Fue el azote de ETA durante años, el símbolo de la violencia de Estado contra la banda y el más alto mando de la Guardia Civil jamás condenado por torturas. La izquierda abertzale y el entorno de ETA siempre lo tuvieron como el máximo exponente de la ‘guerra sucia’ de los GAL contra el terrorismo que practicaba la banda. Sin embargo, décadas después, en una pirueta sorprendente de la historia, uno de los máximos referentes de ETA en los ‘años de plomo’ de la organización criminal, José Antonio López Ruiz, alias ‘Kubati’, recurrirá a él para defenderse en los tribunales. El General Enrique Rodríguez Galindo testificará a instancia de la defensa de ‘Kubati’ en el juicio que contra él se celebrará en octubre próximo en la Audiencia Nacional y en el que también está acusado el ex miembro de ETA, José Miguel Latasa Getaria, alias ‘Fermín’.
A ‘Kubati’ y ‘Fermín’ se les acusa de participar en el atentado en el que murieron los agentes del Grupo Antiterrorista Rural (GAR) de la Guardia Civil, Ignacio Mateu Isturiz y Adrián González Revilla, el 26 de julio de 1986. La Fiscalía reclama una condena de 66 años de prisión contra ambos. Un caso que ha sido abierto y archivado en tres ocasiones (1988, 1997 y 2011) y que no ha sido hasta 2017 cuando una nueva reapertura del sumario, la cuarta, gracias a un informe de los servicios de información de la Guardia Civil, cuando se ha podido llevar hasta la celebración de un juicio oral 33 años de que ocurriera.
Uno de los hechos más sorprendentes es que en la lista de testigos a los que citará a declarar la defensa de ‘Kubati’, y cuyo testimonio ha sido admitido por el tribunal, es el del general Enrique Rodríguez Galindo. Quien fuera uno de los símbolos de la lucha contra ETA primero, y de la ‘guerra sucia’ después, -fue condenado a 71 años por el secuestro y asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala- cumplirá en febrero del próximo año 81 años. La defensa de ‘Kubati’ también había solicitado como prueba el libro que Rodríguez Galindo escribió sobre su experiencia en el cuartel de Intxaurrondo, del que fue máximo responsables en los años 80: “Mi vida contra ETA: la lucha antiterrorista desde el cuartel de Inchaurrondo” (Ediciones Planeta).
Galindo vive hoy retirado en Zaragoza. Quien fuera responsable de la 513º Comandancia de la Guardia Civil fue ascendido de coronel en 1992 y a General de Brigada en 1995. En el año 2000 fue condenado a 75 años de prisión pese a que sólo pasó cuatro años y cuatro meses privado de libertad. En el año 2004 se dictó su excarcelación por razones de salud. Ahora Galindo deberá volver a sentarse ante un tribunal, si bien lo hará en condición de testigo y a instancia de la defensa de ‘Kubati’, uno de los terroristas más sanguinarios en el periodo en el que el ex alto mando –perdió su condición de militar en 2002- lideraba la lucha contra ETA en Guipúzcoa.
Informe clave
La vista que se celebrará en la Audiencia Nacional podría suponer el regreso a prisión de ‘Kubati’, de 66 años, y ‘Fermín, de 70 años, tras haber transcurrido seis años desde que ambos abandonarán la cárceol. En el caso de López Ruiz, cumplió 26 años privado de libertad por la condena que les fue impuestas por un total de 13 asesinatos y 16 intentos de asesinato. Entre los primeros figura el asesinato de Dolores Catarain, alias ‘Yoyes’, el 10 de septiembre de 1989 –sólo mes y medio después del asesinato de Istúriz y González- en Ordizia y en presencia de su hijo. Desde que abandonó la cárcel, ‘Kubati’ se ha erigido como portavoz del colectivo de presos y en una voz representativa del EPPK, el colectivo de presos que ha accedido a aceptar la legislación penitenciaria para acogerse a los beneficios carcelarios previstos en la normativa española. Por su parte, Lastasa Getaria, al contrario que ‘Kubati’, sí se ha desmarcado de la violencia y no figura entre los ex presos de ETA vinculados a los movimientos de apoyo al coletivo. También él abandonó la prisión en 2013.
Un informe de los servicios de información de la Guardia Civil fue el que permitió reabrir este caso por cuarta vez y acusar a los dos históricos miembros de la banda en la participación del atentado que costó la vida a los agentes Mateu Istúriz y González Revilla. Los hechos ocurrieron el 26 de julio de 1986, cuando a primera hora de la mañana, en torno a las 6.20 horas, dos granadas lanzadas desde la ladera del monte Izturrieta, en Aretxabaleta (Guipúzcoa), cayeron en las inmediaciones de la casa cuartel de la localidad. Una hora y quince minutos después una nueva explosión alertó a los agentes del lugar donde se encontraba el dispositivo de lanzagranadas que ETA había instalado en el monte. Al acudir al lugar y acercarse hasta el árbol donde se habían instalado los dos tubos, una bomba oculta en el suelo se activó con el peso de los agentes y estalló provocando la muerte de ambos.
La investigación para esclarecer la autoría del asesinato de los dos guardias civiles, asignados en el cuartel de Intxaurrondo, bajo el mando de Rodríguez Galindo, permitió recuperar pruebas que apuntaban hacia ‘Kubati y ‘Fermín’. Además de las huellas dactilares encontradas en los tubos, también se aportaron informaciones sobre los materiales y el dispositivo empleado y propio del comando de ETA que operaba en aquella zona en el momento en el que ocurrió el atentado y del que ‘Kubati’ y ‘Fermín’ formarían parte, según el escrito de la Guardia Civil.
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