Cuatro de los cinco sindicatos representativos en la Policía Nacional claman por la destitución del comisario principal José Miguel Ruiz Iguzquiza, jefe de las Unidades de Intervención Policial (UIP) y máximo responsable del dispositivo desplegado en Cataluña (Operación Ícaro) para repeler los graves disturbios provocados por los radicales independentistas tras conocerse la sentencia del procés. Hasta el momento, 134 agentes han resultado heridos.
Justicia Policial (Jupol), el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Confederación Española de Policía (CEP) y la Unión Federal de Policía (UFP) consideran que los errores operativos y de logística puestos al descubierto en este operativo es "la gota que colma el vaso" y una razón más para que la dirección general de la Policía descabalgue a Ruiz Iguzquiza como máximo responsable de los Antidisturbios por el "deterioro sostenido" del clima laboral en esta unidad.
"Tiene un trato déspota y autoritario, ha destrozado las unidades, existe una desorganización total y no hay planificación alguna", resume Miguel Ángel Álvarez, coordinador nacional de la UIP en el sindicato UFP. Este agente recuerda que el carácter "autoritario" de este mando policial ya quedó de manifiesto años atrás cuando trascendieron dos de las frases que dirigió a sus subordinados: "Vuestro culo me pertenece" y "no estáis aquí para pensar".
Desde la CEP no tienen dudas de que "la época más penosa" desde que se crearon las unidades de intervención policial es la que se desarrolla "bajo el mandato" de este comisario principal. "Es un clamor dentro de la especialidad el deterioro en las UIP, la gente no está contenta con su labor", destacan.
En opinión de esta organización, las cifras de policías heridos estos días en Cataluña ante los episodios de "terrorismo callejero" son "alarmantes" y no tienen precedentes. En ocho días han resultado lesionados más funcionarios (134) que en todo 2013 (121).
El SUP, por su parte, considera una "condición indispensable" el cese del actual mando para "abordar una reforma integral" de las UIP. Así lo plantea el sindicato en un escrito enviado este lunes al director general de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, en el que le urgen "explicaciones" acerca de las condiciones en que están trabajando los agentes que participan en la Operación Ícaro.
Policías destacan el "trato déspota" del jefe de la UIP, del que recuerdan que hace unos años se dirigió a sus subordinados diciéndoles 'No estáis aquí para pensar'
"Queremos un compromiso total y urgente para el cambio radical en la UIP en todos los aspectos: la UIP es una unidad especial y de élite que se merece ser tratada como tal en nuestro día a día", reclaman desde Jupol. "Deseamos que se haga justicia por fin y no sean nuevamente maltratados tanto por la Administración como por los manifestantes", añaden desde el sindicato mayoritario en la Policía.
Lejos de enfriarse, el malestar de un sector mayoritario de la Policía con el jefe de las UIP ha estallado definitivamente ante los fallos del refuerzo diseñado para Cataluña: falta de efectivos, jornadas maratonianas, carencia de material básico para dispersar a los violentos (como al camión lanza-agua), tardanza en los relevos de los grupos desplegados, aceptación de criterios políticos sobre los policiales y falta de claridad en las condiciones económicas con las que se retribuirá a los funcionarios que participan en este operativo son algunos de los reproches que dirigen al comisario Iguzquiza. La labor de éste ya fue cuestionada en 2014 con motivo del dispositivo montado ante las llamadas 'Marchas de la dignidad' (22M) en 2014, saldadas con casi medio centenar de agentes heridos.
"Autocrítica"... cuando acabe el operativo
"En Cataluña se está viviendo una situación de extrema violencia, con situaciones críticas y de una gestión muy compleja. Creemos que no es función de los sindicatos entrar en cuestiones operativas y técnicas. Y pensamos que no es el momento de pedir ceses ni dimisiones, sino un llamamiento a la prudencia, a permanecer unidos, a apoyar a todos los compañeros desplegados y especialmente a los que están allí todo el año", defiende Adolfo Medina, portavoz del Sindicato Profesional de Policía (SPP). Y añade: "Cuando finalice el conflicto habrá que hacer autocrítica y, en su caso, la dirección tendrá que tomar decisiones".
Éstas son las principales carencias con las que, según relatan a este diario policías adscritos a esta unidad, desempeñan su labor en la actualidad.
