"ERC da por terminada la primera parte de las negociaciones para la investidura" de Pedro Sánchez, ha anunciado hoy la secretaria general adjunta del partido, Marta Vilalta, que ha anunciado la convocatoria del Consejo Nacional del partido para que avale la abstención republicana. Un Consejo Nacional que se reunirá el día 2 de enero a las 17.00 horas.
Vilalta anunciaba así el aval de la dirección republicana al acuerdo alcanzado con el PSOE tras un mes y medio de negociaciones, aunque se ha cuidado de anunciarlo oficialmente. La portavoz republicana ha insistido en que la decisión está en manos del Consejo Nacional del partido, tal como prometieron tras obtener el aval de las bases a la negociación con los socialistas.
La decisión de la dirección republicana llega después de que el coordinador general del partido, Pere Aragonés, visitara ayer a Oriol Junqueras en la prisión de Lledoners para debatir los últimos detalles del acuerdo cerrado con los socialistas, que habría dado su apoyo a la negociación liderada por Josep María Jové, Gabriel Rufián y la propia Vilalta.
Aún así, la reunión de la Ejecutiva convocada ayer domingo tras esa visita -en la que han participado también los diputados y senadores republicanos- se ha alargado una hora más de lo previsto. "Ha sido una reunión dura" han reconocido fuentes de la Ejecutiva. El motivo: "la desconfianza" de muchos dirigentes independentistas hacia el PSOE de Pedro Sánchez, al que responsabilizan de "mantener la represión" contra los independentistas.
Objetivos conseguidos
"Hemos conseguido el reconocimiento de un conflicto político entre Cataluña y el Estado y que hay que activar la vía política para llevarnos a una solución democrática" ha anunciado Vilalta para defender esa decisión. La portavoz republicana se ha referido también al compromiso del PSOE de crear una "mesa de negociacion entre gobiernos" que reclamaba Esquerra, pero no ha querido dar detalles sobre esa mesa, ni sobre el calendario o las garantías de cumplimiento de los acuerdos que exigían, antes de explicárselas a los miembros del Consejo Nacional.
Sí ha señalado que la mesa entre gobiernos pactada "incluye a las personas que están al frente de los gobiernos", en alusión a la necesidad de que Quim Torra y el propio Sánchez participen de esa mesa, un extremo que disgusta especialmente al candidato a la presidencia del Gobierno.
"Ha llegado el momento de intentar" la vía del diálogo, ha defendido Vilalta, pese a reconocer que "no confiamos en este PSOE". La dirigente republicana ha dejado claro, eso sí, que el acuerdo atañe exclusivamente a la investidura, no es un compromiso "de estabilidad ni de apoyo a los presupuestos" ha advertido.
Tampoco ha querido entrar en el debate sobre el calendario de la investidura, que el PSOE quería acelerar para llegar a la segunda votación la mañana del 5 de enero. "A quien le toca convocar el debate de investidura es a la Mesa del Congreso, no depende de nosotros" ha señalado.
Al margen de la Abogacía
Vilalta ha intentado además desvincular la decisión de ERC del informe de la Abogacía del Estado sobre la inmunidad de Junqueras, pese a que fue ella quien anunció la suspensión de las negociaciones a la espera de ese informe. El informe "no es un gesto" para ERC, ha defendido, "están cumpliendo la legalidad que llega dictada desde la UE, si la abogacía dijera otra cosa estaría cometiendo una ilegalidad".
Tras un mes de negociaciones, y dos semanas después de la última reunión oficial entre PSOE y ERC mantenida en Barcelona, los republicanos suspendieron las negociaciones el pasado día 18, al conocerse la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la inmunidad de Oriol Junqueras.
Esquerra supeditó entonces las negociaciones a que la Abogacía del Estado respaldara ante el Tribunal Supremo la sentencia del tribunal europeo. Especialmente después de la rápida respuesta de la Fiscalía, que descartaba la inmunidad de Junqueras porque ya ha sido condenado en sentencia firme por sedición por el Tribunal Supremo.
Pacto PSOE-Podemos
La ejecutiva se ha reunido mientras PSOE y Podemos hacían público el programa de gobierno de coalición. Un documento de cincuenta folios con el que ambos partidos sellan su acuerdo y que apenas dedica dos líneas al desafío independentista de Cataluña. No es hasta el folio 41 donde afirman que «abordaremos el conflicto político catalán, impulsando la vía política a través del diálogo, la negociación y el acuerdo entre las partes que permita superar la situación actual». A parte de asumir el marco del «conflicto político catalán» a lo que es un desafío independentista, no añaden nada más a este punto.
Hay que ir dos párrafos más abajo para poder leer que el autodenominado Coalición progresista. Un nuevo acuerdo para España dará «cumplimiento a los dictámenes del Tribunal Constitucional y traspasaremos a la Generalitat aquellas competencias pendientes ya reconocidas en el Estatut de Cataluña en materias como la gestión de becas universitarias, la formación sanitaria especializada, el salvamento marítimo o la ejecución de la legislación laboral en el ámbito del trabajo, el empleo y la formación profesional».
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