Los primeros días posteriores a la dimisión de Albert Rivera, Inés Arrimadas prometió cambios "de calado" en su papel como potencial heredera de un partido en horas bajas. El repliegue de los hombres fuertes del catalán dio alas a un sector cada vez más amplio de críticos -militantes, cargos y dirigentes de la cúpula naranja- para pensar que se abría una era rupturista respecto a la dirección anterior capaz de sostener algunas de sus reivindicaciones: mayor implantación territorial, corregir el nulo papel de los afiliados en las decisiones del partido y prescindir del modelo de voto telemático para garantizar "procesos de participación completamente limpios" en el nuevo Ciudadanos.
El enfado de esta corriente se puso de manifiesto desde que se constatase el carácter continuista de una gestora compuesta por buena parte de la anterior Ejecutiva -entre ellos José Manuel Villegas, Fran Hervías o Carlos Cuadrado-, encargada de pilotar una transición ordenada hasta que Arrimadas y su nuevo war room coja el relevo el próximo 15 de marzo. La gestora se aprobó por una mayoría aplastante del 91,4% en el Consejo General del pasado 30 de noviembre, en el que se vivió un bronco debate protagonizado, entre otros, por críticos como Ignacio Prendes, que reprocharon a Manuel García Bofill -presidente del Consejo y de la gestora- y otros cargos del aparato la falta de "democracia interna" y de "autocrítica" en un Ciudadanos que se suponía renovado tras la marcha de Rivera.
La indignación de los afiliados quedó nuevamente patente en el marco de una reunión interna convocada por la dirección del partido -y encabezada por Bofill y Hervías- con unos 400 afiliados en un hotel de Madrid el pasado lunes, que se extendió desde las las 19:00 horas de la tarde hasta bien entrada la noche. Las conclusiones del evento, según señalan fuentes presentes en la cita, fue clara: la falta de disposición de la dirección interina a cambiar el sistema de voto telemático en el proceso de primarias pese a la petición expresa de la militancia, lo que desencadenó "momentos de tensión y enfado" entre unos asistentes que no entienden que se siga utilizando un sistema "manchado" por acusaciones de pucherazo en todos aquellos territorios en que se ha empleado: Madrid, Castilla y León y, más recientemente, Murcia.
Según ha podido saber este medio, la mayor parte de las intervenciones -hasta 40- de los afiliados madrileños estuvieron dirigidas a exigir a la dirección que garantice una votación en urna como "primer paso" para no cometer "errores del pasado". "Soy experta en voto telemático y todos sabemos lo que hay", reclamaba una afiliada, a la que secundaban otros tantos en el mismo sentido. "Necesitamos voto en urna y mayor debate interno", aclamaba otro.
"Si nos hacemos trampas a nosotros, ¿cómo exigimos a los de fuera que no las hagan?", se preguntaba otro afiliado de la agrupación madrileña, unos ruegos que fueron escuchados pero rebatidos por los miembros de la gestora, que contó con la representación de los líderes madrileños, Ignacio Aguado y Begoña Villacís, además de Fran Hervías, Carlos Cuadrado, Miguel Gutiérrez, Joan Mesquida y el presidente del órgano rector, Manuel García Bofill. Las respuestas de este último, según relatan los presentes, eran tajantes: en los procesos de primarias de Ciudadanos "nunca ha habido trampas", al tiempo que negaba que en Castilla y León se hubiese producido ningún pucherazo.
La tensión fue in crescendo, y buena parte de los afiliados fueron abandonando la sala antes de que terminase la reunión, que contará con réplicas en las próximas semanas en Sevilla, Valencia o Murcia, entre otros territorios para dar voz a los afiliados en el "presente y futuro" de Ciudadanos a modo de debates para recabar recomendaciones y explicar la situación actual del partido tras la disolución de la Ejecutiva. Se trata de una intención, la de escuchar y dar voz a las demandas y peticiones de la militancia, inusual durante la 'era Rivera'.
Pese a defender la gestora ante los afiliados las bondades del sistema informático, la propuesta de reglamento enviada a los miembros del Consejo General, al que ha tenido acceso este medio, refleja finalmente la flexibilidad del órgano rector para responder, parcialmente, a las demandas del ala crítica: ofrecerá un sistema de votación mixto, es decir, que los afiliados podrán elegir el método electrónico o el presencial para ejercer su derecho a voto. "Aquellos afiliados que ejerzan su derecho a voto de forma electrónica durante el plazo indicado no podrán volver a votar de forma presencial", recoge el reglamento en su artículo 21.
Con todo, el reglamento que defiende el sistema mixto no es definitivo, y los miembros del Consejo General podrán presentar enmiendas antes del sábado, cuando se abran las puertas del cónclave. A este respecto instó Bofill en la reunión del pasado lunes para que se debata la propuesta de revertir el sistema informático. Fuentes del ala crítica afirmaron que presentarían enmiendas una vez se conociese el borrador del reglamento precongresual si no respetaba una "votación democrática".
El sistema de votación actual estaba en el punto de mira por carecer de auditoría y control y, según los denunciantes, favorecer siempre a los candidatos que cuentan con el respaldo del partido en detrimento de los aspirantes sostenidos por las bases. Pasó en Castilla y León con Silvia Clemente y Francisco Igea; en Madrid con Ignacio Aguado y Juan Carlos Bermejo; y en Murcia, con Isabel Franco y Leonardo Pérez. Y la militancia se niega a que vuelva a suceder, esta vez en los dos próximos procesos de elecciones internas: el de la elección de Inés Arrimadas, aún sin rival; y la votación para elegir a los compromisarios que integrarán la V Asamblea General, encargada a su vez de ratificar tanto la nueva Ejecutiva como el nuevo rumbo del partido, tanto a nivel ideológico como estratégico.
Pese a la cesión de la gestora liberal respecto a permitir urnas en las elecciones internas, los cuadros que exigían aires de renovación se han dado de bruces con sus pretensiones de que Fran Hervías no tuviese ya un papel protagonista en el futuro de Cs. El responsable de organización, que dio hace unas semanas un paso al lado por haber sido uno de los potenciales responsables del descalabro electoral, vuelve a adquirir un papel protagonista: será uno de los encargados de organizar el polémico proceso de primarias, lo que tensa aún más al sector crítico.
Igea, uno de los abanderados del fin del sistema telemático
Se espera este 21 de diciembre otro debate bronco después de la tensión vivida en la anterior reunión del Consejo General del 30 de noviembre, en el que el dirigente de Castilla y León, Francisco Igea, reconvertido en uno de los máximos defensores de la postura de la militancia, evidenció la necesidad de construir un nuevo Ciudadanos "abierto" y "con procesos de participación limpios".
Fuentes cercanas a Igea consultadas por este medio advierten del desacuerdo del dirigente naranja con la posición mantenida por la gestora, molesto además con que se ponga en duda el 'pucherazo' que denunció él mismo en Castilla y León.
"Aquello fue muy grave", aseveran, al tiempo que lanzan una advertencia a la cúpula de Bofill y Hervías: "Pronto se conocerá toda la verdad" ya que "cualquier día" antes del 15 de marzo "la fiscal de Valladolid debería terminar su investigación previa" sobre un caso de fraude que, al igual que en Murcia y Madrid, sigue en los tribunales.
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