Madrid y Barcelona han sido los dos escenarios elegidos por los candidatos de los cinco principales partidos que concurren a las elecciones generales del domingo para poner el broche final a una campaña anómala: la repetición electoral tras la investidura fallida de Pedro Sánchez provoca que los actos se reduzcan a un plazo de ocho días -normalmente duran quince-, en los que los partidos han pisado el acelerador para el domingo salir a arrasar, resistir o sobrevivir.
Si algo han tenido en común todos los actos electorales, independientemente del color, ha sido el pinchazo en cuanto a afluencia en comparación con las cifras registradas el 26 de abril, que dan cuenta del hartazgo generalizado por la nueva convocatoria electoral.
A diferencia de entonces, este viernes los partidos -salvo Vox, que repite en Colón- han celebrado sus actos en espacios de reducida afluencia, que distan mucho de la capacidad de convocatoria el 28-A: sin ir más lejos, Sánchez logró reunir a unas 10.000 personas en Valencia frente a las apenas 3.000 que ha conseguido convocar hoy en Barcelona; o Casado, que ha cambiado el Palacio de los Deportes con capacidad para 15.000 personas por un pequeño invernadero en la Plaza de las Ventas, donde ha sido arropado por unos 2.000 asistentes.
El cierre de campaña ha venido necesariamente marcado por la actualidad en Cataluña, por la respuesta violenta de sectores del independentismo a la sentencia del 'procés', que ha llevado tanto a Pedro Sánchez como a Albert Rivera a trasladar sus actos finales, por primera vez en ambos casos, a la ciudad condal. Por su parte, Pablo Casado y Santiago Abascal siguen con la tradición de cerrar en la capital española: el líder del PP ha cambiado en esta ocasión el Palacio de los Deportes por la Plaza de las Ventas, y su homólogo de Vox repite en Colón, escenario habitual para las performances electorales de los conservadores.
Pablo Iglesias y el recién llegado a la política nacional Íñigo Errejón pronuncian también el discurso final de esta campaña 'exprés' en Madrid: el líder morado ha estado acompañado de Montero, Echenique y Garzón en Ifema, mientras que el ex dirigente de Podemos ha hecho lo propio junto a Manuela Carmena.
El "talismán" de Vox
La madrileña Plaza de Colón ha sido testigo una vez más de un acto de Vox, a la que los de Santiago Abascal han denominado como su "talismán" en la que "ningún partido se atreve a convocar". Según las cifras del partido, 20.000 almas han secundado el evento, aunque se trata de la misma cifra que dieron el 28-A, cuando la plaza estaba visiblemente más llena que esta noche.
Arropado por el núcleo duro de su partido, Abascal ha afrontado el acto con mesura respecto al impulso que le dan las encuestas, y ha pedido el voto incluso "a los que han votado a la izquierda, porque todos caben en el proyecto de Vox".
Vox ha incidido en su línea dura también en su acto final, haciendo una llamada a "defender las fronteras" porque "nosotros somos los propietarios de España y nosotros decidimos quién entra", al tiempo que se ha erigido de nuevo como única alternativa que dice "de forma clara" que no pactará con Pedro Sánchez.
Casado reitera el bipartidismo
"Sólo hay dos opciones el domingo, o Pedro Sánchez o Pablo Casado". Con estas palabras se ha dirigido el líder popular a la multitud que ha logrado reunir en un pequeño invernadero habilitado en el interior de la Plaza de las Ventas con capacidad para cerca de 2.000 personas.
Igual que su homólogo de Vox, Casado ha pedido también el voto a "los socialistas de buena fe", así como al electorado que en las pasadas generales se fueron a las otras dos formaciones del bloque de la derecha y que certificaron en buena medida su fracaso con 66 diputados que, ahora, esperan remontar hasta quedarse alrededor de los 90 escaños, según los sondeos.
Tras cerca de dos horas, el acto del PP ha finalizado con Casado, su mujer y los candidatos populares encima del escenario mientras sonaba el himno nacional.
