Política

Sánchez e Iglesias dinamitan todos los puentes y dirigen al país a otras elecciones

El candidato socialista lanza un ultimátum a Podemos: sólo negociará un Gobierno de coalición antes del jueves

Pedro Sánchez Fiscalía Puigdemont
Pedro Sánchez, en Moncloa durante su entrevista con La Sexta en 2019. | EFE

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han dinamitado todos los puentes entre el PSOE y Unidas Podemos. "Los puentes destruidos tardan tiempo en levantarse”, advirtió ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, minutos antes de que el secretario general de su partido cargara con suma dureza contra el líder de Podemos. Las graves acusaciones lanzadas ayer por el presidente en funciones para justificar el veto a la entrada de Iglesias en el Gobierno y su ultimátum para negociar una coalición antes del jueves dejó en estado de shock a los dirigentes de Podemos.

Esa delicada situación se agravó con el resultado del referéndum interno convocado por Iglesias para legitimar su exigencia de ser vicepresidente del Ejecutivo. La consulta a los inscritos cumplió su razón de ser como argumento frente al PSOE, pero llega demasiado tarde. El candidato socialista a la investidura ya se había desahogado con su Ejecutiva, a la que relató los argumentos de su portazo a Iglesias que luego explicó en una entrevista televisiva.

Sanchez enumeró las tres razones principales de su decisión: la falta de defensa de Iglesias de la democracia española en materias como el desafío independentista catalán o sus críticas al Centro Nacional de Inteligencia con sus denuncias sobre las "cloacas del estado"; su falta de control en el partido con episodios como el 'no' a un Gobierno socialista en La Rioja, y sus manifestaciones sobre que debe entrar en el Consejo de Ministros para "vigilar" al presidente porque "no se fía" de él.

Fuera de cámara, durante la reunión de la Ejecutiva del PSOE en Ferraz, también se despachó a nivel personal. "No se mostró dolido porque es bastante frío, pero sí explicó los motivos que ahondan en la desconfianza", explican fuentes de la dirección socialista. Esas actitudes públicas y privadas de Iglesias propiciaron que Sánchez le lanzara un ultimátum: "Yo lo que le tengo que decir al señor Iglesias es que cualquier formulación de entendimiento que haya después de su voto o abstención, después de una investidura fallida la próxima semana, no pasara ya más por una coalición". Es decir, si su investidura es fallida el próximo jueves, en septiembre sólo aceptará presentarse como candidato si dos de los tres grandes partidos, PP, Cs o Unidas Podemos, le ofrecen la abstención.

"La oferta dura hasta el día de la votación. Después, no habrá ninguna oferta. Apelaré a la responsabilidad de todos y, por tanto, pediré una abstención de todos para que al menos gobierne la lista más votada", advirtió Sánchez. "Y también hablaré con el señor Casado y con el señor Rivera para que faciliten la formación de un Gobierno y que los españoles, en agosto, se vayan de vacaciones sabiendo que España no se para, que no se bloquea y que tiene Gobierno", explicó en La Sexta.

Tras la andanada de Sánchez, Iglesias guardó silencio. Sólo sus lugartenientes, la portavoz parlamentaria, a la sazón su pareja, y el ex secretario de Organización Pablo Echenique, dieron la cara. Irene Montero exigió a Sánchez una disculpa al líder de Podemos por acusarle de “no defiende la democracia”. “No todo vale, y menos entre fuerzas políticas que aspiran a gobernar juntas y por tanto, a respetarse y entenderse. Sánchez debe rectificar”, escribió en la red social Twitter.

"Decir que Pablo Iglesias no defiende la democracia, simplemente por tener ideas diferentes a las suyas, es algo muy grave, algo impropio de un presidente de España”, destacó Echenique, mientras un grupo de actores, periodistas y cantantes lanzaban un manifiesto de apoyo a una coalición de gobierno de izquierdas.

Sin miedo a la abstención

El presidente en funciones negó que la repetición de elecciones provoque una alta abstención que perjudique a los partidos de izquierda. "Yo comparto algo que es un hartazgo generalizado. No tiene ningún sentido que hayamos votado no sólo una vez, sino dos veces, el 28 de abril y el 26 de mayo, y el veredicto de las urnas ha sido inapelable: Quieren que el Partido Socialista gobierne", explicó. "Ahora bien, yo discrepo. Si la ciudadanía española se ve abocada desgraciadamente por la irresponsabilidad y el bloqueo de algunas formaciones políticas a unas elecciones, participará. Los ciudadanos votan para que haya Gobierno, eso es lo que quieren", aseguró.

"Los españoles también tomarán nota de lo que ha ocurrido durante estos meses. Insisto, creo que los españoles, al final, cuando votan, votan que haya Gobierno, y por tanto eso es también lo que quieren, que los políticos hagamos nuestro deber, y nuestro deber es facilitar la constitución de un Gobierno en la próxima semana, no en agosto, no en septiembre, no que haya una repetición electoral el 10 de noviembre. Mire lo que va a pasar este otoño en España, y en Europa, es muy grave. Vamos a tener la sentencia del procès, vamos a tener, el 31 de octubre, el vencimiento del plazo que le dimos al Reino Unido para una salida negociada de la Unión Europea. ¿El Partido Popular Ciudadanos y Unidas Podemos van a permitir que España esté en funciones cuando ocurra todo eso? A mí me parecería de una extraordinaria irresponsabilidad", advirtió.

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