"Hemos encontrado una grieta y queremos convertirla en camino amplio" anunció ayer tarde Pere Aragonés ante el consejo nacional de ERC para explicar el apoyo de los republicanos a la investidura de Pedro Sánchez. El coordinador nacional de Esquerra se refería así a la "mesa de diálogo" pactada por socialistas y republicanos, una mesa bilateral y sin líneas rojas de la que ERC espera salir con la propuesta de un referéndum de independencia que sea "validada democráticamente por la ciudadanía de Cataluña".
El texto hecho público ayer se refiere a un diálogo "abierto sobre todas las propuestas presentadas". Es decir, una negociación en la que "todas las partes aportarán con libertad de contenidos sus propuestas detalladas sobre el futuro de Cataluña". La de Esquerra, lo dejó claro ayer Aragonés, seguirá siendo la celebración de un referéndum legal y acordado sobre la independencia de Cataluña que no tiene encaje en la Constitución española. Pero el marco legal vigente no aparece en el pacto firmado por los socialistas para obtener el apoyo de Esquerra.
En el documento de Pedralbes suscrito por Gobierno y Generalitat tras el encuentro de Pedro Sánchez y Quim Torra en Barcelona, en diciembre de 2018, que suponía el punto de partida de estas negociaciones, ya se obvió la referencia a la Constitución. Pero se hacía una referencia al marco legal que los socialistas presentaron entonces como garantía jurídica de que no habría cesiones a los independentistas fuera de la Carta Magna.
"Deben seguir potenciándose los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica" afirmaba el texto. En el acuerdo presentado ayer, sin embargo, no hay mención alguna al marco legal. Y en su explicación ante el consejo nacional de Esquerra Aragonés dejó claro que eso abre la puerta a plantear en la mesa de negociación el "derecho a la autodeterminación de Cataluña" que reclaman los independentistas.
Tras la ruptura de las negociaciones con los independentistas, hace un año, Pedro Sánchez aseguró que "la autodeterminación no es constitucional y, por tanto, no la vamos a aceptar nunca". Esa máxima ha regido desde entonces la relación del Gobierno con la Generalitat y los partidos independentistas que le dan apoyo. Hasta ahora.
"El acuerdo permite que cada parte sin limitaciones pueda plantear sus propuestas" argumentó el dirigente republicano ante sus bases. "Partimos desde la libertad de cada parte y nos obligamos a plantear alternativas a las propuestas de cada parte" añadió, "la nuestra será el referéndum".
No hablamos de un tramo de impuestos más o menos" advirtió Aragonés, "hablamos de quién debe resolver el futuro del país, de si son los ciudadanos de Cataluña o no"
Aragonés fue más allá y dejó claro que esto no será "una negociación autonómica más". Para Esquerra era "esencial" omitir el marco constitucional, porque debía dejar claro que el debate no se enmarcará esta vez en términos autonómicos. "No hablamos de un tramo de impuestos más o menos" advirtió Aragonés, "hablamos de quién debe resolver el futuro del país, de si son los ciudadanos de Cataluña o no".
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, matizó en su reacción al aval de ERC a la investidura la omisión al marco legal. En un comunicado emitido en cuanto el consejo de Esquerra dio luz verde a la investidura, Iceta aseguraba que la "solución acordada" en la mesa de negociación entre Gobierno y Generalitat "lógicamente se tendrá que producir en el marco legal vigente". Una referencia presente en todas las intervenciones de dirigentes socialistas, que sin embargo no se ha incluido en el acuerdo con ERC.
Iceta asegura que se respetará el marco legal
Mientras el PSC asegura que el acuerdo al que eventualmente puedan llegar Gobierno y Generalitat en esa mesa de diálogo se inscribirá en el marco constitucional, los republicanos llegan a esa mesa dispuestos a defender hasta el final el referéndum de independencia. "Los acuerdos que salgan de esta mesa los validara ciudadanía en consulta legal y acordada, y el contenido de estos acuerdos dependerá de nuestra capacidad de negociación" argumentaba ayer Aragonés.
Esa validación sí entra en el discurso socialista. Tanto Pedro Sánchez como el PSC han defendido la necesidad de llegar a un amplio acuerdo sobre el encaje de Cataluña que pueda ser validado en un referéndum. Desde el PSOE se inscribe en una reforma estatutaria que permita desandar el camino andado desde la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, y el PSC de Iceta aboga abiertamente porque esa reforma incluya el reconocimiento de Cataluña como nación, además de cumplir previsiones como la reforma del sistema de financiación para cumplir el principio de ordinalidad.
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