A las 14.10 minutos del 23 de noviembre de 1975, cuatro operarios hicieron descender con cuerdas el ataúd de madera con los restos mortales de Francisco Franco en la tumba habilitada al efecto en el presbiterio de la basílica del Valle de los Caídos. A las 10.30 horas del 24 de octubre de 2019 se repetirá a la inversa la escena: una cuadrilla de trabajadores retirará la losa de granito de 1.500 kilos que cubre el sepulcro y sacará a la superficie el féretro con el cuerpo embalsamado del dictador para su traslado al cementerio madrileño de Mingorrubio-El Pardo.
Casi 44 años después del fallecimiento del jefe del Estado, anunciado a la nación a través de la televisión por el presidente Arias Navarro con el mensaje "Españoles, Franco ha muerto", España cierra hoy una página de su historia con la materialización de la exhumación del dictador en cumplimiento de la proposición no de ley aprobada por el Congreso de los Diputados en mayo de 2017 -sin votos en contra- y promovida por el PSOE cuando estaba en la oposición.
Convertido en el banderín de enganche de Pedro Sánchez desde su llegada al poder en junio de 2018, el séptimo presidente del Gobierno de la democracia podrá presentarse a las elecciones generales del próximo 10-N habiendo cumplido la promesa que hizo semanas después de instalarse en La Moncloa. El líder socialista ha ido mucho más allá que la comisión de expertos a la que Rodríguez Zapatero encargó un informe en 2011 y ha encontrado el respaldo absoluto de la Justicia, que ha tumbado todos los recursos que han presentado contra el desenterramiento los nietos de Franco, la abadía benedictina y la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos.
No fue el 10 de junio, la primera fecha señalada por el Gobierno, sino el 24 de octubre cuando el cuerpo embalsamado de Francisco Franco saldrá de Cuelgamuros -el escenario aconsejado a Arias Navarro por los servicios secretos de la época- en dirección a un panteón del cementerio de Mingorrubio, donde descansan los restos de su esposa (Carmen Polo) tras su muerte el 6 de febrero de 1988. La expectación nacional e internacional es máxima, como demuestra el hecho de que se ha acreditado medio millar de periodistas que trabajan para 150 medios de comunicación (58 de fuera de España).
10.30: hora de inicio
De acuerdo con el dispositivo diseñado por el Ejecutivo en funciones, la maniobra de exhumación arrancará a las 10.30 horas en el interior de una carpa techada que estará ubicada en el espacio que ocupa la tumba. Dentro tan sólo permanecerán la ministra Dolores Delgado en su condición de Notaria Mayor del Reino; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños; el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio José Hidalgo; el forense Vidal Santos Yusta; dos nietos del dictador (María del Mar y José Cristóbal Martínez-Bordiú Franco) y los operarios que llevarán a cabo la maniobra de retirada de la losa sepulcral.
El sepulcro de Franco se ubica en el crucero de la basílica (entre el altar y el coro), donde se excavó un hueco para alojar el féretro con los restos mortales del dictador que se cerró con una placa de granito de una tonelada y medio de peso. Las dimensiones de esta pieza son de 226 centímetros de largo y 119 de ancho, con un espesor de 20 centímetros.
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Extraída la pesada losa, para lo que se utilizarán cuatro gatos hidráulicos, aquélla se trasladará mediante una retroexcavadora hasta un almacén y se procederá a tapar el hueco con seis baldosas de mármol negro ‘Marquina’ de 75,4 por 65 centímetros, idénticas a las adyacentes. Para ello sería necesario levantar muretes de un pie de ladrillo perforado apoyados en el fondo del hueco excavado y la realización de un forjado mediante colocación de rasillones y una capa de compresión de hormigón de cinco centímetros de espesor, según detalla la memoria elaborada por los servicios técnicos de Patrimonio Nacional.
Fuera de la zona acotada pero dentro de la basílica permanecerá otra veintena de descendientes del dictador (nietos, cónyuges y bisnietos) y el abogado que ha dirigido en nombre de la familia la batalla legal contra los acuerdos del Consejo de Ministros (Luis Felipe Utrera-Molina) para acompañar al féretro cuando éste haya salido ya del hueco sepulcral. Todas las personas que accedan a la iglesia habrán tenido que pasar por un escáner y un arco de seguridad a fin de que no puedan llevar encima teléfonos móviles ni otros dispositivos de grabación que les permita inmortalizar el histórico momento.
Prior, sí; monjes, no
Por expreso de los familiares, el prior de la abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, oficiará un responso religioso -al que no podrá asistir el resto de monjes benedictinos- cuando el ataúd haya sido extraído de la fosa y antes de que los nietos y bisnietos de Franco -a los que se les ha prohibido cubrir con una bandera aun sin escudo y se les ha negado que se rindieran los honores fúnebres que ellos reclamaban- inicien el traslado a hombros del féretro desde el presbiterio hasta la puerta de la basílica. En ese punto estará esperando el coche fúnebre, bien para acercar el ataúd hasta la explanada lateral en la que estará esperando el helicóptero o bien para iniciar el traslado por carretera hasta El Pardo.
De acuerdo con los cálculos del Ejecutivo, los trabajos de exhumación durarán entre una y tres horas. Ello dependerá básicamente del estado en que se encuentre la caja de madera en la que se trasladó el cuerpo sin vida de Franco hasta Cuelgamuros en el otoño de 1975.
