Que la reunión haya durado apenas 40 minutos da una sensación clara del desacuerdo entre el jefe del Ejecutivo en funciones y el presidente del PP. Lo sorprendente hubiera sido una larga y fructífera cita, pero nunca ha durado tan poco un encuentro entre los líderes de los dos principales partidos del país. Para encontrar una situación similar hay que retrotraerse a aquella cita del 23 de diciembre de 2015 entre Mariano Rajoy y Sánchez en la que el socialista apenas se sentó para dejar antes claro que poco o nada tenía que tratar con el ganador de las elecciones.
Dice Casado que Sánchez les ha querido usar de coartada para "blanquear" el pacto con Unidas Podemos. Así, la única oferta que se le ha planteado es "que nos abstengamos para facilitar un gobierno comunista. Nadie entendería que lo hiciéramos". No ha planteado más alternativa, según la versión del líder del PP. "Nadie en España entendería que facilitáramos un gobierno con Podemos", ha agregado en una comparecencia ante la prensa. Sería "como pedir a Sánchez que facilitara un gobierno entre nosotros y Vox".
Ha insistido Casado a Sánchez en que tiene otras dos alternativas, esto es, la que intentó en 2016 con Podemos y Unidas Podemos y otra con regionalistas y abstención de Ciudadanos y de Navarra Suma. Ha reiterado, además, su propuesta de pactos de Estado, pero, eso sí, una vez investido Sánchez presidente del Gobierno, en capítulos referidos a política territorial violencia de género, presupuestos o agua. Dice Casado que garantizaría la estabilidad.
Considera que Sánchez "está atrapado, en un callejón sin salida"
Las caras de Rajoy y Sánchez, en un frío y distante saludo, han sido las mismas de este lunes. Bien es cierto que el dirigente popular ya había avisado al aspirante a seguir en la Moncloa que no esperara nada de él en esta cita. Pero después de lamentar durante semanas que no le devolviera la llamada que le hizo la noche electoral -y alguna más en este tiempo- lo previsible es que, al margen de la investidura, hubieran abordado alguna cuestión de política general o, incluso, los términos del acuerdo que el PSOE negocia con ERC y sobre el que hay el mayor de los secretismos.
Le ha ratificado Sánchez que debe cumplir su acuerdo con Podemos, "lo que sería muy malo para los españoles", por lo que el PP se prepara para liderar la oposición "a las medidas de Gobierno que adopten". Ha sido la única oferta que se le ha trasladado al PP, ha explicado Casado, sin abrir la más opciones. No entiende que la presión se traslade a su partido cuando "Sánchez tiene otras dos alternativas".
En este sentido le ha reprochado que le haya llamado "con un acuerdo ya formado"en alusión a su pacto con Unidas Podemos y tras tres reuniones con ERC , con un gran despliegue para transmitir las bondades del apoyo" de los independentistas, aunque no le ha revelado nada sobre el contenido de esas negociaciones.
Tras criticar la propuesta de Inés Arrimadas de sumar 221 diputados para hacer posible la investidura, ha destacado que "no sé jugar de farol y por eso defiendo lo que creo que hay que defender". Se niega el líder del PP a jugar "una partida de cartas" porque "demasiado trilero sufrimos en la política española", como para poner sobre la mesa "propuestas que no se van a cumplir", en alusión a la posición de la más que previsible sustituta de Albert Rivera.
"Piensan que van a cabalgar al tigre y lo que hacen es cebarlo", dice Casado
Si algo ha querido dejar claro el líder del PP es que "nosotros no tenemos ninguna responsabilidad" en abrir o no la puerta a la investidura del socialista y recuerda que han sido cuatro los intentos de Sánchez por pactar con Podemos y los independentistas. "Piensan que van a cabalgar el tigre y que lo están cebando, al tigre no se le puede cabalgar. Va a acabar devorado por los independentistas y nuestra obligación es evitarlo desde fuera".
En este sentido, le ha mostrado su preocupación por las conclusiones del congreso del PSC de este fin de semana, donde se ha insistido en la condición de "nación" de Cataluña. Todo ello conforma un escenario por el que Sánchez intenta justificar que no tiene más camino que pactar con Unidas Podemos y ERC, "que es inevitable, pero otra cosa es que no quiere evitarlo". Y un último guiño al final: "Ojala el PSOE vuelva a la centralidad política y al respeto institucional sin necesidad de aliarse a los independentistas, Allí nos encontraremos".
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