La Policía Nacional está dispuesta a pagar 2.099,35 euros por cada una de las 1.000 pistolas eléctricas (tipo táser) que pretende incorporar en los tres próximos años para mejorar el equipamiento de los agentes que se encuentran en primera línea, dando así respuesta a una antigua reivindicación de los sindicatos.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este jueves el anuncio por el que la División Económica y Técnica del Cuerpo Nacional saca a licitación la compra de un millar de dispositivos electrónicos de control con sus correspondientes accesorios. El presupuesto máximo asciende a 2.099.350 euros, de los que 364.350 euros corresponden al IVA (21 %).
En concreto, la previsión de la Policía es disponer de 300 pistolas eléctricas ya en 2020, a las que se sumaría la misma cantidad en 2021 y otras 400 en 2022. El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, cumpliría así el compromiso anunciado el pasado 31 de enero durante su asistencia al pleno del Consejo de Policía.
"Dado que la Dirección General de la Policía tiene como uno de sus principales objetivos el alcanzar la cota más alta posible en la seguridad y salud de los miembros de la Policía Nacional en el desarrollo de sus cometidos profesionales es necesario adquirir un elemento operativo, del que actualmente se carece, para graduar el uso de la fuerza y utilizarlo como solución intermedia al arma de fuego en situaciones de riesgo elevado para los policías o terceras personas", se detalla en la memoria justificativa.
Se trata de una vieja reclamación de los sindicatos policiales y que cuenta con el aval del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Cuerpo Nacional, que informó favorablemente sobre su uso el 5 de abril de 2016 siempre que se formara adecuadamente a los funcionarios.
Interior dice que la 'táser' es un arma idónea porque aporta "seguridad" a los policías y "limita potencialmente las situaciones violentas"
Interior considera que la pistola eléctrica es un arma idónea que aporta "seguridad" a los policías y "limita potencialmente las situaciones violentas". "En la detención de sujetos violentos, el uso de estos dispositivos reduce la probabilidad de lesión por parte de los actuantes, lo que disminuye las bajas de policías", sostiene.
Se trata de un arma que utilizarán tan sólo los agentes que realicen un curso práctico-teórico que abarcará aspectos técnicos y deontológicos, quedando rastro de todas las manipulaciones que se hagan -como disparos efectuados y cargas de batería realizadas- y sin que pueda ser modificado por el funcionario.
"Aglomeraciones de personas"
"Se trata de una herramienta idónea para su uso en lugares de grandes aglorameraciones de personas, así como transporte de viajeros, donde el uso del arma de fuego resultaría mucho más desaconsejable por los posibles daños colaterales", insiste. Según fuentes policiales consultadas por este periódico, los Grupos de Operaciones Especiales (GEO) y las unidades de seguridad ciudadana serían los primeros destinatarios de este armamento.
La Policía justifica la "idoneidad" de este tipo de pistola con el hecho de que ya es utilizada por "220 policías locales", los Mossos d'Esquadra y al menos siete policías europeas: Alemania, Finlandia, Francia, Italia, Reino Unido, Suecia y Suiza.
Según el pliego de prescripciones técnicas que regulará el concurso, consultado por El Independiente, el dispositivo electrónico de control deberá estar construido en polímero de alta resistencia al impacto y dotado de elementos convencionales de puntería, debiendo presentar también módulos de linterna de alta intensidad y de doble láser.
El dispositivo, igualmente, tendrá que tener una pantalla en la que se detalle el indicador de batería y el contador de tiempo de descarga, entre otra información. También se fija como requisito que la pistola tenga un interruptor de encendido/apagado ambidiestro y de dimensiones suficientes para que pueda ser activado con los guantes oficiales.
Dardos incapacitantes
Junto al arma, el proveedor tendrá que suministrar la batería correspondiente, dos cartuchos contenedores de dardos incapacitantes, una funda anti-hurto de polímero, una bolsa de transporte y un manual de usuario en castellano.
Los impulsos generados por el dispositivo deben interferir las señales nerviosas que se transmiten al sistema muscular y sensorial para obtener una incapacitación mediante una corriente eléctrica pulsante entre los electrodos durante el tiempo de exposición.
La pistola debe ofrecer dos modos de accionamiento. Por un lado, el lanzamiento de los dardos incapacitantes con un alcance efectivo de hasta seis metros y la activación de un arco eléctrico formado entre los dos bornes frontales del dispositivo. La duración estandar de la descarga eléctrica no podrá superar los cinco segundos.
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