El temor del Gobierno de Pedro Sánchez a que la familia Franco pudiera desatender su prohibición y grabar tanto la exhumación en el Valle de los Caídos como la reinhumación en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo le ha llevado a exigir a uno de los nietos de Franco que guardara su móvil en una caja con candado.

El Ejecutivo ha extremado las medidas de seguridad para evitar que haya imágenes tanto del desarrollo de la exhumación del dictador en la basílica como de su enterramiento en la nueva sepultura, de ahí que haya requisado los móviles a las personas autorizadas a estar en el interior de la iglesia de Cuelgamuros.

Extremando aún esas prevenciones, el Gobierno ha exigido a Francis Franco -uno de los tres nietos varones- a depositar su teléfono portátil en el interior de una caja que le han suministrado, según han informado a El Independiente fuentes conocedoras de los hechos. Ese recipiente, de pequeñas dimensiones y de color negro, llevaba un candado para mayor seguridad.

En la retransmisión televisiva de TVE, el único medio que ha podido estar en la explanada de Cuelgamuros en régimen de pool y que ha distribuido la señal al resto, se ha visto a Francis Franco portar la citada caja por primera vez cuando se ha bajado del minibús a las puertas de la basílica. Allí ha sido recibido -junto al resto de miembros de la familia- por el prior de la abadía del Valle de los Caídos, el benedictino Santiago Cantera.

Con posterioridad, ha vuelto a ser visible cuando esperaba a subirse al helicóptero del Ejército del Aire que les ha trasladado hasta las proximidades del cementerio de El Pardo-Mingorrubio. En un momento, cuando Francis Franco tomaba unas notas en una libreta tipo moleskine, la caja la sostenía Luis Felipe Utrera-Molina, el abogado que ha pleiteado en nombre de la familia del dictador contra los acuerdos del Consejo de Ministros para ejecutar la exhumación.

Escena de tensión

Las fuentes han informado de que el nieto de Franco no ha podido recuperar su móvil hasta que ha terminado la misa de corpore in sepulto y el acto de reinhumación en El Pardo. Ha sido en el camposanto de Mingorrubio donde ha tenido lugar la escena de mayor tensión, cuando un agente de paisano le ha instado a acudir unas dependencias -con las puertas ya cerradas del cementerio- para registrarle ante la sospecha de que podía haber grabado la ceremonia de reinhumación.

Francisco Franco se ha negado y, al percartarse de ese requerimiento, todos los integrantes de la familia han salido a empujones de Mingorrubio, según han añadido las fuentes.

No nos han tratado como nosotros pensamos que deberíamos estar en un momento muy doloroso y muy desagradable", reprocha Francis Franco

"Nos han cerrado la puerta de la cripta para no poder salir porque decían que habíamos grabado lo que se había producido dentro de la cripta cuando nos habían dicho que era un tema absolutamente familiar. Han requisado móviles. No nos han tratado como nosotros pensamos que deberíamos estar en un momento para nosotros muy doloroso y muy desagradable", ha explicado Francis Franco a los periodistas a la conclusión de la ceremonia. Y ha añadido: "Nos quería requisar [los móviles] porque decían que habíamos estado manipulando, pero estábamos en nuestro perfecto derecho, como deberían haber estado ustedes también. Aquí los derechos son sólo para algunos".

Era el segundo encontronazo de la jornada, ya que el Gobierno había impedido horas antes a un familiar del dictador que entrara en la basílica del Valle de los Caídos con la bandera utilizada en el entierro de Franco en 1975. La intención de los nietos era que esa enseña cubriera el féretro una vez exhumado, a lo que se ha negado en redondo el Ejecutivo.