Una investidura fallida como telón de fondo; un evidente estancamiento en las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos; y un predispuesto Pedro Sánchez a apurar -de nuevo- la fecha límite para comenzar las negociaciones que le permitan ser investido como presidente del Gobierno agitan el fantasma de la repetición electoral a ritmos vertiginosos.
Todos los partidos coinciden en renegar de una posible reapertura de urnas y, al mismo tiempo, ninguno descarta este escenario. El tono electoral en las últimas declaraciones públicas de cada uno de los líderes de las principales formaciones comienza a ser una constante, incluso en época estival. Y los sondeos comienzan a perfilar cuál sería el mapa político el 10 de noviembre, fecha para otros eventuales comicios.
No es una sorpresa. El PSOE volverá a ganar las elecciones, pero frenando su crecimiento. De acuerdo con los sondeos de La Razón y eldiario.es, el líder socialista cosecharía una nueva victoria en una hipotética apertura de urnas (29,7% y 30,9%, respectivamente), si bien, según señala el segundo medio citado en base a la encuesta elaborada por Celeste-Tel en la primera semana de agosto -tras la investidura fallida en julio-, la tendencia de Sánchez tendería a la baja por primera vez y constataría el primer descenso de apoyos respecto al mismo sondeo realizado antes del fracaso en la Cámara Baja. En el caso del sondeo NC Report para La Razón, se constata la victoria del candidato socialista con incluso más diputados que los obtenidos en las elecciones del mes de abril -entre 126 y 130- si bien alerta de una posible pérdida de 200.000 votos respecto al 28-A.
Sí hay un dato significativo en ambas encuestas electorales: la aparente remontada de un PP que el 28-A cosechó el peor resultado electoral de la historia del partido. En cifras, el PP consolidaría sus distancia con Ciudadanos y recortaría terreno con Sánchez, consiguiendo un 20,2% de los votos y 83 escaños -17 más que en los comicios de abril- según el sondeo de eldiario.es, cifra que escala hasta el 21,8% de intención de voto en el caso de la encuesta de NC Report, que depara una horquilla de entre 82 y 86 escaños. Pablo Casado recuperaría el 14,6% de los votos que fueron a parar a Ciudadanos y el 25,7% de los de Vox según esta última encuesta.
Los resultados se publican en un contexto en que los populares han iniciado ya una estrategia política dirigida tanto a encarar una posible apertura de urnas como a defender su papel de oposición en el Congreso ante un crecido Albert Rivera convencido de arrebatar el espacio que históricamente ha ocupado el PP. Así, el líder popular se ha blindado con afines a la corriente de José María Aznar partidarios de abandonar la "derechita cobarde" para ejercer una férrea oposición a un hipotético Ejecutivo de Sánchez con el apoyo de Unidas Podemos y partidos nacionalistas. Lo constataba Pablo Casado en la Junta Directiva del PP del pasado 30 de julio: la centralidad y la moderación "no están reñidos con la firmeza" de la que tratará de hacer gala en esta renovada etapa del partido.
Entre los nombres de la nueva cúpula popular destacan el de la nueva portavoz del PP en el Congreso, la 'dura' Cayetana Álvarez de Toledo; Javier Maroto, nueva voz en el Senado; o afines a la corriente 'aznarista', como Gabriel Elorriaga para dirigir y coordinar tres asesorías parlamentarias del partido: la del Congreso, la del Senado y la del Parlamento Europeo.
Más bloqueo
La situación para desbloquear el futuro político en el país no es precisamente optimista, ni si quiera volviendo a las urnas. La formación de Albert Rivera firmaría su retroceso -perdería entre cuatro y siete escaños-, mismo camino que seguiría Vox, que lograría el 8,3% de los votos -según eldiario.es- y el 7,8% de acuerdo con el sondeo de La Razón, ambos en favor de la mayor fortaleza de los 'azules'.
Sin embargo y pese a los cambios apuntados, los votos de las derechas serían insuficientes para constatar una mayoría para un posible pacto de investidura en el Congreso de los Diputados. Ni a derecha ni a izquierda.
Unidas Podemos se subiría también al carro de la pérdida de apoyos y lograría entre el 12% y el 13% de la intención de votos con una previsión de entre 31 y 36 asientos en función de ambas encuestas. No sería suficiente, por tanto, para sumar mayoría con su actual socio de Gobierno, PRC y Compromís.
Las opciones de Sánchez serían las mismas que tiene ahora el Ejecutivo pero a un alto precio: sacrificar un significativo porcentaje de participación -pasaría del 71,8% al 67% según los sondeos-. Sánchez podría, por tanto, reeditar el Gobierno 'Frankestein' y sumar a los apoyos morados el de los independentistas catalanes; o lograr un imprevisible acuerdo con Albert Rivera, ya que la coalición de centro-izquierda otorgaría una estable mayoría absoluta.
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