"No retrocederemos ni un milímetro". En la segunda y última sesión de investidura de la, salvo sorpresa mayúscula, futura presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Rocío Monasterio ha aprovechado su intervención para marcar distancias con el bloque de coalición y plantarse frente a ambos partidos, con un discurso claramente dirigido a su predisposición de ejercer una oposición "férrea" en la legislatura que comienza y con claros reproches a PP y Ciudadanos.
"Ni somos parte del Gobierno ni queremos ser. No queremos ser sus socios", ha manifestado tajante la portavoz de Vox, a tan solo unas horas de que los de Santiago Abascal en la Comunidad de Madrid eleven a Díaz Ayuso al frente de la región. "Nuestra voluntad negociadora ha estado siempre encima de la mesa. Vox ha demostrado altura de miras en todo momento", ha continuado Monasterio, recordando el carácter "determinante" de sus 12 escaños para perpetuar un gobierno del PP en la región.
Sin embargo y pese a facilitar el primer gobierno de coalición de la Comunidad de Madrid, la líder regional del partido ha advertido a Díaz Ayuso y a Ignacio Aguado que "no renunciaremos a nuestros principios", "no aceptaremos chantajes". "Nuestro compromiso con PP y Cs acaba después de la votación, justo en el momento en que comienza el de ustedes con nosotros", ha subrayado.
Y Rocío Monasterio ha avanzado en la sesión de este martes el tono con el que su grupo afrontará la legislatura de la líder popular. Desde un primer momento, ha advertido a Ayuso que, pese a sostener su investidura, no le entregará un cheque en blanco y no "regalarán" sus votos "a cambio de nada". La líder de Vox ha adelantado que no van a apoyar la totalidad de las 155 medidas del documento naranja por "respeto a sus votantes" y porque irían en contra de sus compromisos con ellos: "limpiar la ciénaga y desmontar chiringuitos".
Sí ha aplaudido durante su intervención la rebaja fiscal "histórica" anunciada ayer por la candidata popular, aunque ha reclamado más "atención" a medidas referentes a su pacto -de las referencias que hiciese Ayuso al mismo dependía el apoyo de Vox en la investidura-, como es el caso del cheque escolar y el establecimiento de mecanismos para evitar el "adoctrinamiento" en las aulas españolas. "Hoy en día te llaman nazi por querer educar a tus hijos en castellano", ha espetado.
Por contra, ha criticado abiertamente la decisión de PP y Ciudadanos de aumentar el número de consejerías, de 9 a 13. "No tienen sillones para tanto consejero, ¿con qué dinero van a pagarlo?". Y a Ignacio Aguado, en concreto, ha ido dirigido un dardo de su homóloga de Vox, ya que ha tildado de "hipócrita" que se pida paridad e igualdad pero "luego propongan que alquilen nuestros vientres. ¿Qué igualdad es esa?", se ha preguntado Monasterio. La regulación de la gestación subrogada, práctica prohibida en España, es una de las medidas estrella del programa naranja que justifica como parte de la defensa de derechos del colectivo LGTBI.
Monasterio, a Ayuso y Aguado: "No tienen sillones para tanto consejero, ¿con qué dinero van a pagarlo?"
En el contexto de derechos sociales, Monasterio ha insistido en la mínima intervención estatal y en la necesidad de potenciar medidas de natalidad para defender "la máxima expresión de libertad de los madrileños": la familia. En este sentido, ha criticado que mientras "los españoles demandan natalidad" se atiende a "financiar el aborto" y sin embargo "tienen tiempo y recursos para inaugurar el comisionado de bienestar animal", ha arremetido, al tiempo que ha presentado a Vox como "la voz" de denuncia de la "élite globalista" que está acabando con "los valores tradicionales".
La última sesión del pleno de investidura antes de la votación que aupará a Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad ha arrancado poco después de las diez de la mañana con las intervenciones de los representantes de los seis grupos parlamentarios. En orden de menor a mayor representación en la Asamblea, los líderes regionales de las diferentes formaciones han respondido al discurso de Ayuso de la jornada del lunes, que estuvo marcada por la promesa de encabezar "la mayor rebaja fiscal de la historia" que reducirá en casi 300 millones de euros los ingresos de la Administración.
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