Participó en la fundación del PP vasco, a finales de los ochenta. Casi una década antes, en 1980, ETA asesinó al socio de su padre, el empresario Enrique Aresti. De estudiante durante la Transición militó brevemente en las Juventudes Socialistas, pero fue expulsado por Ricardo García Damborenea, condenado por los GAL. Abandonó el PP en 2007 para adherirse a UPyD cuando la formación magenta no rascaba en Euskadi.
Elegido eurodiputado en mayo de 2014, Fernando Maura (Bilbao, 1955) se fajó por la confluencia entre UPyD y Ciudadanos, lo que le valió "sinsabores" y "acusaciones" de compañeros. No se amilanó y en diciembre de aquel año se plantó en la tribuna de oradores del Teatro Goya de Madrid invitado por Albert Rivera en la presentación del Movimiento Ciudadano, germen de Ciudadanos. También gritó a los medios "Albert es el futuro", lo que le valió ser proscrito por Rosa Díez.
No me he aliado ni con Roldán, ni con Garicano ni con De la Torre"
Partidario de llegar a acuerdos con los socialistas antes que con Vox, el ex diputado entre 2016 y 2019 fue destituido este lunes de la Ejecutiva naranja justo el día en que Rivera abría este cónclave a 22 nuevas incorporaciones. En su discurso ante los medios, el líder de Cs ni mencionó la salida ni de Fernando Maura ni de la crítica Orlena de Miguel. "Yo no soy del sector crítico", asegura en conversación telefónica. "Soy un señor que colabora lealmente con el partido, en el que sigo militando. Nunca fui cuadrillero cuando todo el País Vasco eran cuadrillas. No me he aliado ni con Toni Roldán, ni con Luis Garicano, ni con Francisco de la Torre, a los que respeto".
"Detesto el gregarismo", insiste, y recita una versión de la canción La Mala Reputación de George Brassens cantada por Paco Ibáñez: "Yo no pienso pues hacer ningún daño / Queriendo vivir fuera del rebaño".
La mala reputación
Destaca sus diferencias sin reprochar nada a la actual dirección. "Estoy satisfecho de mi trabajo como ex responsable de Internacional del partido y me sentí leal incluso cuando se produjo la Ejecutiva del 24 de junio", que coincidió con el sonoro cese de Toni Roldán. "Se puso sobre la mesa la opción de llegar a acuerdos con el candidato del PSOE, tesis que yo defendí abiertamente con tres condiciones: que Navarra no cayera en manos de Podemos y nacionalistas con la abstención de Bildu; que Sánchez no hiciera uso del indulto con el conflicto del procès; y acomodar la política económica y fiscal a los estándares que marca Bruselas".
Defendí abiertamente acordar con Sánchez, con condiciones"
"Fuimos cuatro los que votamos por esa posibilidad. Yo no hice declaraciones posteriores y me mantuve en la discreción con lealtad". ¿Discrepar es la razón de su salida? "Hasta donde sé de la conversación que tuve anoche [por el domingo] con el secretario general [José Manuel Villegas], no: lo que me dicen es que Rivera tiene esas atribuciones estatutarias y no tiene por qué dar explicaciones. Él actúa de acuerdo con los estatutos".
¿Estamos ante una purga? Fernando Maura, que es descendiente del político conservador Antonio Maura y familiar del ex diputado de Podemos Eduardo Maura, lo niega. "Hay dos cosas que parecen claras: que una mayoría de la dirección quería que entraran otras personas y que yo no tengo ningún tipo de cargo institucional en estos momentos". Lo acepta. "Las reglas del juego son esas: no vale decir que como me van mal las cosas me voy gritando. Quiero hacer un análisis tranquilo y no pronunciarme sobre especulaciones".
Me dijeron que Rivera tiene plenas atribuciones -en el cese- y no tiene que dar explicaciones"
"Un proyecto progresista, de centro y liberal es muy difícil de consolidar en España", advierte. "Hemos visto el caso de la UCD, que quizás estaba algo alejado del liberalismo clásico, pero también el proyecto del Centro Democrático y Social posterior de Adolfo Suárez, la Operación Reformista de Garrigues Walker o UPyD más recientemente: a mi no me gustaría que a Ciudadanos le pasara lo mismo y quiero seguir contribuyendo a que la formación tenga recorrido".
"Institución gregaria"
Maura reconoce que Pedro Sánchez "en ningún momento ha hecho ningún tipo de propuesta" a Ciudadanos para facilitar la investidura. "Considera que los apoyos a su candidatura no tienen precio". Pero deja caer el "peligro" de "castigar el proyecto a través de declaraciones nocivas", algo que admite una amplia interpretación. En abril no viajó en las listas naranjas y terminó su periplo en el Congreso de los Diputados. "Mi experiencia en la Cámara Baja había terminado. Es una institución muy gregaria donde la labor del diputado es mínima". Y concluye: "Yo estoy en el partido, no en contra de sus intereses".
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