Estabilidad, gobernabilidad y perspectiva social a la hora de encarar la desaceleración económica que se avecina. En el Comité Electoral socialista preparan una campaña que presentará al PSOE como el gran partido institucional de España, el más preparado para gobernar y con el candidato más sólido. Su objetivo es recibir transferencias de votos tanto desde la izquierda como de la derecha.
Con esta estrategia, el PSOE hace frente al partido de Íñigo Errejón, que ayer se proclamó como candidato de Más País calcando el discurso de moderación, responsabilidad y apuesta por la gobernabilidad de Pedro Sánchez.
Ferraz mantiene la calma respecto a la amenaza que pueda suponer Errejón y sigue limitando su aparición en escena a un enfrentamiento personal con Pablo Iglesias que puede dañar notablemente a ambos. "Deben tener cuidado", advierten los estrategas socialistas, que limitan el efecto Errejón a una "recomposición" del espacio político que representó Podemos y sus confluencias.
Frente a esa izquierda más radical, Pedro Sánchez aspira a ensanchar el espacio de centro que empezó a colonizar el 28 de abril. En esa cita no sólo arrebató un millón de votos de Unidas Podemos, sino que logró convencer a casi 400.000 votantes del PP para que le apoyaran. Para conseguir ampliar esa cantidad a costa de Ciudadanos, Sánchez debe parecer moderado.
Tras ganar las primarias socialistas con un discurso claramente izquierdista frente al espacio más de centro que representaban Susana Díaz y los barones, Sánchez celebró el congreso socialista de su proclamación en junio de 2017 bajo el lema 'somos la izquierda'.
Una vez reinstalado en Ferraz y contratados los servicios del consultor Iván Redondo, la estrategia de Sánchez fue virar al centro, el espacio político de ocho millones de votantes donde se consiguen las grandes victorias electorales, el lugar al que había dirigido el partido la Gestora, que renegaba de pactos con los independentistas y con los "populistas" de Podemos. Sánchez se alió con ellos para echar a Mariano Rajoy del Gobierno a través de la moción de censura y para gobernar todo lo que pudo, ocho meses, antes de verse abocado a convocar elecciones.
De cara al 10 de noviembre, Sánchez vuelve al centro. Como dijeron los barones en su día, los populistas y los independentistas ahora "no son de fiar" y el PSOE se olvida de esas alianzas para presentarse como un presidente que "no podría dormir" con ministros de Podemos en su Gobierno y "una izquierda que quiere dar una respuesta digamos con convicciones progresistas pero no aventurera a muchos de los problemas que tenemos como sociedades". Así lo expuso este miércoles en rueda de prensa en Nueva York.
"Nosotros ¿qué representamos? Una izquierda constitucionalista, una izquierda moderada, una izquierda reformista, una izquierda positiva, constructiva", ha explicado el presidente en funciones, tras asegurar que los analistas se confunden al hablar de votos de uno u otro partido. "Esto de hablar de que los votos de Ciudadanos, los votos de Podemos, los votos del PP, los votos del Partido Socialista... son los votos de los ciudadanos, es así de sencillo", aseguró.
Con la vista puesta en ensanchar el apoyo electoral del PSOE a costa del enfrentamiento entre Unidas Podemos y Más País, por la izquierda, y arañándole votos a Cs y PP por la derecha. "Nosotros no miramos a un lado o hacia otros, simplemente reivindicamos un espacio que hoy por hoy es mayoritario en la sociedad española que es el espacio de la socialdemocracia, del socialismo democrático. Y por eso creo que más allá de ver qué caladeros se dice no por parte de los analistas políticos, pues veo primero: los votos de los ciudadanos y no de los partidos políticos, hay que ganarse su confianza", reflexionó el candidato socialista.
En las elecciones del 28 de abril, el PSOE centró su campaña en la amenaza que suponía un acuerdo de gobierno entre PP, Ciudadanos y Vox, tras la foto de sus líderes juntos en la manifestación por la unidad de España celebrada en la plaza de Colón de Madrid. Ese miedo a la derecha movilizó notablemente al electorado de izquierdas, dando una victoria al PSOE insuficiente para tener mayoría absoluta con Podemos.
Con ese argumento ya desgastado, Sánchez se lanza ahora a la campaña electoral asegurando que sólo él puede ofrecer estabilidad, gobernabilidad y sensibilidad social en tiempos convulsos por el Brexit, el independentismo catalán y la crisis económica.
"La pregunta que se deben hacer los ciudadanos el 10-N es bien sencilla: si queremos abandonar la provisionalidad y la interinidad. Si queremos de verdad que España tenga estabilidad, coherencia en la acción ejecutiva y una mirada progresista a muchos de los problemas que tenemos como país", ha asegurado.
"Por un Gobierno progresista", lema de campaña
El presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, protagonizará un mitin de su partido el próximo miércoles, 2 de octubre, en un lugar aún por determinar de Valencia que según fuentes socialistas supondrá el inicio de los actos de precampaña electoral del partido por el país.
En el cartel de un acto que ha difundido el PSPV-PSOE se anuncia la presencia de Sánchez y del secretario general del partido y president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, sobre una foto en blanco y negro de ambos abrazados durante un mitin de campaña y el lema "Por un Gobierno progresista".
Antes de ese acto preelectoral ante los comicios generales del próximo 10 de noviembre, el PSOE celebrará este sábado una reunión de su Comité Federal, tras la cual comenzarán los actos de partido por toda España, el primero de los cuales tendrá lugar en la ciudad de Valencia. Sánchez repetirá la estrategia de celebrar actos institucionales por las mañanas y de partido por las tardes para poder recorrer España en su doble condición de presidente en funciones y candidato.
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