Mientras el Congreso debate la investidura con seguridad fallida de Pedro Sánchez este martes, las negociaciones entre PSOE y Podemos para alcanzar un pacto antes del jueves continúan. Y a pesar de los desencuentros del domingo entre Carmen Calvo y Pablo Echenique y del explosivo discurso de Pablo Iglesias en la recta final de su intervención en el hemiciclo, los morados lo fían todo a gestionar "carteras sociales" o a influir en las políticas sociales llevadas a cabo por los ministerios de turno. Pactos en materia fiscal y laboral, aumento del salario mínimo a 1.200 euros, rebajar las facturas de la luz y el gas y proyectos verdes son las medidas estrella en torno a las cuales gravitan las conversaciones.
Las negociaciones no están rotas tras el primer día de investidura, dicen fuentes de ambas partes. El discurso de Iglesias de hecho ha sido sintomático: Podemos no va de hecho a ceder más allá de lo que ya ha renunciado, confían en su círculo. Y un pesado pesado del PSOE contempla la coalición: "Tres días dan para mucho", afirma sobre el tiempo que queda hasta el jueves.
Tres días dan para mucho": un peso pesado del PSOE confia en la coalición
Los morados asumirán la posición socialista respecto a Cataluña, renuncian a "Ministerios de Estado" (Exteriores, Hacienda, Defensa o Interior) sin descartar un pacto o cargos intermedios en alguna de estas carteras (como por ejemplo acordar la progresividad en materia tributaria, es decir, un pacto que afecta al Ministerio de Hacienda) y no retrocederán más hasta obtener una gestión potente. La última renuncia ha sido la salida de Pablo Iglesias y ahí está el límite, aseguran en Podemos.
Así pues, la batalla por la gobernabilidad gira alrededor de carteras como Empleo, Medio Ambiente, Energía e Industria, con implicaciones en carteras como la de Hacienda, especialmente en la Agencia Tributaria. O en el Ministerio de Fomento, con capacidad para regular aquellos alquileres que los morados consideran indignantes en las grandes ciudades. También en Igualdad, algo en lo que transige el PSOE y cuyo encaje está por ver.
Iglesias reveló irritado en el debate parte -pero no todas- de sus exigencias
Gran parte de estas exigencias -no todas- fueron reveladas por el propio Iglesias durante el debate de investidura. Harto de los guiños del presidente en funciones al PP y Ciudadanos y cansado de hacer concesiones, el líder podemista estalló: "Usted nos ofrece un papel decorativo. Ustedes dijeron que jamás compartirían Ministerios de Estado, nos dijeron que ni hablar a gente nuestra en los equipos de todos los ministerios; cuando les planteamos competencias de Hacienda para desarrollar el programa que pactemos, dijeron ni hablar; de Trabajo, ni hablar; de Igualdad, ni hablar; de Transición Ecológica, ni hablar; de Ciencia, ni hablar...". Fue el momento de mayor tensión en el debate inaugural.
Podemos siempre ha defendido prácticamente desde su nacimiento frenar "los abusos de las eléctricas", llegando a plantear incluso una gran empresa de electricidad pública. Ya tras las elecciones del 28 de abril las principales eléctricas del Ibex, Iberdrola, Endesa, Red Eléctica, Naturgy o Enagás, sufrieron un batacazo en Bolsa, quizá temerosas de la coalición que tres meses después de las generales empieza a cobrar forma.
Sevilla retó a Iglesias a encontrar 8.000 millones para nacionalizar Red Eléctrica
El ex ministro de Zapatero y ex diputado del PSOE Jordi Sevilla, actual presidente de Red Eléctrica Española, cargó contra Iglesias por proponer éste el año pasado la nacionalización de la sociedad. "Si tienen 8.000 millones de euros y consiguen mayoría parlamentaria suficiente, que lo hagan", retó Sevilla.
También parece descartado para Podemos el Ministerio de Economía, que es la cartera desde la cual se acude a negociar a Bruselas en el Eurogrupo y ante la Comisión Europea cuestiones primordiales como la contención del déficit y la deuda o la elaboración de presupuestos. El último precedente de un ministro de Finanzas totalmente enfrentado a la Troika fue con el griego Yánis Varufákis durante el primer semestre de 2015. Varufákis terminó dimitiendo en julio de 2015 como paso clave para que Alexis Tsipras aceptara el tercer rescate. Últimamente Italia es el país que trae de cabeza a los dirigentes comunitarios.
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