Elisenda Paluzie expresó ayer abiertamente lo que muchos independentistas parecen defender por omisión pero nadie se había atrevido a reconocer hasta ahora: la violencia en las calles de Barcelona, los contenedores quemando y las cargas policiales han devuelto a Cataluña a las portadas de los medios internacionales. Y esas imágenes, que obligan a preguntarse qué está pasando en España, permiten a sus voceros insistir en la culpa del Estado represor y la injusticia de la sentencia del procés, como aseguraba Arnaldo Otegi en The Guardian.
Pero la presidenta de la ANC fue más allá, al señalar al Gobierno en funciones y las instituciones del Estado como objetivos del independentismo. Lo hizo poniendo como ejemplo el boicot de la ANC al acto convocado la semana pasada por España Global con cónsules en Barcelona, un acto finalmente suspendido por Irene Lozano. Una "advertencia" que llega a las puertas de una campaña electoral en la que los actos de los partidos constitucionalistas podrían convertirse en nuevos blancos del independentismo más radical.
Las juventudes de la CUP, Arran, ya lo avanzaron ayer en las redes sociales, pidiendo ayuda a los CDR y el sindicato universitario SEPC para boicotear dos convocatorias claves: la entrega de los premios Princesa de Girona, que debe celebrarse el próximo lunes en Barcelona con la presencia de toda la familia real y la primera intervención de la Infanta Leonor. Y el cierre de campaña del PSOE, que por primera vez se traslada de Madrid a Barcelona.
Por su parte, PicnicxRepublica, grupo anónimo que ha dirigido varias de las convocatorias que han concluido en disturbios violentos, ha llamado ya bloquear los accesos al Cubic de Viladecans, donde Pedro Sánchez protagonizará mañana un mitin de precampaña junto a Miquel Iceta.
Sociedad Civil Catalana lo comprobó el domingo, cuando los CDR convocaron a cortar las principales carreteras y autovías de entrada a Cataluña para impedir la asistencia a la manifestación convocada en Barcelona contra el proceso independentista. Unos cortes de carreteras que no ha cuestionado ni el Govern, ni los partidos y entidades independentistas.
La A2 a la altura de Pallejà, en el área metropolitana de Barcelona, la AP7 a su paso por la Ampolla, en Tarragona, y las líneas de Rodalies del Maresme sufrieron el boicot de los CDR para evitar que la manifestación constitucionalista pudiera emular a la independentista que se había celebrado 24 horas antes en Barcelona, provocando momentos de tensión con los conductores que los Mossos resolvieron a favor de los CDR, manteniendo los cortes.
Fuerte presencia de líderes nacionales
Los socialistas anunciaron ayer que Pedro Sánchez cerrará la campaña en Barcelona, algo inédito hasta ahora en un presidente en funciones, y prácticamente la abrirá en Viladecans el próximo miércoles, aprovechando el hueco dejado por la no convocatoria de la enésima cumbre europea sobre el Brexit. Y aseguraron entonces que no están especialmente preocupados por que esta campaña se vea condicionada por escraches o intentos de boicot a los mítines del PSC.
Pero lo cierto es que Pedro Sánchez ya salió abucheado del Hospital de Sant Pau cuando acudió a visitar a los policías heridos en los disturbios en Barcelona. Y el PSC ha sufrido escraches en sus sedes, como el vivido en el Casal Socialista de Reus, inundado con bolsas de basura por parte de militantes independentistas tras esa visita de Sánchez a Barcelona y la posterior negativa a hablar con Quim Torra.
En la pasada campaña, la cabeza de lista del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, ya fue víctima de un escrache en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) cuando acudió a un acto de la entidad de estudiantes constitucionalistas S'ha Acabat! y se negó a entrar por la puerta trasera. Y en esta campaña Pablo Casado ha prometido también una especial presencia en Cataluña.
En este contexto electoral cobran especial peso las palabras de la presidenta de la ANC asegurando que los altercados y disturbios entre manifestantes y policía "hacen visible el conflicto" catalán dado que "el mundo es como es", y ha insistido en que "al final, el principal responsable de la violencia es el Estado".
Buch reconoce su soledad: "no me ofrecerán repetir"
Paralelamente, el desgaste contra los Mossos d'Esquadra se mantiene como otro de los argumentos de campaña de los indepdnentistas, hasta el punto de que el conseller de Interior, Miquel Buch, reconoce que "no creo que me ofrezcan repetir" en el cargo tras los incidentes de los últimos días. Preguntado en Rac 1 si se ha planteado la dimisión, admitió que estos días le han pasado muchas cosas por la cabeza pero aseguró que dimitir sería una "irresponsabilidad".
Paralelamente, sus compañeros de grupo parlamentario anunciaban en el Parlament la formalización de la propuesta para crear una comisión de investigación sobre la actuación de los Mossos y la Policía Nacional en estas dos semanas de disturbios en Barcelona. Eduard Pujol y Miriam Nogueras anunciaron ayer la presentación de la iniciativa en el Parlament y reclamaron el apoyo de los demás partidos independentistas.
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