"Soy la persona menos racista que puedas conocer jamás". El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no se considera un racista. Ni un supremacista blanco, ni mucho menos un fanático. En la rueda de prensa de este lunes, ha querido deslindarse del supremacista blanco Patrick Crusius, que le admiraba y mató a 20 personas para frenar "la invasión de hispanos" en El Paso. Trump ha calificado como "un loco y un bárbaro" a Crusius, y ha destacado que América debe unirse con una sola voz contra el racismo, el fanatismo y el supremacismo.
Sin embargo, Trump alentó en la campaña electoral para ganar la Presidencia el odio al extranjero y ha defendido la tesis de que los blancos en Estados Unidos son quienes están amenazados. Ya antes su trayectoria indicaba su desprecio por los afroamericanos. En 1973 su empresa inmobiliaria fue investigada por discriminarles a la hora de alquilar sus apartamentos. En los 80 un exempleado denunció que cuando iban Trump y su entonces esposa Ivana al casino de su propiedad, el Trump Castle, en Atlantic City, había orden de que no hubiera personas de raza negra a su alrededor.
En 2011 fue uno de los más ardientes defensores de la teoría que esgrimía que el presidente, Barack Hussein Obama, el primer afroamericano que llegó a la Casa Blanca, no había nacido en Estados Unidos. Es lo que denomina birtherism (birth, nacimiento). Obama hizo público su certificado de nacimiento, con fecha de 4 de agosto de 1961, en Honolulu, Hawai. Pero el magnate inmobiiario insistió: "El certificado de nacimiento de Obama es un fraude". Trump también puso en duda que hubiera obtenido buenas calificaciones en sus estudios en Columbia y Harvard.
En la campaña electoral Trump, aunque no competía ya con Obama porque había cumplido dos mandatos, volvió a revivir su tesis sobre el origen extranjero de Obama, cuyo padre nació en Kenia. La contienda electoral contra la demócrata Hillary Clinton fue durísima y Trump alentó la xenofobia y el temor a la inmigración, para atizar el odio de sus seguidores. Trump ganó por 20 puntos a Hillary Clinton entre los varones blancos de más de 45 años.
Muestra de cómo Trump ha jugado con el fuego del racismo son estas diez declaraciones suyas.
1. "México envía drogas, crimen y violadores"
Para justificar que había que construir un muro en la frontera con México, donde ya hay muro desde el mandato de Clinton, y que tenía que pagarlo el Gobierno vecino, Trump dijo en junio de 2015, cuando hizo oficial que lanzaba su candidatura a la Casa Blanca: "Cuando México envía su gente, no envía lo mejor, gente como tú o como yo. Están enviando gente con un montón de problemas. Traen drogas, crimen, son violadores, y algunos, asumo, son buenas personas". Añadió: "Llegan de más allá de México... de toda América Latina y también de Oriente Medio".
Un año después, puso en duda la profesionalidad de un juez por su ascendencia mexicana. "Estoy construyendo un muro. Hay un conflicto de intereses evidente", señaló en junio de 2016, sobre Gonzalo Curiel que debía dictaminar sobre un caso relacionado con la Trump University.
2. "¿Qué demonios pueden perder los negros si me votan?"
En agosto de 2016, dos meses antes de que los estadounidenses acudieran a votar, intentó seducir a los votantes afroamericanos de una curiosa manera. "Pido el voto de cada negro que hay en este país. ¿Qué puede perder? Viven en la pobreza, sus colegios son malos, no tienen trabajo, el 58% de su juventud está desempleada... ¿qué demonios pueden perder?". La población afroamericana se volcó con la candidata demócrata, que ganó en voto popular, pero perdió en el voto electoral.
3. ¿Qué se puede hacer con los inmigrantes que cruzan la frontera?
En mayo pasado, en un mitin en Florida, Trump preguntó a sus seguidores qué se podía hacer con los inmigrantes que cruzan la frontera. "No olvidéis: nosotros no les dejamos, y no podemos dejarles usar armas. No podemos... Pero otros países les dejan. ¿Cómo podemos pararles?". Alguien en la multitud respondió: "Hay que dispararles". El presidente de EEUU no se escandalizó. Se rió como si fuera un chiste. Patrick Crusius, de 21 años, quería matar a cuantos mexicanos fuera posible en un lugar como El Paso, donde la convivencia es ejemplar. A El Paso acuden cada día miles de personas desde Ciudad Juárez y Chihuahua a comprar o trabajar.
4. ¿Por qué tenemos a toda esa gente de países de m*?
En enero de 2018, se refirió a varios países africanos, a Haití y a El Salvador, como "países de mierda". En una reunión sobre inmigración el presidente de Estados Unidos hizo estas declaraciones, según publicó The Washington Post y confirmó la CNN. La afirmación está en línea con lo que piensa de los países de donde proceden tres congresistas demócratas a las que recientemente ha acusado de ser antipatriotas.
