Pedro Sánchez prepara un plan B. Si Esquerra Republicana de Cataluña exige condiciones inasumibles a cambio de su abstención en la investidura, el PSOE quiere tener una alternativa. Y la única opción pasa por el apoyo de Ciudadanos, un partido en plena reconversión después de la dimisión de su cúpula tras los malos resultados electorales del 10-N.
Fuentes de la dirigencia de Cs confirman los contactos y las invitaciones a negociar por parte del PSOE. La propia Inés Arrimadas, llamada a ser la nueva lideresa del partido, ha confirmado también una conversación con la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, que pretende reunirse con ella en los próximos días. Además de Calvo, el PSOE andaluz está mediando con Cs en Andalucía, uno de los nuevos baluartes del partido. Susana Díaz pretende así demostrar su utilidad a Pedro Sánchez. Por su parte, en Cs se muestran abiertos a escuchar las propuestas.
Fuentes socialistas explican la oferta que estudia llevar el PSOE debajo del brazo a esa cita: una alianza con Ciudadanos en la investidura y en Madrid, con el objetivo de compensar el apoyo a Sánchez con una moción de censura que más adelante haga alcaldesa a Begoña Villacís, ahora vicealcaldesa de José Luis Martínez-Almeida (PP).
La propuesta se completa con la posibilidad de extender ese acuerdo al Gobierno regional para convertir al portavoz socialista en presidente de la Comunidad. Sánchez frenaría así las pretensiones de ser ministro de Ángel Gabilondo, que ya ha expresado su intención de formar parte del nuevo Ejecutivo socialista tras dos elecciones fallidas y más de cuatro años en la oposición.
La apuesta por Gabilondo y Pepu Hernández para Madrid fue un empeño personal del presidente, que se involucró en primera persona y pidió un esfuerzo a su partido para intentar cambiar el color político del corazón geográfico de España. La renovación en Madrid, que supuso un nuevo fracaso para el PSOE, frenó la estrategia de Sánchez de vincular su investidura a un "cambio de época" en el país que tuviera un claro exponente del declive del PP en la Comunidad y el Ayuntamiento. Esa espina sigue clavada.
Los socialistas entienden que al nuevo Ciudadanos le puede interesar rectificar la apuesta estratégica de Albert Rivera de pactar sólo con el PP y recuperar su original espacio en el centro con nuevas alianzas con el PSOE. De esta manera facilitarían el cambio y la regeneración, leit motiv de sus primeros pasos en política, en plazas gobernadas durante décadas por el PP. Así, en su peor momento político y con sólo diez diputados en el Congreso, el partido de Arrimadas tendría al alcance de su mano nada más y nada menos que la Alcaldía de la capital de España, y rompería amarras con Vox, un socio que siempre le ha resultado incómodo y que podría haberle penalizado electoralmente.
Mientras en el PSOE se fragua esa propuesta, en Ciudadanos la descartan. Fuentes de la cúpula del partido rechazan un 'cambalache' y romper sus acuerdos con el PP. "El Gobierno de España es un asunto independiente de todo lo demás, no vamos a aceptar monedas de cambio. Nosotros respetamos lo que firmamos", sostienen. No obstante, siguen abiertos a negociar y hasta a apoyar la investidura de Sánchez con dos condiciones: que Podemos salga del Ejecutivo y que el PP participe en la operación con su abstención, algo descartado según les informan desde el partido de Pablo Casado.
"Si el PP va a la abstención no le dejaremos solos", aseguran en Ciudadanos, que insiste en sacar de la ecuación a Unidas Podemos y a los independentistas para que Sánchez pueda alcanzar acuerdos con el centro-derecha e incluso ser investido presidente con sus apoyos. Esa alianza daría a Cs protagonismo en el Congreso a pesar de su mermado grupo de diputados, que puede quedar relegado a un papel irrelevante como sexta fuerza política por detrás de PSOE, PP, Vox, Unidas Podemos y Esquerra Republicana de Cataluña.
La propia Begoña Villacís ha defendido este domingo que si Pablo Casado no quiere pactar con PSOE y Ciudadanos va a ser el «responsable» de que haya un Gobierno socialista con Esquerra Republicana de Cataluña. «El PP habla mucho de España Suma pero habla muy poco de sumar por España. Muchas veces hay que mirar menos a tu propio partido político, muchas veces tienes que mirar menos a otros partidos, como el PP con Vox», indicó en declaraciones a los medios de comunicación, tras presentar Madrid Green Capital, en el Parque de El Retiro.
Villacís empujó al PP a dar un paso para negociar con el PSOE asegurando que si Casado «llega a la conclusión de que lo importante es España, pactará con PSOE y Ciudadanos para evitar un pacto entre PSOE, Podemos y Esquerra», que sería «muy inconveniente» para el país.
Negociación con los independentistas
Los socialistas inician mañana martes una negociación con Esquerra Republicana de Cataluya, cuyos votos son decisivos para que el acuerdo de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias salga adelante en el Congreso. El líder de Podemos, con la posibilidad de ser vicepresidente del Gobierno en su mano, está trabajando para convencer a los independentistas de que apoyen al PSOE con promesas de "diálogo" y de "plurinacionalidad".
Por su parte, en Ferraz se ultima una propuesta para el diálogo con ERC que sea permanente y vaya más allá de la investidura, para facilitar que los republicanos también propicien la aprobación de leyes fundamentales como los Presupuestos Generales del Estado, dando viabilidad a una legislatura que también se prevé corta. Los socialistas ya han asumido la necesidad de aceptar la mesa de negociación entre partidos que piden los independentistas, aunque mantienen que ese diálogo debe enmarcarse en la ley y la Constitución.
En esa línea, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha pedido este domingo que en las negociaciones entre el PSOE y ERC predomine "la voluntad de diálogo firme y mucha paciencia y generosidad" y ha defendido no crear "falsas expectativas" para evitar la "frustración". En una entrevista con RAC1, el líder de los socialistas catalanes advirtió contra las expectativas "exageradas" porque entonces "se genera una frustración de la que puede derivar la ira".
"Si se plantea la autodeterminación se acaba rápido, usted la pide, yo digo que no y pasamos a los postres. Si quieres llegar a un acuerdo hemos de comenzar por cosas en las que haya un terreno común que lo permita", aseguró
Iceta destacó que el futuro Gobierno debe "pensar en los Presupuestos, en renovar el sistema de financiación, llevar a cabo determinadas inversiones y acabar con los conflictos de competencias". También recordó que ya existe la comisión bilateral Estado-Generalitat, para hacer frente a la exigencia de ERC de una negociación entre Gobiernos, aunque matizó que "si se quiere el diálogo, encontrar el mecanismo, el instrumento, ha de ser muy sencillo". "Otra cosa son las garantías. El diálogo se produce como se produce y luego se formaliza", señaló.
Si los republicanos elevan el precio de su apoyo a Sánchez hasta cotas inasumibles para el PSOE, el presidente en funciones puede activar el plan B y obligar a Ciudadanos y al PP a elegir entre su investidura o terceras elecciones. En esta ocasión, el candidato socialista espera no ser culpado del bloqueo, dada la cuidadosa puesta en escena que ha desarrollado para hacer bien visibles en televisión en su acuerdos con Podemos y el inicio de la negociación con ERC.
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