Con dos investiduras fallidas sobre sus espaldas, Pedro Sánchez vuelve a las consultas con el Rey sin amarrar los apoyos necesarios para ser candidato de nuevo a presidente del Gobierno. Sus intenciones de ser proclamado la semana que viene se desvanecen por la resistencia de Esquerra Republicana de Cataluña a facilitar una investidura que mine sus perspectivas electorales en las próximas elecciones autonómicas. Mientras tanto, a pesar de que intentaba evitarlo con la premura de su acuerdo con Podemos, empiezan a surgir voces en el PSOE que cuestionan la alianza Frankenstein por la que optó sólo dos días después de las elecciones del 10 de noviembre.
El presidente de Aragón y secretario general del PSOE en la comunidad autónoma, Javier Lambán, mostró ayer su esperanza en que la nueva líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se abra a "encontrar una salida a este diabólico laberinto en el que estamos todos atrapados, que haga innecesario el concurso de un partido tan indeseable para la gobernabilidad como es ERC".
El líder de los socialista aragoneses ha reconocido que su postura para "tratar de encontrar una solución a la encrucijada" en la que está el país "quizá" responda a una "ingenuidad digna de mejor causa".
A pesar de esas voces, Sánchez sigue adelante con su apuesta por la alianza con los independentistas. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, aseguró ayer que las engociaciones con ERC van bien encaminadas para la investidura, que ve más cerca tras la tercera reunión negociadora que han celebrado este martes en Barcelona las delegaciones socialista y republicana.
Calvo puso en valor el "trabajo razonable y necesario" que los socialistas están desplegando para lograr la formación de un nuevo Gobierno y justificó que tengan que buscar la colaboración de ERC porque "el Partido Popular hace ya mucho tiempo que decidió que no tenía ninguna responsabilidad por España, que su única responsabilidad era un tremendo egoísmo puramente electoral".
"Y como eso es lo que ha decidido el Partido Popular nosotros como partido ganador de las elecciones del 10 de noviembre hemos asumido con gran sentido de la responsabilidad sacar adelante un gobierno para España", añadió.
Los negociadores de PSOE, PSC y ERC se reunieron ayer en un clima de «cordialidad» y constataron «avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político sobre el futuro de Cataluña», que quieren abordar «desde el respeto y el reconocimiento institucional mutuo».
Además de satisfacer esta demanda de ERC, que exige una relación bilateral entre el Gobierno y la Generalitat para abordar ese «conflicto político», durante la reunión también trataron «la recuperación de derechos sociales, civiles y laborales, donde destacamos coincidencias notables».
El objetivo prioritario de los republicanos es fijar una «mesa de negociación» en la que avanzar hacia la aceptación de un referéndum de independencia. Una negociación que debe producirse, según ERC, entre Gobierno y Generalitat.
Rechazan, sin embargo, que ese diálogo se convoque bajo el paraguas de la Comisión Bilateral, centrada en cuestiones competenciales. Los republicanos reclaman además «garantías» de cumplimiento de los acuerdos y un calendario de reuniones verificable.
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