5. "Hay violencia en todas partes" (supremacistas blancos y antifascistas)
El 11 de agosto de 2017 cientos de neonazis y supremacistas blancos marcharon en el campus de la Universidad de Virginia, en Charlotttesville, entonando lemas como "sangre y tierra", un eslogan nazi. Protestaban contra el traslado de la estatua del general confederado Robert E. Lee. Hubo enfrentamientos entre estos grupos ultraderechistas y antifascistas. El 12 de agosto golpearon a un hombre afroamericano al menos cuatro supremacistas blancos. Ese mismo día un joven supremacista James Alex Fields embistió su coche contra la mutlitud y mató a una mujer de 32 años. Trump denunció el odio, el fanatismo y la violencia "de todas partes". Es decir, equiparaba a los racistas y nazis, relacionados con esos crímenes, con quienes fueron sus víctimas.
6. "El Islam nos odia"
En marzo de 2006, en una entrevista con Anderson Cooper, de la CNN, Trump, entonces aspirante a la Casa Blanca dijo: "Creo que el Islam nos odia. No podemos permitir a este país a quien tiene odio hacia Estados Unidos". Con esta argumentación intentó vetar la entrada al país al llegar a la Presidencia a personas procedentes de una serie de países musulmanes que consideraba peligrosos. Los tribunales le frenaron. También llegó a señalar que había que plantearse "cerrar las mezquitas".
7. "Aquí hablamos inglés".
En septiembre de 2015, en un debate en el que se enfrentaba a Jeb Bush, casado con una mexicana, dijo: "Este es un país en el que hablamos inglés, no español". Jeb Bush, hermano de George W. Bush, fue gobernador de Florida, un estado con gran presencia de la comunidad hispana y con gran peso electoral en las presidenciales.
8. "¡Que se vayan!"
Este verano el presidente Trump hizo diana de sus ataques a cuatro congresistas demócratas. Tres de ellas son nacidas en Estados Unidos y la cuarta en Somalia, pero con nacionalidad estadounidense. Llegó al país cuando tenía 17 años. Acusó a las cuatro congresistas de odiar Estados Unidos, por el hecho de ser críticas con él. Y por eso les instó a irse del país que tanto les disgustaba. Logró que sus seguidores corearan en los mítines: "Que se vayan". Parecía aquel "enciérrala" con el que aludían a Hillary Clinton.
Las congresistas que se hacen llamar el escuadrón son Alexandria Ocasio-Cortez, nacida en Nueva York de padres de origen portorriqueño; Rashida Tlaib, de origen palestino; Ayanna Pressley, la primera congresista afroamericana elegida por Massachusetts; Ilhan Omar, la única de las cuatro nacida fuera de Estados Unidos, en Somalia, y congresista por Minessota.
En un controvertido tuit, Trump dijo sobre ellas: “Es muy interesante ver a congresistas demócratas progresistas, que originalmente provienen de países cuyos gobiernos son una completa y total catástrofe (si tienen un gobierno que funcione) decirle ahora virulentamente y a voz en grito a la gente de Estados Unidos, la nación más grande y poderosa del mundo, cómo se debe dirigir nuestro gobierno”.
De ahí que cuando dijo Trump que "no tenía ni un solo hueso racista", al recibir llamadas de atención de los demócratas y de la comunidad internacional, AOC replicó: "No son sus huesos, es su cabeza y su corazón los que son racistas. Por eso viola los derechos de niños y dice a mujeres que representan a este país que 'se vayan'".
9. "Todos con sida en Haití" y "Warren, Pocahontas"
Trump suele burlarse de Elizabeth Warren, aspirante demócrata a la carrera presidencial, a quien suele llamar Pocahontas. Warren señaló en 2012 que procedía de nativos americanos y más tarde incluso lo demostró con una prueba de ADN. El presidente se mofa de Warren con ese apelativo. Ejemplo de desprecio por otros países ha declarado que en Haití "todos tienen sida" y que quienes proceden de Nigeria y llegan a Estados Unidos "ya nunca más quieren volver a sus chozas".
10. "Un distrito (de mayoría afroamericana) infestado de roedores"
En sus diatribas contra el congresista demócrata Elijah Cummings, afroamericano, ha llegado a decir que Maryland, distrito que representa en Baltimore, es un "desastre asqueroso" y está "infestado de roedores". Maryland tiene una población de mayoría afroamericana. Cummings ha avalado varias investigaciones sobre las políticas de Trump, especialmente en relación con materia migratoria. Trump le ha convertido en objetivo de sus ataques más feroces. Con gran elegancia, Cummings ha invitado a Trump a visitar su comunidad: "Venga a vernos. Será bienvenido".
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