Hiperliderazgo, verticalidad, centralismo, desconsideración hacia los territorios, falta de feminismo… Podrían ser reproches habituales de corrientes internas como el errejonismo o el anticapitalismo hacia la forma de dirigir Podemos de Pablo Iglesias, pero no. Son críticas de referentes territoriales del sector hasta ahora vinculado con Íñigo Errejón hacia su fórmula de Más País, un partido político que consideran más como una opción personal que un proyecto sólido, colectivo y plurinacional, una de las antiguas banderas del candidato madrileño.
En un largo escrito en la red social Facebook, Clara Serra, número 2 de Errejón en Más Madrid, expresa las dudas sobre Más País que están cundiendo por el denominado 'errejonismo' por los territorios. En el anuncio de su dimisión, la diputada madrileña, uno de los referentes del feminismo nacional, carga duramente contra la línea política y organizativa del proyecto de Más País.
"No comparto la manera concreta en la que va a concurrir a las elecciones generales. Me parece que olvida y menosprecia años de trabajo militante de compañeros de territorios que han conseguido levantar proyectos necesarios y valiosos para esos lugares", explica Serra, que ha sido apartada de la lista de Más País, a pesar de declararse un partido "ecofeminista", y que ha sido ninguneada por sus compañeros hasta sentirse empujada al abandono de su escaño.
"También tengo desacuerdos importantes en la manera en la que este proyecto está funcionando como organización", añade. "Si algo hemos aprendido estos años es que la verticalidad y la falta de estructuras que acompañan a los hiperliderazgos dejan a las organizaciones sin los suficientes contrapesos. Hace falta hacer lo contrario de lo que hicimos cuando nos equivocamos: hace falta dejar de convertir las primarias en un trámite de cara a la galería, hace falta dejar de utilizar a la militancia solo para los refrendos de decisiones ya tomadas, hace falta acordarse del feminismo no solo en las fotos y en la campañas sino sobre todo en los momentos en los que estamos fuera de los focos y en los que se puede profundizar en la feminización, hace falta habilitar espacios de deliberación donde se incluya y se normalice la crítica y el disenso y hace falta dejar atrás la nociva cultura del enemigo interno consistente en estigmatizar al que tiene una voz diferente", aclara.
Serra muestra su desacuerdo con la decisión de Errejón de competir en Barcelona con el partido de Ada Colau y de la antigua errejonista Jéssica Albiach, "una manera de hacer las cosas que no representa el espíritu plurinacional que tanto hemos dicho defender". "Para mí, cualquier proyecto que pretenda reforzar y fortalecer el espacio del cambio debe sumarse a las fuerzas territoriales ya existentes, especialmente a aquellas que han funcionado y han conseguido conservar plazas claves institucionales", explica.
No es la única que lo piensa. Antiguos referentes territoriales del errejonismo han sido apartados del proyecto de Más País, que sólo busca adhesión sin crítica al proyecto. Con ese objetivo, Errejón ha tendido puentes a organizaciones territoriales como Adelante Andalucía con una candidata que ha recibido el visto bueno de Teresa Rodríguez y ha entregado directamente los puestos de salida en Valencia a Compromís para que Mónica Oltra se alinee con él en vez de con Pablo Iglesias.
Esas decisiones han tenido consecuencias. El errejonismo no sólo ha quedado apartado en Valencia. En Galicia, la elección de Carolina Bescansa ha levantado ampollas internas y ha dejado atrás a antiguos referentes de esa corriente como Ángela Rodríguez 'Pam'. En Baleares, destacados errejonistas como Juan Pedro Yllanes, vicepresidente del Consell, han sufrido tensiones internas por la elección de la candidata de Más País, procedente de Podemos. Y en territorios como el País Vasco tiraron la toalla por falta de apoyo de Errejón valiosos cuadros como la ex diputada Nagua Alba.
En Andalucía, errejonistas de pro como Sergio Pascual, que montó la organización como partido de Podemos de la mano de Errejón, Auxiliadora Honorato, ex diputada por Sevilla, o Alberto Montero, referente en Málaga y profesor que le facilitó el controvertido contrato universitario a Errejón, también se han mantenido al margen de Más País.
La elección de Carmen Lizárraga, granadina, como cabeza de cartel por Málaga como cunera, ha levantado las críticas del profesor y ex diputado, que en declaraciones al diario Sur ha atribuido ese fichaje a la "debilidad" territorial del proyecto de Errejón. Integrados en Adelante Andalucía, la elección de Lizárraga también dificulta el entendimiento con Teresa Rodríguez que se perseguía con el nombramiento de cabeza de lista por Sevilla de Esperanza Gómez.
También resulta destacada la ausencia en el proyecto Más País de Pablo Bustinduy, uno de los pocos errejonistas que había sido integrado en la Ejecutiva de Podemos y que ostentó con brillantez la portavocía de las comisiones de Asuntos Exteriores y de Relaciones con la Unión Europea del partido en el Congreso y la secretaría de Política Internacional. Bustinduy renunció a liderar la lista de Unidas Podemos a las elecciones europeas del 26 de mayo por las tensiones internas tras la decisión de Errejón de presentar candidatura propia con Más Madrid frente a Podemos.
Del núcleo de la corriente que configuró el errejonismo dentro de Podemos sólo volverá al Congreso de la mano de Más País el economista Segundo González, que encabezará la lista por Asturias.
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