La Policía Nacional cuenta en Barcelona desde este lunes con un contingente de unos 450 antidisturbios listos para intervenir en caso de que sea requerida su ayuda por los Mossos d'Esquadra si el independentismo radical protagonizara graves altercados aprovechando el escaparate que supone el partido de fútbol que disputarán este miércoles el FC Barcelona y el Real Madrid en el Camp Nou.
Según fuentes policiales consultadas por este diario, a los dos grupos operativos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) con base en la capital catalana -conocidos con el indicativo 'Jaguar'- se han sumado otros nueve procedentes de Madrid ('Camel'), Valencia ('Orca'), Zaragoza ('Águila'), Pamplona/Bilbao ('León') y Coruña/Vigo ('Raya'). En teoría, este despliegue suma una fuerza de 550 agentes (50 por grupo), si bien ninguno está integrado en la actualidad por más de 40 funcionarios.
En principio, la Policía Nacional no participa en el dispositivo diseñado por el Departamento de Interior de la Generalitat con ocasión del encuentro que se disputará en el estadio del Barcelona. Ese operativo está formado por unos 3.000 efectivos entre mossos, vigilantes de seguridad privada contratados por el Barcelona y miembros de la Guardia Urbana.
Los antidisturbios del Cuerpo Nacional permanecerán "de retén" por si se desatan graves altercados y desórdenes públicos y son requeridos por la Policía Autonómica para controlar la situación, como ocurrió en la semana del 14 al 18 de octubre tras conocerse la sentencia del procés.
El dispositivo policial tendrá que garantizar que tanto los integrantes de ambos equipos como el trío arbitral puedan llegar al estadio de los azulgrana a la hora convenida y no verse afectados por el colapso que la plataforma Tsunami Democràtic pretende llevar a cabo en puntos críticos de la Ciudad Condal. Como competentes en materia de seguridad ciudadana en Cataluña, esta misión corresponde a los Mossos d'Esquadra.
Seguridad privada en el Camp Nou
Con todo, la mayor preocupación de la cúpula policial es la eventual invasión del terreno de juego. Según explicó la pasada semana el comisario jefe de la Policía de la Generalitat, Eduard Sallent, sería la seguridad privada contratada por el Barça la que daría respuesta inicialmente a esa situación, mientras que los mossos se limitarían en principio a identificar y detener a las personas que ejecuten esa acción.
"Nuestros servicios de Información prevén tormenta", señalan gráficamente fuentes de la UIP. Los grupos movilizados desde otras bases de España se encuentran alojados en hoteles ubicados en el cinturón metropolitano de Barcelona, con lo que podrían ofrecer una respuesta rápida en caso de ser requerida su actuación por parte de los Mossos.
Del calado de los altercados que pudieran producirse y la información que maneje la Policía dependerá que Interior ponga fin ya al refuerzo en Cataluña
De la capacidad de movilización que demuestre este miércoles Tsunami Democràtic, el calado de los altercados que pudieran registrarse y la información que manejen los servicios de la Policía dependerá en gran medida que el Ministerio del Interior dé por terminada la Operación Ícaro, puesta en marcha en Cataluña el pasado 8 de octubre para dar respuesta a los graves disturbios que los radicales llevaron a cabo a raíz de que el Tribunal Supremo diera a conocer la sentencia condenatoria contra los líderes del proceso secesionista.
El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, nunca ha puesto fecha al fin de las operaciones y se ha limitado a reiterar que el despliegue especial -con un importante sobrecoste para el Estado por los servicios extraordinarios que tendrá que abonar a los policías nacionales y guardias civiles movilizados- se mantendría "el tiempo que sea necesario".
Fuentes policiales aseguran que la previsión es iniciar el repliegue a finales de esta misma semana, siempre que no haya un repunte de los disturbios y se mantenga la situación que se viene registrando en las últimas semanas. La ausencia de incidentes ha permitido reducir al mínimo el refuerzo de Policía Nacional y Guardia Civil en Cataluña, que está suponiendo un coste añadido al erario por las compensaciones que tiene que hacer Interior a los agentes participantes por las prolongadas horas de trabajo que han realizado en esta misión.
De materializarse ese escenario, tan sólo quedarían los dos grupos correspondientes a la II UIP -con base en Barcelona y conocidos con el indicativo ‘Jaguar’- y otros dos más de refuerzo procedentes de otros destinos para garantizar la seguridad a edificios del Estado como el de la Delegación del Gobierno en Cataluña. Y, por supuesto, la plantilla estable que el Cuerpo Nacional tiene en esta comunidad (unos 3.300 repartidos por las cuatro provincias).
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