- Desbandada de policías. El Cuerpo Nacional cuenta con 52 grupos de UIP, cada uno con una dotación teórica de 50 agentes. En la práctica, ninguno cuenta con ese número de policías, como se ha evidenciado en el despliegue de Cataluña. De acuerdo con los datos recopilados por El Independiente, de los 31 grupos movilizados inicialmente ninguno superaba la cifra de 41, lo que arroja una ocupación de plantilla del 82 %. Y ésa es una excepción; la mayoría cuenta con 35 funcionarios (70 %), registrándose un grupo -concretamente el Águila 20, con base en Zaragoza- que sólo disponía de 27 funcionarios (54 %). Esta falta de efectivos ha motivado que el contingente de la UIP de Oviedo -conocidos como Cobra- que parte este miércoles a Cataluña se haya tenido que conformar con 33 agentes de un grupo y 15 de otro. "No es lo mismo una actuación con 35 que con 50 policías a la hora de tomar posiciones, hacer avances, reponer material... En un despliegue estamos mermados", enfatizan desde la CEP. La "falta de planificación", la "desorganización", la ausencia de antelación en la comunicación de los servicios, la dificultad para conciliar la vida familiar y laboral, la penosidad del trabajo, el no reconocimiento profesional en misiones relevantes -como la desarrollada el 1-O en Cataluña- y el hecho de que no se revise el complemento específico singular que se abona a los integrantes de esta especialidad desde la creación de las unidades (más allá del IPC) han motivado que muchos policías soliciten el cambio de destino y que las UIP tengan en la actualidad unas 500 vacantes. La (falta de) demanda no cubre ni de lejos las plazas que se han ofertado en los últimos cursos de ingreso. "La diferencia de un antidisturbios con un coche-patrulla 'Z' no llega a 200 euros. Por esa escasa diferencia económica, a muchos compañeros no les interesa estar en la unidad", explica Miguel Ángel Álvarez (UFP).
- Vehículos viejos y con mucho kilometraje. Los sucesos de Cataluña han deteriorado aún más la flota de vehículos de la UIP, ya de por sí mermada. Los sindicatos calculan que 221 furgonetas han sufrido daños por la acción de los radicales (dos de ellas han quedado inutilizadas), cifra que representa el 44,2 % del total. Desde hace años, la CEP reclama la compra de 250 vehículos para sustituir a los que tienen más de 12 años de antigüedad. En total, hay 150 que superan los 150.000 kilómetros. "Hay gran número de averías, lo que hace que corra peligro la vida de los policías. Viajan en unas furgonetas que pasan la 'ITV' pero no en una empresa seria y real", critica Álvarez. Éste también llama la atención sobre el hecho de que muchos de los coches o no tentan aire acondicionado o éste esté averiado, lo que obliga a los funcionarios a soportar "altas temperaturas".
- Falta de chalecos antibalas. En el listado de quejas ocupa un lugar destacado la falta de chalecos antibalas, cuyo número es inferior al de agentes destinados en las once bases de la UIP repartidas por todo el país. "En muchas ocasiones hemos denunciado que se los cambian sudados y a veces ni eso, porque no hay tantos chalecos en la UIP como funcionarios", añade el representante de la UFP. En concreto, la CEP cifra el déficit en unas 700 unidades, lo que le lleva a reivindicar -como otros sindicatos- que el Ministerio del Interior cobre una tasa por eventos deportivos, de modo que el dinero que se recaude se destine a mejorar el equipamiento de los propios agentes de Antidisturbios.
- Vestuario "inadecuado". Los policías de las UIP critican también que se les suministre un vestuario "inadecuado" y "de mala calidad" para realizar el trabajo. También que no se repongan las prendas que se van deteriorando por el uso con la frecuencia aconsejada: cada dos años. "El uniforme de la UIP debería ser un mono por fuera de la bota. Así se evitaría que, en caso de que se les arroje ácido, éste se le meta por dentro del pantalón", propone Miguel Ángel Álvarez.
- Falta de reconocimiento profesional. Con pequeños matices, los sindicatos policiales reclaman al unísono que se reconozca el trabajo de los agentes desplegados ahora en Cataluña con una condecoración -cruz al mérito policial con distintivo blanco para todos los funcionarios y roja (con pensión) para los heridos- al haber "puesto en peligro sus vidas". Los agentes lamentan que el comisario principal José Miguel Ruiz Iguzquiza fuera incapaz de lograr que, hace dos años, se distinguiera el trabajo de los policías movilizados en Cataluña ante el desafío independentista del 1-O. "En la Operación Copérnico hubo una negativa del Gobierno del PP, respaldada por el PSOE, a condecorar a los servidores públicos que fueron a defender el orden constitucional a Cataluña. En esta ocasión no debe ser así", razona la CEP.
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