su tardanza en dar una respuesta a ese reto el que motivó que Casado se lanzara al ruedo, pasando la primera vuelta tras Soraya Sáenz de Santamaría, que resultó derrotada en el Congreso extraordinario del que ahora se va a cumplir un año.
Debilidad del PP y de Cs en el País Vasco
En cambio, en el País Vasco ni PP ni Ciudadanos, ni mucho menos Vox, son hegemómicas. Populares y "naranjas" han dado enormes muestras de debilidad. El PP, que llegó a convertirse en la segunda fuerza política de la mano de Carlos Iturgaiz en las autonómicas de 1998 y de Jaime Mayor Oreja en el 2001, ahora no tiene siquiera diputado nacional, pues el vicesecretario de Organización popular, Javier Maroto, no sacó su escaño por Vitoria.
La historia de Ciudadanos en el País Vasco también es la de un erial electoralmente hablando, por lo que la unidad de acción de ambos quizá permitiera una mayor presencia del centro-derecha de ámbito nacional. PP y Cs sumaron juntos 134.481 votos, aún por debajo de la cuarta fuerza política, que fue Bildu, pero fue apenas un puñado de votos (380) el que dejó fuera a Maroto, precisamente en beneficio de los proetarras. En todo caso, los populares tienen nueve escaños en el Parlamento regional, donde no se sienta Ciudadanos.
Habrá que ver cómo encaja esto en los planes del presidente del PP vasco y ex ministro Alfonso Alonso, que anunció en la resaca de las elecciones generales su intención de hacer regresar al partido en el País Vasco “al discurso que siempre me ha gustado, centrado, abierto y moderno capaz de representar a todos”. Coincide Alonso con Feijóo en sus críticas al "giro a la derecha" que Casado dio en la campaña del 28-A para no perder voto a favor de Vox.
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