Existen posibilidades de que el ataúd se conserve adecuadamente pese al tiempo transcurrido, dado que la fosa se forró de hormigón y plomo para aislarlo de las corrientes subterráneas que pasan bajo la basílica. En ese caso, la operación sería rápida y en una hora estaría acabada. Esa incógnita no se desvelará hasta que los operarios levanten la tapa.
Podría ocurrir también que el féretro estuviera inservible para el traslado, lo que obligará a su sustitución. Y existe un tercer escenario, mucho más improbable: que tanto la caja de madera como la estructura de zinc que se introdujo en su interior y en la que está el cuerpo momificado del dictador estén deterioradas, lo que dilataría las labores. De confirmarse esa circunstancia, el proceso acabaría en torno a las 13.30 horas.
Las condiciones climáticas determinarán si el féretro se traslada a El Pardo en helicóptero o por carretera
Esa estructura metálica se cerró por soldadura en la mañana del 23 de noviembre de 1975 -la operación de sellado duró exactamente 19 minutos, concretamente entre las 8 y las 8.19 horas- en un acto en el que estuvieron presentes -entre otros- Cristóbal Martínez-Bordiú Ortega, yerno del dictador; Alfonso de Borbón y Dampierre, entonces marido de la nieta mayor de Franco (Carmen Martínez-Bordiú) y los doctores Vicente Pozuelo Escudero, Modesto Martínez Piñeiro, Antonio Piga Rivero y Bonifacio Piga Sánchez-Morate. De ello dio fe José María Sánchez-Ventura por su condición de Notario Mayor del Reino: era el ministro de Justicia en esos momentos.
En cualquier caso, el Gobierno ha contratado los servicios de un forense que ofrecerá asesoramiento técnico en caso de ser necesario. Salvo que hubiera que abrir la caja de zinc, los restos no estarán a la vista en ningún momento. En presencia del abad Luis María de Lojendio e Irure, los jefes de las Casas Civil (Fernando Fuertes de Villavicencio) y Militar (Ernesto Sánchez-Galiano y José Ramón Gavilán) de Franco juraron ante el Notario Mayor del Reino minutos después de las 13.30 horas del 23 de noviembre de 1975 que el cuerpo que contenía la caja que se iba a introducir en el sepulcro correspondía al que había sido jefe del Estado.
Como Sánchez-Ventura hace 44 años, la hoy titular de Justicia en funciones levantará acta de la exhumación, traslado y reinhumación de los restos en un panteón de titularidad estatal en Mingorrubio. Dolores Delgado será una de las autoridades que se subirá al helicóptero Cougar del Ala 48 del Ejército del Aire que transportará el féretro hasta El Pardo si las condiciones de niebla y viento no lo impiden. La predicción meteorológica indica lluvias débiles (las probabilidades se cifran en el 30 %) y ráfagas de aire máximas de 16 kilómetros por hora, por lo que aparentemente no habrá problemas para que despegue la aeronave de Cuelgamuros.
En caso de que el helicóptero no pueda volar por condiciones climáticas adversas, el coche de la funeraria en el que se introducirá el ataúd a la salida de la basílica continuará hasta El Pardo, a 61 kilómetros de distancia. En tal caso, el Gobierno prevé que la duración de ese recorrido oscile entre los 30 y los 40 minutos, lo que dependerá del tráfico.
La familia ocupará dos asientos en el helicóptero, que tardaría entre 10 y 15 minutos en cubrir el trayecto. Una estará reservada para Francis Franco y la otra posiblemente para el letrado Luis Felipe Utrera-Molina. El resto de los descendientes se trasladarán por carretera hasta El Pardo.
Si el traslado es por vía aérea, el aparato aterrizaría en el helipuerto habilitado en el antiguo campo de tiro de la Guardia Real, cercano al camposanto de Mingorrubio. Allí se reencontrarían los familiares para acompañar a pie los restos hasta el panteón, donde sí está previsto que se celebre una misa. Ésta será oficiada por Ramón Tejero, hijo del golpista Antonio Tejero y párroco en La Cala del Moral y de Totalán (Málaga), y el prior Cantera.
Más de 63.000 euros de coste
Hasta que empiece ese momento, reservado tan sólo para la familia, habrán estado en el panteón tanto la ministra de Justicia como el secretario general de la Presidencia del Gobierno como testigos de la reinhumación. El Ejecutivo también ha adoptado medidas de control para que ese momento tampoco pueda ser grabado.
La exhumación, traslado y el nuevo enterramiento del dictador tendrá un coste para el Estado superior a los 63.000 euros, una cantidad muy superior a los 3.738,90 euros en los que Patrimonio Nacional presupuestó el gasto durante la tramitación del expediente administrativo.
Los 63.061,40 euros se desglosan de la siguiente manera: los 39.811,79 euros invertidos para reforzar la seguridad del panteón del Pardo, los 11.000 euros que cobrará la empresa funeraria y los 4.932,92 euros que supondrá la colocación de las baldosas que sustituirán la losa sepulcral. Pero no incluye el amplio dispositivo de seguridad (la Guardia Civil en el Valle de los Caídos y la Policía Nacional en Mingorrubio), el gasto del helicóptero, el acondicionamiento para los medios de comunicación, ni el extraordinario dispositivo que desplegará TVE, que ofrecerá la señal en régimen de pool a todas las televisiones nacionales e internacionales que lo deseen.
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