Es la primera piedra del camino. Desechado un segundo intento para explorar una coalición con Unidas Podemos, Pedro Sánchez ha comenzado a buscar la segunda vía, la de la abstención de PP o Ciudadanos. Sólo 24 horas después del revés sufrido en el Congreso de los Diputados tras su segunda derrota en el Pleno de Investidura, la senda del diálogo se le complicaba a 392 kilómetros de allí. Se lo avanzó con vehemencia el diputado de Navarra Suma, Carlos García Adanero: "Navarra será la prueba del algodón", le apuntó. Y así será.
El PP ya ha trasladado a Moncloa y a la dirección del PSOE que si realmente quiere intentar otra senda deberá demostrarlo con hechos y el acuerdo de gobernabilidad en la Comunidad Foral será el primero. Lo que suceda en la Comunidad foral será 'el candado' que puede abrir o cerrar definitivamente esa puerta de diálogo con los populares para evitar una repetición electoral.
Hechos que de llevarlos a cabo requerirían de una rápida toma de decisiones además de suscitar otro incendio. Sólo se provocaría su compensara evitar otro mayor: una repetición electoral con un resultado incierto. Revertir el acuerdo de Gobierno que ayer presentaron el Partido Socialista de Navarra, Geroa Bai y Podemos y que encamina a María Chivite hacia la presidencia de la Comunidad Foral no será sencillo.
El PP ha trasladado a Moncloa y Ferraz que revertir Navarra es la primera prueba para creer la disposición de Sánchez de buscar una vía alternativa
La necesaria e imprescindible colaboración, por activa o por pasiva, que requieren de Bildu los socialistas para ocupar el Ejecutivo es el cascabel al que en el PSOE ya empiezan a observar con incomodidad.
Una semana decisiva
La cuestión Navarra la han situado a lo largo de todo el debate de investidura en el centro de sus reproches tanto los de Pablo Casado como los de Albert Rivera. En Moncloa valoran ya el impacto que tendrá llevar hasta sus últimas consecuencias la autonomía otorgada a Chivite para aspirar a gobernar Navarra gracias a Bildu. Pese a que el PSN ha garantizado que no se ha negociado con la coalición de la izquierda abertzale, un hipotético escenario electoral amplificaría aún más el discurso de los constitucionalistas por la operación en Navarra.
Pese a que la relación entre Casado y Sánchez no es mala, frente a la que mantiene con Rivera, la desconfianza sí está muy instalada. Las palabras y los hechos no coinciden y los populares están dispuestos a dar una oportunidad para que puedan hacerlo. Para ello, la primera etapa es reconducir la situación navarra. Y el plazo podría no ser muy amplio. Todo apunta a que el Pleno de Investidura para elegir a Chivite se celebre el 1 y 2 de agosto, el próximo jueves y viernes. Antes, este domingo, las bases del PSN deberán pronunciarse sobre el acuerdo alcanzado con Geroa Bai, Podemos e I-E y que sólo saldrá adelante si lo respaldan al menos con su abstención los parlamentarios de EH Bildu.
Paradogicamente, Bildu podría convertirse en el mejor aliado de Sánchez en toda esta operación. La coalición de la izquierda abertzale no ha dejado de reprochar al PSN que le excluya de las negociaciones y que no cuente con ellos pese a que es imprescindible al menos su abstención para que todo culmine con el PSN en la presidencia y Geroa Bai y Podemos en el Ejecutivo. Los tres miembros del tripartito de Chivite dan por descontado que Bildu no votará en contra. Si lo hiciera, tumbaría, cual Podemos con el candidato Sánchez, todas las aspiraciones de los socialistas navarros.
Malestar en Bildu
No parece una fórmula mayoritaria pero tampoco descartable. Mientras la dirección de Bildu no contempla esa posibilidad, en las bases de la izquierda abertzale si se ha instalado un gran malestar por la actitud del PSN y del resto de socios de dar por bueno que no se cuente con ellos. Un rechazo que viene alimentado por la pérdida de poder municipal en consistorios como Pamplona, Burlada, Huarte o Barañain que el PSN no impidió. No son pocos los sectores de la izquierda abertzale que contemplan votar no a la candidata Chivite.
En las bases de Bildu se ha instalado cierto malestar por el desprecio del PSN hacia ellos y aparecen reticencias a apoyar a Chivite
El propio Casado situaba ayer en el centro de su crítica la gobernabilidad en Navarra. Lo hacía subrayando que tras el fracaso de la investidura los de Pedro Sánchez continúan dejando claro "quienes son sus socios", "Es indignante que pretendan que facilitemos el gobierno a quienes pactan con Bildu".
No dar un paso para revertir el escenario cerrado ya en Navarra supondría, según fuentes consultadas por 'El Independiente', cerrar la puerta una abstención del PP. Navarra será clave para que se pueda explorar la nueva vía que el Gobierno en funciones reclamó durante el Pleno de Investidura y que ahora enfoca como la opción preferente.
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