Lunes posterior a un fin de semana plagado de disturbios violentos en Barcelona y Madrid como protesta a la sentencia que condena a los miembros del procés. El ex presidente catalán que instigó la ruta independentista ve los toros desde la barrera, en Bélgica, huido de la Justicia. Los españoles despiertan con la alerta de que la Audiencia Nacional registra el domicilio de su abogado, Gonzalo Boye, por un presunto delito de blanqueo procedente del narcotráfico. Las noticias en seguida relacionan el registro con José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, el mayor narcotraficante español al que Boye también defendió hasta hace menos de un mes.
El entorno del abogado explica a los periodistas de confianza que la operación de la Policía contra él es una auténtica "locura", que en seguida demostrará que no tiene nada que ver y desliza con la astucia que le caracteriza que está en el foco de la Justicia por la defensa del ex presidente Puigdemont.
El miércoles, el letrado tendrá que comparecer como investigado ante la juez María Tardón de la Audiencia Nacional para explicar si, como sospecha la instructora, colaboró con Miñanco para la creación en el extranjero de sociedades que le permitieran blanquear fondos procedentes del tráfico de cocaína. Con esa sospecha, la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 impulsó la operación que incluyó el registro de su domicilio y su despacho.
Condenado por el secuestro de Revilla
No es la primera vez que Gonzalo Boye tiene que rendir cuentas por sus actos ante la Justicia española. El ahora mediático abogado fue condenado en 1996 a 14 años de prisión por colaboración con ETA en el secuestro del empresario Emiliano Revilla, aunque el letrado siempre defendió su inocencia.
La sentencia de la Audiencia Nacional consideró probado que el entonces joven economista, miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) contra Pinochet en Chile, prestó su coche Chrysler a los etarras para que hicieran vigilancias al empresario, al que encerraron en un zulo durante más de 200 días. Ingresó en la prisión madrileña de Carabanchel y aprovechó su encierro de seis años para estudiar Derecho a distancia.
En terreno hostil
En su periplo jurídico, la de Gonzalo Boye Tuset (Viña del Mar, Chile, 1965) es la historia de alguien acostumbrado a moverse en terreno hostil. Tras ser condenado en 1996, logró reinventarse como abogado trabajando en muchos y muy diversos casos, en los que la polémica y la relevancia mediática han sido siempre denominadores comunes de su trabajo.
Además de personarse como acusación particular de la viuda de una víctima del 11-M de origen chileno, ha estado presente en otros casos muy controvertidos, como el llamado 4F de 2006, en el que ejerció de abogado defensor de uno de los jóvenes condenado en firme por agredir a un agente de la Guardia Urbana de Barcelona que quedó en estado vegetativo.
Si en 2008 fue también reseñable el pleito que protagonizó contra el ex ministro de Defensa de Israel, Binyamin Ben-Elizier, en 2009 volvió a saltar a la palestra al anunciar otra querella contra seis asesores del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, por diseñar el soporte que daría luz verde a Guantánamo. También en este país formó parte del equipo jurídico que defendió a un ex miembro de la CIA, Edward Snowden, acusado de revelar secretos de la Agencia de Seguridad Nacional.
Pilar intelectual del independentismo
Gonzalo Boye es un hombre astuto, mordaz, que sabe aprovechar las oportunidades. Una parte del mundo judicial español (el conservador) le ha dado la espalda de cara al exterior por su pasado, aunque nunca le ha cerrado las puertas porque quien le conoce sabe que Boye es una de esas personas a las que conviene no tener enfrente. Una vez abandonó la prisión, Boye tuvo que colegiarse como abogado en Pamplona en lugar de Madrid, donde consideraron que no reunía "los estándares éticos y morales de la profesión".
Sin embargo, los últimos años le han convertido en un pilar indispensable para el independentismo catalán. Muchos le consideran la cabeza pensante detrás de Puigdemont, que le ha permitido evitar ser juzgado en el Tribunal Supremo.
Boye defiende a Carles Puigdemont y dirige su estrategia de cara al tribunal belga que debe decidir extraditarle o no tras la tercera euroorden cursada contra él por el Supremo. También lleva la defensa del president Quim Torra de cara al juicio al que se enfrentará por desobediencia en noviembre. Es el abogado de los consellers también fugados Toni Comín y Meritxell Serret y del rapero independentista huído en Bélgica, Valtonyc.
Los líderes independentistas le han convertido en su gurú por sus estrategias para convencer a los tribunales extranjeros sobre los supuestos excesos de la Justicia española contra ellos
Los líderes independentistas le han convertido en su gurú por sus estrategias para convencer a los tribunales extranjeros sobre los supuestos excesos de la Justicia española contra ellos. Precisamente fue a él a quien se le coló una tergiversación en unas palabras del juez Llarena incluidas en una denuncia contra el instructor del Supremo ante la juez belga Anne Dessy. La traducción que el abogado remitió a la justicia belga hacía pensar que Llarena no respetaba la presunción de inocencia de los investigados en por el proceso independentista.
Asedio al Parlament
Boye entró en contacto con el independentismo catalán en el momento que resurgieron las ramas anticapitalistas de la política catalana que ahora representa la CUP, tras la condena por el Supremo de los acusados de asediar el Parlament en junio de 2011.
El letrado también ha representado ante la Justicia a otros líderes del sector más progresista de la izquierda, como a la diputada de Izquierda Unida y Podemos Tania Sánchez o al juez Elpidio Silva.
Boye reapareció después de su encarcelamiento en el mundo de la abogacía defendiendo a la viuda de un chileno que murió en el atentado terrorista del 11 de marzo de 2004. Desde entonces, fue ganando más y más protagonismo en los medios de comunicación. En representación del observatorio de Derechos Humanos Observatori DESC, del que también forma parte su esposa y socia Isabel Elbal, ha ejercido la acusación en causas contra el Partido Popular, como recientemente la de los ordenadores de Bárcenas.
Paralelamente a las causas mediáticas, Boye ha ejercido la defensa de acusados en importantes causas penales, como la que se sigue en la Audiencia Nacional contra el narcotraficante Sito Miñanco por presuntamente liderar una organización criminal internacional de narcotráfico y blanquear dinero procedente de la venta de cocaína. Precisamente la instructora María Tardón investiga ahora si Boye ha contribuido a tal blanqueo y por ese motivo le tomará declaración como investigado en los próximos días.
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