Sánchez, en Cataluña y recibido por los CDR
La Fira de Montjuic ha sido el emplazamiento elegido por Pedro Sánchez para pronunciar el discurso final, después de haber multiplicado en los últimos días su comparecencia ante los medios de comunicación. En el interior, en torno a unas 3.000 personas esperan al presidente del Gobierno en funciones,, en el que estarán presentes tanto Miquel Iceta como Josep Borrell.
El dirigente socialista ha reivindicado al PSC como la garantía de la convivencia en Cataluña, y ha atacado duramente al PP por su falta de representación en la región: "Los catalanes no quieren ser salvados por el PP", alegaba, al tiempo que llamaba a a combatir los extremos equiparando a Vox con el independentismo catalán.
Fuera, decenas de CDR han preparado un boicot en el que han recibido a Pedro Sánchez con pancartas de "traidor". Los pocos radicales independentistas que han acudido a la concentración han sido retenidos inmediatamente por un cordón de los Mossos d'Esquadra.
Iglesias vuelve a tender la mano a Sánchez
El mitin de cierre de campaña de Podemos, con 4.000 personas llenando el recinto ferial Ifema de Madrid, ha arrancado con la canción de Piratas del Caribe y gritos de "sí se puede". "O Podemos está fuerte o Sánchez hará cualquier cosa para no pactar con nosotros", ha advertido Irene Montero. "Cómo no va a estar la ultraderecha en su salsa si Pedro Sánchez ha renunciado a formar un Gobierno contra los recortes", ha agregado la portavoz.
Iglesias empezó su discurso pidiendo un aplauso para Juan Carlos Monedero. También al ex Jemad Julio Rodríguez: "Siempre a tu lado mi general". "Defender la democracia es decirle a las multinacionales que quieren destruir a las familias del taxi que hay que pagar impuestos".
El secretario general de Podemos ha reivindicado "el orden, la democracia y la ley". Y ha arremetido contra el PSOE: "En octubre de 2016 Pedro Sánchez confirmaba que había poderes que trabajaban contra una coalición con Unidas Podemos". Iglesias ha lamentado "que de aquel Pedro Sánchez queda muy poco".
También han hablado dirigentes como Rafa Mayoral, Gloria Elizo, Juantxo López de Uralde, muy ovacionado tras romper con Equo. "El ecologismo no se dice, se hace"; Ione Belarra, muy aplaudida al reivindicar las lenguas co-oficiales y también las de la inmigración.
"Nosotras podemos meter la pata pero no la mano", ha dicho Noelia Vera, que ha cargado contra "los fascistas y los violaderechos". Alberto Garzón (IU) se ha venido arriba: "Construiremos la Tercera República".
"Es una vieja estrategia de los de arriba intentar dividirnos a los de abajo. Solo unidas, podemos", gritó Ada Colau, la más ovacionada. La alcaldesa de Barcelona defendió cerrar el mitin en Madrid por "fraternidad, amor y diálogo".
Ciudadanos, a por la remontada
Rivera ha organizado, por primera vez en la historia del partido desde que diese el salto a la política nacional, el cierre de campaña en Barcelona. Precisamente, el conflicto catalán ha sido eje del discurso naranja en los últimos días que, según el propio partido, son fundamentales para Ciudadanos, convencidos de que remontarán los malos presagios de las encuestas.
En concreto, el Palacio de Congresos de Barcelona ha recibido entre vítores y gritos de "Sí, se puede" a los dirigentes naranjas, entre ellos José Manuel Villegas, Lorena Roldán, Inés Arrimadas o Begoña Villacís. "Remontada, remontada", coreaban los cerca de 3.000 asistentes al acto.
El presidente de Ciudadanos ha insistido en apelar al voto útil el domingo, reiterando su predisposición como partido bisagra tras el 10-N, aunque se ha mostrado especialmente duro con Sánchez: "Te vamos a echar y te vas a ir a la oposición" ha reiterado entre vítores Albert Rivera.
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